Domingo, 16/06/2013
Llegué a Rishikesh a las 4h y por supuesto estaba agotada. Me tomé un chai al lado de la estación y busqué alojamiento cerca, todo estaba completo. Me decidí a ir a Ram jhula y probar suerte allí. Las vacaciones indias hicieron que sólo hubiese un hotel libre el Green Hotel, perfecto para poder recuperar las fuerzas perdidas.
Me duché, lavé mis prendas y me tumbé... me dolía tantísimo el culo después de tantas horas de autobús. Vi alguna película dormitando y hasta las 17h no me decidí a abandonar mi refugio para dar un paseo por la ciudad. Nada más salir del hotel me encontré con una pareja encantadora de Argentina, Daniela y Gastón, que me introducirían a la vida en Rishikesh.
Tras las canciones, viene una charla en hindi acerca de los derechos del Ganes y tras ello la bendición al Ganges con las lamparas de aceite quemándose. La gente se volvía loca y se abalanzaba a coger las lamparas y hacer el ritual para bendecir el Ganges. Tras ello, introducían su píes en el agua y se lavaban la cara y bebían el agua.
Tras la preciosa ceremonia fui a cenar al New Lucky en la zona de Lakshman jhula con mis nuevos amigos, un local con una comida deliciosa y un ambiente de terraza muy chulo. Hacía tiempo que no me encontraba en tan grata compañía y el tiempo se alargó hasta las 23h.
A la mañana siguiente quedé con la agradable pareja argentina para desayunar en la German Bakery, al otro lado del puente de Lakshman, con unas bonitas vistas.
Crucé el puente y me encaminé a Bharat Mandir a escuchar las campanas tañir durante toda la ascensión hasta el último piso, donde las vistas eran fascinantes.
De ahí anduve hasta las Ghates simplemente a pasar el tiempo y ver a la gente bañarse. Cuando fui a lavar mis pies, una familia empezó a charlar conmigo y acabaron ofreciéndome unos deliciosos mangos.
Comí de nuevo con Daniela y Gastón y empezó a llover sin ningún tipo de control, aún así la gente seguía en las Ghates bañándose y disfrutando del Ganges.
En cuanto hubo un parón me encaminé a Ram jhula pues en el ashram hay clases de yoga gratuito (donación) todos los días a las 16h.
Cuando estaba llegando a mi hotel, empezó a llover a raudales de nuevo y tuve que pasar 30min guarecida en un túnel antes de decidirme a andar unos metros más para llegar hasta el hotel.
A las 16h fui a yoga, pero por la lluvia no habría.
Pasé la tarde leyendo y a las 18h me encaminé a escuchar las canciones a orillas del Ganges, justo cuando apareció el gurú empezó a llover. La ceremonia saltaría la parte del discurso acerca de los derechos del Ganges.
Fue muy emotivo ver a tantísimas personas reunidas siendo sábado, a pesar de la lluvia, cantando y dando palmas.
El domingo me levanté y seguía lloviendo... definitivamente el monzón había empezado con mi llegada a India. Decidí irme a dar un baño matutino en el Ganges.
Llegué a las Ghates cercanas al ashram donde hay unas especiales para mujeres y me bañé en las mixtas. Era increíble el cambio del Ganges de un día para otro. El día anterior era gris, hoy era marrón... de tranquilo a turbulento.
No podías realmente alejarte de las escaleras por la corriente, así pues pedí a unas chicas que me cogieran de las manos para poder sumergir mi cabeza, al hacerlo empezaron a gritar por miedo a que la corriente me arrastrase.
Volví al hotel que estaba sin electricidad y tras la ducha, desayuné. Me relajé el resto de la mañana mientras oía la lluvia caer, a veces cual diluvio otras más pacifica.
Por la tarde cogería el autobús a Dharamsala.
SUNKINDARKNESS