Martes, 18/07/2017
Viñales tiene unos paisajes de ensueño, sólo hay que salir por alguno de los muchos caminos de tierra de la ciudad y disfrutar de lo rural. Sin embargo, uno no puede escapar de sentirse como un turista, todo esta destinado al extranjero: restaurantes, tours, todas las casas son casas de acogida.
Nuestra familia nos ofreció el desayuno por 5 CUC y paseos a caballo en el valle del silencio por 10 CUC. La verdad es que la forma de ofrecerlo resulto agresiva y la información que recibimos sobre el tour escasa, así pues no aceptamos ninguna de las dos cosas. Sentiríamos cierto resentimiento hacia nosotros durante el resto de nuestra estancia.
Visitamos el Valle del Palmarcito por nuestra cuenta. No es nada difícil, comenzando desde la panadería del pueblo uno se dirige hacia las montañas y de allí se ira cruzando con un montón de tours a caballo que vienen del corazón del valle. El paisaje es idílico.
Varios secaderos de tabaco hay a ambos lados del camino. En uno de ellos nos explicaron todo el proceso, nos demostraron como se hacían los puros y nos ofrecieron de fumar. Decidimos comprar 14 puros para disfrutarlos durante el viaje: 8 CUC, seguro que por menos también nos lo hubiésemos llevado.
Las cenas las hicimos en la cafetería que está al lado del restaurante Oscar. La ropa vieja es un platillo exquisito 3,5 CUC y la pizza de picadillo está deliciosa 2 CUC.
Las puestas de sol divinas.
Compramos el billete con Cubanacan para ir de Viñales a Trinidad (37CUC), sin embargo al subir al autobús recogen el recibo de compra dejándote sin manera de demostrar hasta donde vas o pagaste. Debimos haber pagado el billete solo hasta Cienfuegos (32 CUC) y seguir el viaje hasta Trinidad gratis.
SUNKINDARKNESS
