miércoles, 19 de junio de 2013

Dharamsala

Miércoles, 19/06/2013

Llegué a Dharamsala a las 7h30 desde Rishikesh de donde salí a las 16h. El viaje había sido pasado por agua durante toda la tarde y noche. Amanecí entre montañas con un esplendor que dejaba la boca abierta, sin embargo la fatiga de mal dormir no hicieron que mis párpados quedaran más de unos segundos abiertos.


El autobús pasó Dharamsala y me dejó en McLeod Ganj, de ahí empecé a subir la cuesta hacia Dharamkot cuando un chico con una moto me paro y me dijo que tenía un cuarto libre en su guest house. Me subí en su moto y me deje llevar.

Una vez instalada me fui a desayunar y me encontré con Daniela y Gastón. Juntos pasaríamos el resto del día juntos. Iríamos primero a un ashram a ver su stupa y allí nos informaron que todos los días a las 9h30 hacen 1h de meditación, decidimos ir al día siguiente.


Bajamos la cuesta contemplando el bonito panorama de McLeod Ganj con sus casitas de diferentes colores, respirando el aire matutino del pinar y llegamos a la caótica urbe llena de autos de la ciudad.


Al llegar al templo del Dalai Lama nos encontramos en su entrada un memorial a los muertos por un Tibet libre, a su lado una pancarta con las fotos de aquellos que han ardido en llamas por la independencia del Tibet.


El templo de Tsuglagkhang estaba abarrotado tanto de monjes, como de personas de todos lugares, juntos rezaban por la paz en el mundo, por la liberación del Tibet. Nos sentamos en una de las colchonetas y al son de los mantras de uno de nuestros vecinos, tratamos de concentrarnos en nuestras oraciones. Con muy mal resultado para gaston que no podía evitar desternillarse de risa.


Tras una penosa comida en un restaurante cercano al templo y de un chai en la plaza principal, subimos la cuesta hasta Dharankot. Visitamos un centro de yoga con muy buena pinta y agotada fui a descansar un rato a mi gh. Acabaría charlando con un grupo de chicos y descansaría bastante poco.

La ducha me dio fuerzas nuevas para salir a la calle a buscar mi cena.


Desperté y fui directamente a la meditación matutina de Tushita. Había bastante gente y la meditación estaba guiada por un alemán. Luego fui a desayunar un rico cuenco de frutas con yogurt y miel.


Anduve con Daniela y Gaston hasta Bhagsu, resultó ser un pueblecito mucho más ajetreado que Dharamkot. Había una cantidad infinita de extranjeros, un montón de restaurantes, tiendecitas variadas... y abajo del todo una piscina pública donde todos los indios andaban disfrutando del cálido sol.


Tras dar un paseo por Bhagsu fuimos a comer a un restaurante unas muy ricas pizzas. Al terminar emprendimos el camino de regreso a Dharamkot, tomarnos el chai de postre y andar a la clase de yoga del Body Temple.

Esperamos en la terraza de arriba hasta que empezase la clase, hacía un solecito tan rico.


La clase de yoga se centró en la tensión de absolutamente todo el cuerpo para así poder llegar a una relajación máxima. El resultado fue que sólo hicimos 5 posturas o asanas, pero con una concentración que tal que casi me desmayo por un bajón de tensión. El profesor intercaló la clase con algunas historias y resultó ser bastante dinámica la clase.

Pasé el resto de la tarde leyendo, duchita y cenita con los argentinos. Slitzer de crema de espinaca, super rico.


El miércoles dejé mi equipaje en el hotel de los argentinos y fuimos a desayunar todos juntos.

Bajamos a una clase de yoga en McLeod Ganj, pero el horario que nos dieron no era el correcto y acabamos sin poder asistir a esa clase. Anduvimos hasta Bhagsu esperando encontrar otra clase de yoga.


Comimos en la German Bakery y vimos Siete Años en el Tibet haciendo tiempo hasta la clase de yoga. Los argentinos fueron a una clase de tabla.

En la escuela Sunrise se impartía yoga de tipo Asthanga, resultó ser un yoga mucho más gimnástico sin pausas entre asanas. Apenas pude seguir el ritmo de la clase y las posturas estoy casi convencida que las hice fatal. Los días siguientes tendría agujetas.


Al terminar la clase subimos hasta Dharankot, cogí mi equipaje, hice una pronta cena a las 18h y a las 18h30 estaba bajando la cuesta hacia McLeod Ganj. Un tipo me paró y me llevó hasta casi la entrada de Dharamsala. Luego otro coche me llevó hasta la estación de autobuses.

Esperé en la estación y el autobús de las 20h30 pasó puntual. Era uno de los autobuses locales, yo esperaba tener un sitio para sentarme, pero el autobús iba abarrotado. Sólo de pensar que iba a pasar toda la noche de pie, casi me da algo.


Un señor bastante simpático hizo correr en el banco a sus hijos y me dejó el suficiente espacio como para sentarme con las piernas en el pasillo. Al cabo de 2h tendría un sitio en la parte trasera donde sentarme y poco a poco se iría bajando gente hasta poder tener un banco para tres y tumbarme. Las ventanas del autobús se deslizaban a veces adelante otras atrás, estando siempre expuesta al frío y el viento.

SUNKINDARKNESS