La llegada a Trinidad fue un poco forzada, el objetivo era encontrarnos con Hechi y Marina recién casados de viaje de novios por Cuba.
Los reencuentros con amigos y familia durante largos viajes siempre son emotivos. No faltaron las sonrisas, las cervezas y los puros.
Sino, Trinidad es una ciudad colonial con una agradable belleza y cierto confort.
Básicamente una atracción turística con una historia dura (esclavitud, ingenios de azúcar...) de la que nadie habla.
Pequeños intrusos, cual palomas, vienen a comer la migas de tu sandwich de mortadela cuando comes en las escaleras de la Plaza Mayor.
Las puestas del sol en Cuba no dejan de maravillarte.
Hicimos un tour a caballo por el viaje de los Ingenios. Allí pudimos observar como realmente ese lugar, dónde seguramente crecieron enormes bosques, está pelado por tanta explotación agrícola. Ese paisaje que podría ser parecido al de Viñales, no lo es por tanto. Se percibe en la tierra el cansancio por haber albergado campos de caña de azúcar.
El tour pasará por un restaurante donde bebidas y comidas serán ofertadas.
Se visita también la cascada EL Cubano, de preciosas aguas y exhuberante naturaleza... aunque demasiado explotado para mi gusto.
SUNKINDARKNESS