Viernes, 13/06/2014
Sucede que es frecuente que soñemos despiertos, que pensemos posibles acontecimientos para un futuro y que jamás acontezcan, que invirtamos tiempo, energías y esfuerzo en sueños "imposibles" (si los soñamos imposibles no son), y en tratar de amoldar la realidad de nuestro entorno queriendo aumentar las probabilidades de que estos deseos se hagan realidad. Todo esto da como fruto una frustración constante, una infelicidad autoinducida, angustias, un ciclo de oscuridad, pensamientos negativos que llevaran a que todo se torne negro y al final te veas inmerso en una mala racha.
El retorno de las vacaciones en Perú hicieron que por fin atracase en puerto madrileño, ¿qué sería de mí?, ¿qué haría a partir de ese instante?, ¿cuántas decisiones tendría que tomar?
La decepción de no recibir esa working holiday visa a Nueva Zelandia, decepción inducida del pensamiento frecuente de que era la manera más sencilla de salir de esa toma de decisiones y de ser arrastrada por una corriente más poderosa que uno mismo hacía un destino, o un sueño. Si me hubiese sido otorgada, habría ido porque así debía de ser, sin llegar a plantearme si era lo que realmente quería.
Los días que siguieron a esa decepción, fueron malos, un plan de acción debía ser expuesto, una toma de decisiones. Menos mal que al menos una se sentía respaldada por los amigos y la familia para poder desfogarse, charlar, volver a concentrarse, ser aconsejada, y por fin, tranquilizarse... y aceptar que aquello que llegase sería como debía de ser.
La Pachamama me dijo una vez: - "Allá donde estés ese será tu sitio, puesto que tus raíces están en la Tierra (en mí) y no en un único lugar, no sólo en España."
Todo se volvió sencillo de repente, pero energéticamente quedé exhausta y en ese regeneración energética me sentí de nuevo en equilibrio. La búsqueda de apartamento, las diversas mudanzas, el trabajo, las quedadas con los amigos, las actividades... Me he sentido tan respaldada en todo, me habéis ayudado tantísimo todos.
Gracias.
SUNKINDARKNESS