Domingo, 22/03/2015
Basta naturaleza extrema en HieloLandia. Cómo describir lo que uno sólo se puede imaginar real en las películas, en mundos de soñados... Rachas tan fuertes de viento que la gente cae al suelo, olas tan grandes como para devorar faros, arcos volcánicos imposibles, lagos increíblemente azules, columnas de humo provenientes del centro de la tierra, caballos enanos, piedras y pocos árboles, costas llenas de esqueletos... Belleza sin igual, salvaje, indomable.
La arquitectura de los pueblecitos, tan básica y a la vez confortable. Los chalets con sus piscinas de agua termal. Duchas con olor a huevo podrido que a más de uno provocaban arcadas.
La gente agradable, pero escasa. De una gran diversidad de looks, cortes de pelo, ropas... Serios o sonrientes.
La arquitectura de los pueblecitos, tan básica y a la vez confortable. Los chalets con sus piscinas de agua termal. Duchas con olor a huevo podrido que a más de uno provocaban arcadas.
La gente agradable, pero escasa. De una gran diversidad de looks, cortes de pelo, ropas... Serios o sonrientes.
SUNKINDARKNESS