Jueves, 07/03/2013
La salida del cargo desde Manila se
retrasó 3 horas, en vez de dejar el puerto a las 18h como estaba
previsto a las 21h empezaron las maniobras para abandonar la gran
urbe. Podría parecer que uno se puede aburrir en un barco
sencillamente esperando, pero sin embargo todo el tiempo que pasé en
el Atienza se me pasó volando y lo disfruté como una enana.
Conocí a Bruno un suizo super
divertido vimos juntos a unos niños en tablas de goma espuma surcar
los muelles en busca de botellas de plástico mientras a la vez
jugaban, recorrí todo el barco desde la sala de máquinas hasta la
azotea donde estaban las barcas salvavidas para acabar siendo
regañada por el capitán y entablando amistad con él. Me quedé en
la terraza principal charlando con Bruno hasta que no hubo más
barcos en el horizonte una vez abandonamos la bahía de Manila. Bruno
me invitó a cenar un pastelito de atún y luego me subí al timón a
disfrutar de la brisa nocturna hasta que decidí irme a dormir.
Me levanté a ver el amanecer y le dije
al capitán que si me podía ofrecer el café que no acepté la noche
anterior, a sorbitos y viendo salir el sol detrás de la isla de
Mindorro quedé fascinada. A las 7h bajé a recoger mi desayuno:
arroz, 2 salchichas y 2 huevos duros, el capitán me invitó a beef
corn. Tras un rato más contemplando el mar en busca de delfines, me
fui a acostar un ratito más.
Me desperté a tiempo de ver Busuanga
desde lejos y la entrada a la bahía para descubrir así Coron. Bruno
y yo bajamos a la cocina para obtener nuestra ración de vegetales.
Al atracar nos despedimos del capitán y con un tricycle fuimos hasta
Rocksteady Dive Center, allí me dieron las llaves de la casa de MJ's
y las de su moto. Bruno y yo nos separamos.
Tras una ducha y un lavado de ropa bajé
al centro a ver la puesta de sol en la Sirenetta tomándome una San
Miguel, espectacular. Tras un rato apareció Bruno por azar y me
invitó a cenar, a unas cerves y juntos jugamos al billar.
El viernes quedé con Bruno para
recorrer la isla en la moto de MJ's. Tras cambiar las ruedas y
desayunar estábamos listos para recorrernos la isla, destino Old
Busuanga. Nunca llegamos. El camino de tierra era bastante peligroso,
así que al llegar a Concepcion decidimos quedarnos por la zona y
disfrutar.
En Concepcion fuimos a una maravillosa cascada a bañarnos. Dimos de comer algo de pan rancio a los peces y comimos algunos pastelillos y mangos que Bruno llevaba consigo. Cuando apareció un grupo de alemanes decidimos que era tiempo de dejar ese precioso lugar para ir a la playa de Concepcion, tal playa no existe. Acabamos en un precioso camino blanco que se dirigía al mar. Las agua alrededor eran turquesa transparente. Comimos en un pequeño restaurante de la zona, para acabar dándonos cuenta de que se nos iba a hacer de noche y que no podríamos disfrutar del mar.
De vuelta a Coron paramos en una ermita
preciosa, ideal para casarse. Las paredes estaban adornadas por
piedrecitas y conchas y el tejado era de paja, sin dos de sus paredes
la luz iluminada de manera perfecta el lugar. Y qué maravilla las
vistas desde la pequeña capilla al mar.
Llegamos a Coron sin tiempo para disfrutar la puesta del sol desde el Dive Center, uno de los edificios más altos de Coron, sin embargo la cerveza fue bien merecida. Tras la merecida ducha, me encontré de nuevo con Bruno para ir a cenar a la Sirenetta donde probé una increíble ensalada de algas que explotaban en la boca como caviar.
El sábado me encontré con Bruno para
desayunar y de allí fuimos al pequeño barquito blanco en el que
haríamos un tour por la isla. Tras por supuesto salir con retraso y
conocer a los otros con los que haríamos el tour, me coloqué en la
proa para disfrutar del sol y el oleaje. El panorama era maravilloso.
