sábado, 22 de marzo de 2014

Arequipa

Sábado, 22/03/2014

Arequipa, ni en un sueños hubiese podido creer encontrar algo así en Perú, que gran sorpresa la belleza inigualable del casco antiguo de esta ciudad.


Una combi asesina nos dejó no muy lejos de la plaza de armas, cual fue mi sorpresa al encontrarme esos portones en arcos de granito que tanto me recordaban a mi adorado Burgos, cual fue mi sorpresa de encontrarme esa bella catedral, esas iglesias, esas calles de ensueño que me remontan a épocas pasadas.


El convento de Santa Catalina, una pequeña ciudad en el casco antiguo de Arequipa. Sus claustros, confesionarios, su iglesia, su cementerio, sus fuentes, jardines, sus calles y plazas de colores blancos, azules índigos, rojos arcillosos, amarillos ocres… siempre adornados por alguna flor.


Una guía nos explicó la historia del convento desde su fundación a estos días, me llamó increíblemente  el sistema social dentro del convento con sus clases bajas, medias y altas. La diferencia entre los tamaños de las casas de las monjas. Esos altares, catres, tronos para las heces y los bellos hornos bellos hornos. Hubiese sido muy interesante verlo en la oscuridad de la noche con la luz parpadeante de las llamas crepitantes en esos hornos de leña.



La vida bulle en la segunda ciudad más poblada de Perú.  Las plazas, las calles, sus tiendas, mercadillos, la venta ambulante de muñecas, dibujos, … Lo mejor: el atardecer y sus colores.

SUNKINDARKNESS