Domingo, 28/02/2016
El tren de Ottawa a Quebec salió puntual, tenía wifi y un carrito cafetería que pasaba frecuentemente. El paisaje era mucho más agradable que aquél que se puede apreciar desde un coche por la autovía. Hubo una pequeñas escala de 1h en Montreal, en la que apenas dio tiempo a comprar un submarino (bocadillo) de smoked meet.
No sé si por suerte, o azar, dimos con un hotelito (Auberge Place des Armes) muy céntrico y precioso. No reparamos en gastos y lo agradecimos. A las pocas horas de llegar a Quebec nos pusimos enfermos y es mucho más agradable sentirse a gusto al menos donde estés convaleciente. La mejor característica del cuarto era que la ducha (bañera de hidromassaje) era visible desde el cuarto, bastante divertido cuando te vas a sentar en la taza del váter.
Conseguimos salir a cenar y a dar un pequeñísimo paseo por Quebec. La sensación de afeamiento de Ottawa en invierno es mayor que la percibida en Quebec. Quebec se me antojo casi igual de bonita que en verano. El Boulebard Champlain y la Citadelle de Quebec estaban tan deslumbrantes como siempre.
Cómo no, parada obligada en la bonita tienda de bolas de nieve de Quebec. Tercera vez consecutiva que entro y no me llevo nada.
SUNKINDARKNESS