Llegamos al lago de Kayangan y tras subir unas pocas escaleras y ver
el panorama maravilloso de la bahía bajamos hasta el lago para
sumergirnos en aguas de color turquesa. Me fui a hacer snorkel por la
parte izquierda contemplando las bella roca caliza del lago que
limita el lago. Tras perderme un rato y acabar exhausta volví al
muelle a atrapar pequeños peces con Bruno.
Volvimos al barco donde estaban
empezando a asar la comida y con las tripas rugiendo nos fuimos a Twin Peaks Reef un hermoso arrecife con hermosos corales azules con muchos
peces. Vi ostras gigantes cerrandose al acercarme buceando.
El barco nos dejó en la playa Atwayan de
arena blanca y limpidas aguas azules celestes. Hicimos un delicioso
picnic de ensalada de algas, bacon, verengenas y 6 perfectos y
enormes pescados. Al comienzo del día había hecho incapie en que
soy vegetariana para así poder comer pescado y verduras, en
Filipinas es mucho más barata la carne norte americana o neo
zelandesa que sus propoios pescados exportados a Japón, y estando en
el mar intento que mi dieta sea marina.
Tras la agradable comida y de un
chapuzón por la zona, nos llevaron a la isla CYC con una playa, para
mi gusto no demasiado bonita, pero debió de serlo antes de que algun
personaje corrupto robase su arena. Tras pasar un rato jugando con
Bruno y un pez que nos atacaba limitando su territorio volvimos al
barco.
Fuimos a Coral Garden con un bonito fondo marino,
ideal para snorkel, pero con una cantidad de plactón infernal que te
urticaba todo el cuerpo, así pues terminamos pronto y fuimos a Twin Lagoons que no me dijo gran cosa.
El día de tour supuestamente había
terminado, pero hablé con nuestro guía para que nos acercase a
Barracuda Lake y así poder ver ese bonito lago. Disfruté como una
enana nadando, haciendo piruetas y charlando con la gente. Al final
del día el grupo se había consolidado.
Llegamos a Coron a tiempo para ir a
comprar unas San Miguel e ir al muelle a disfrutar de la puesta del
sol. Ducha y cena de ensalada césar en Dive Center, para terminar
bien el día heladito y partida de billar con locales en la
Sirenetta.
El domingo Bruno y yo fuimos a comprar
algo de pan di sal y fuimos a la ermita preciosa donde habíamos
estado el viernes a ver si había algún tipo de ceremonia. Asistimos
a 15 minutos de oración sin descanso y aburridos nos fuimos a la
orilla del mar a pinicar nuestro desayuno. Vimos un montón de
enormes medusas.
De vuelta a Coron, Bruno cogió su
equipaje y le llevé al muelle para que fuese a Cuyon a las 12h30 por
un par de días. Volví a casa y exhausta de tanto sol me quedé
frita. A las 15h20 cogí la moto dirección aeropuerto para
contemplar como aterrizaba MJ's, mi anfitrión, desde la torre de
control. Uno se consigue colar en cualquier sitio con una sonrisa y
una pregunta educada entonada infantilmente.
MJ's me llevó de vuelta a casa y tras
deshacer su equipaje fuimos a cenar en Bistro Restaurant donde Bruno,
el dueño y antropólogo francés, estaba ya sirviéndose copas. Bruno
era este tipo de persona que despotrica absolutamente por todo con
una sonrisa, así que tras poner a parir a los ingleses, pensando que
yo era inglesa, pasó a poner a parir a los españoles, sabiendo que
yo era española, mientras mi copa de vino siempre se rellenaba
gratuitamente. No tuve más remedió que con una sonrisa decirle un
par de datos históricos sobre Francia. Cené una deliciosa ensalada
de salmón.
El lunes fuimos al mercado a comprar el
desayuno y en casa nos lo cepillamos. Fuimos a una cascada no muy
bonita pasado el aeropuerto, pasé un mal rato a la ida en esas
carreteras llenas de piedra y arena, sin embargo a la vuelta
exfoliada por los peces y fresca por el agua, me sentía mucho más
relajada. Comimos en el Bistro con Bruno y tras recoger el equipo de
snorkel nos fuimos a Siete Pecados.
