Domingo, 24/02/2013
Camboya no posee esa belleza natural de Laos con sus montañas llenas de árboles, ni la diversidad de bellos panoramas de Vietnam, sin embargo atrapa. La belleza de Camboya reside en sus templos jemer y en las zonas rurales, que cubren casi la totalidad del país. Basta alejarse de las grandes urbes e ir a algún localidad pequeña coger una moto y maravillarte con los alrededores.
Camboya es un país donde relajarse, si uno viaja con prisas se puede aburrir fácilmente, sin embargo viviendo día a día a un ritmo lento se puede estar muy a gusto.
Al llegar a Camboya vi bastantes semejanzas con India, y siguen ahí, aunque basta con echar un rápido vistazo a la gente para percibir sus diferencias. Es un país maravilloso, que he disfrutado muchísimo.
Es muy barato si no se cometen excesos. Se puede hacer couchsurfing, aunque en algunos lugares te piden dinero, así pues es mejor mirar que el sitio no tenga referencias negativas. La comida camboyana es mucho mejor que en muchos otros lugares del sudeste asiático.
Lo mejor de Camboya es su gente. Sólo visitando el país, visitando sus templos, comprendiendo su historia reciente, te das cuenta de lo increíbles que son la gente que conoces en tu camino, casi todos tan sonrientes. Me quedo con la gente de mi pueblecito que tan bien me acogieron, que seguro vivieron momentos tan dificiles en el pasado
SUNKINDARKNESS