Sábado, 05/04/2014
El treking de 5 días y 4 noches discurriría por una variedad
de paisajes que, no en pocas ocasiones, nos dejarían perplejos.
En Mollepata (2900m) desayunamos tranquilamente y
gradualmente empezaríamos una ascensión dulce que de vez en cuando nos dejaría
sin aire. Cabe destacar ese hermoso paisaje con caballos en la cima de uno de
los cerros.
Al acercarnos al campamento donde dormiríamos ya se podía
percibir el camino a Salkantay del día siguiente. Soraypampa (3900m) desde donde
se veía la montaña de Umantay (5459m) nevada, con un cielo estrellado sin igual
y la preciosa luna creciente. Dormiríamos rodeados de caballos.
La ascensión a Salkantaypampa (4100m) por el lado izquierdo
del río, siempre bordeándolo resultó uno de esos paisajes inolvidables. Más
tarde las siete eses del infierno y la continuación de ascensión. El momento de
reposo del lago.
El punto más alto a 4600m desde donde saludamos a los Apus
Machupichu, Pumacillo y Salkantay (6264m). Esa bajada rompe piernas o luxa
rodillas. La entrada a la zona selvática gradualmente.
Ese precioso campamento del segundo día, Chaullay (2900m),
con dos increíbles princesitas incas al que nuestro clown les iba hinchando
baritas mágicas, coronas, flores, perros y monos.
El tercer día iríamos andando hasta Playa (2400m), a través de
un paisaje completamente selvático. Cruzamos cascadas y una zona de
desprendimientos que aumentaba la adrenalina. Rodeados de helechos, bananos, de árboles de palta, de tomates
incas… de orugas, de milpiés, de
mariposas…
Las aguas termales de Santa Teresa estaban rodeadas de un
paraje natural íncreible. Sus cascadas de agua fría y caliente ayudaron a
relajar nuestros cansados músculos. Hasta que
la noche no llegó y la lluvia se hizo insistente con riesgo de quedarnos
atrapados en el lodo, no decidimos irnos.
Saliéndonos de las pautas marcadas decidimos andar de Santa
Teresa hasta Hidroeléctrica por el
paisaje más penoso de todos los vistos hasta entonces, una zona de obras, de
explotación de piedra. Pero en Hidroeléctrica el paisaje por fin sería verde de
nuevo y andando al lado de las vías, cruzando puentes que daban miedito, y
luchando con las nubes de mosquitos por fin llegaríamos a Aguas Calientes
(2000m) completamente exhaustos.
La ducha caliente, lavar la ropa el camino y ver la tele
resultaron ser casi gratificantes, sabiendo que el verdadera felicidad llegó en
las termas de Santa Teresa.
SUNKINDARKNESS