Cruzamos a nado la bahía y llegamos a
las zonas de coral para maravillarnos con una serpiente acuática,
estrellas de mar, ostras gigantes, anchoas, peces loro, payaso,
murciélago, ángel, ballesta y un grupo de calamares. El mar andaba
revuelto así que no tuvimos suerte de ver a las tortugas que habitan
por la zona. De vuelta una canoa nos pidió dinero por la entrada del
parque natural.
Al llegar a tierra exhausta y tras un
pitillo. Repartí caramelos entre los niños locales y me reí un
rato con un crío de 3 años que sólo quería luchar con sus palitos
en vez de acercarse a recoger el caramelo. Me puse a hacer el tonto
un rato con él y todos los filipinos de alrededor se partían de
risa.
Fuimos a las aguas termales o Hot
Spring y relajamos un poco nuestros cuerpos en las calientes aguas,
había empezado a sentir frío al final de nuestro paseo marítimo
así que el calorcito de las aguas saladas y los ejercicios de
estiramiento para mi espalda, me hicieron sentir de lujo.
De vuelta a casa ducha y cena en el
restaurante japones charlando sobre los futuros negocios que quiere
abrir MJ's en Busuanga.
El martes fuimos a bucear con
RockSteady, primero al Olympia Maru, uno de tantos barcos japoneses
hundidos en la zona durante la segunda guerra mundial por los aviones
americanos. El sitio me pareció muerto, sin demasiada vida acuática
y aunque el barco seguramente era muy interesante no lo entendí y
disfrute como debería.
De vuelta en el barco nos sirvieron la
comida a las 11h, delicioso pez frito, algunas verduras salteadas
deliciosas, pollo con salsa de tomate y arroz. Una hora más tarde
estábamos de nuevo en el agua yendo a visitar el Morazan Maru donde
nos metimos absolutamente por todos los recobecos, con linterna, para
acabar descubriendo las corales en forma de lechuga de la cubierta
donde la fauna era alucinante.
A la vuelta al barco, esta vez sí con
una sonrisa, y tras una cerveza me quedé dormida en la cubierta
tornando mi blanca piel en rojiza. Tras hacer el divelog en
Rocksteady me encontré con Bruno -el suizo- para ver la puesta de
sol desde el monte de Tapyas donde hay una gran cruz, MJ's se reunió
con nosotros justo a tiempo para ver el precioso panorama que ninguna
foto puede captar.
Tras la ducha me reuní Bruno, MJ's,
algunos amigos de este y yo fuimos a cenar a un restaurante local.
Bruno y Angie, una alemana de fuerte carácter, se pusieron a discutir
sobre su manera de ver el mundo y al final acabamos todos de mal
humor, sin embargo fuimos cuando se calmaron los aguas fuimos todos a
jugar a los dardos y tomarnos una cerveza. Al final dí una remontada
espectacular.
El miércoles me fui con Bruno en la
moto de MJ's hasta Marcilla. El paisaje era precioso, abandonamos las
montañas y palmeras para disfrutar del mar y los manglares. En el
pueblo anterior a Marcilla vendían atunes frescos a las 10h, pero a
esa hora no nos tentó. En Marcilla, nos colamos en una propiedad
privada para poder acceder a la playa y a la sombra de un manglar nos
tumbamos, comimos, escuchamos los cangrejos dormir y charlamos
alegremente. Fuimos a recoger conchas y piedras, nadamos y acabamos
haciendo el tonto con los aborígenes.
Cuando el agua ya había casi alcanzado
la toalla, cambiamos rumbo a Coron. Paramos en una alta cascada con
una pequeña piscina que debe de ser fascinante en la época de
lluvias. Vimos a unos locales cargando con 3 monos muertos, supongo
que para la cena y repartimos la comida del picnic entre los niños
de la zona.
Tras la ducha, me reuní con Bruno en
la Sirenetta para disfrutar de mi última puesta de sol en Coron con
una San Miguel en la mano. MJ's se sentía mal del estómago, así
que compré algo de comida local para mí y plátanos para él y
vimos una peli.
El jueves a las 6h15 estaba haciendo la
mochila y a las 7h15 en el muelle disponiéndome de MJ?s y
encaminándome con Bruno hacía El Nido.
SUNKINDARKNESS