jueves, 18 de julio de 2013

Sunk in India

Jueves, 18/07/2013

India es un  país muy especial, no es bonito, aunque tiene cosas bonitas, no es acogedor para aquellos habituados a una vida de confort, pero sigue siendo el país más especial. Si das una oportunidad a India, lo suficientemente larga como para acabar enamorándote, pues el proceso es lento, te quedarás prendado.

India es asombroso, mires a donde mires en cualquier momento habrán mil y una cosas que llamen tu atención de una manera chocante, positiva o negativamente. India es la absorción por los cinco sentidos de estímulos que producen algún tipo de reacción en tu ser, ya sean estos estímulos agradables o desagradables, estarás expuesto a ellos constantemente y por ósmosis acabarás absorbiéndolos.Sólo con el suficiente tiempo estos estímulos acabarán creando nuevas ideas y siendo aceptados por uno mismo haciendo que India te cambie la perspectiva de la vida, si estás abierto a ello, claro, si no es así, acabarás profundamente asqueado.



Viajar por la India resulta sumamente fácil, pero es agotador. Las distancias son largas y aunque las comunicaciones son bastante buenas, en tren o autobús, es un país que consumé mucha energía. La comida es bastante variada, siempre y cuando uno se atreva a probar de todo y no se quede en los 3 típicos platos. Couchsurfing está implantado de una manera en que rara vez el anfitrión no espera que se le invité a absolutamente todo, aunque hay excepciones.

India me ha cautivado y es un país al que habré de volver en repetidas ocasiones en mi vida, sin embargo no lo recomendaría a gente que no tengan amplitud de miras y no anden buscando un cambio en su yo.

SUNKINDARKNESS

Old Delhi

Jueves, 18/07/2013

Llegué a Delhi de Khajuraho y me fui directa al hotel donde dejé la mitad de mi equipaje, me registré, me dí la ducha pertinente, me acosté y pasaría el día haciendo algunas compritas y recados para la vuelta a España.


El martes fue día de visita. Amit, el spiceman, me había presentado a Sandeep uno de sus mejores amigos que resultaba ser conductor de taxi y que no tenía planificado hacer nada durante el martes, así pues acordamos que me llevaría a dar una vuelta por los monumentos más característicos de la ciudad y yo entraría en algunas tiendas a hacerme la compradora para que él se llevase su comisión.

 A las 10h Sandeep me vino a buscar al Kathmandu Cafe y en su taxi con aire acondicionado fuimos a ver el Palacio Presidencial. Sólo pudimos parar unos segundos para sacar una foto, pues los militares no permitían parar más tiempo. La zona tiene algunos de los ministerios más importantes de India y también una fuerte representación militar puesto que el presidente vive en el edificio principal.

Del palacio me llevó a ver el Memorial de Indira Gandhi, donde gratamente estuve paseando unos 30min enlazando la información del museo con la información que ya tenía. Al ver las fotos de las manifestaciones en esas paredes blancas, no puedes evitar emocionarte.

Del memorial iríamos a mi primera tienda donde haciendo el paripé me probé un par de punjabis que estaban carísimos y eran de malísima calidad y mi conductor recibió su prima.

En los jardines de Lodhi, Sandeep vino conmigo a caminar. Era relajante romper el estrés del tráfico de Delhi y llegar a la quietud de una muy bien conservada naturaleza del parque. En la zona resultó que había un par de tumbas cuadradas con el techo redondo terminado en punta y una antigua mezquita con unos preciosas tallas de escrituras musulmanas.


De camino al sur, al pasar al lado del Lotus Temple para ir a visitar una tienda, me dí cuenta de que perdí una sandalia al subirme al coche. Sandeep me llevó a comprar unas nuevas puesto que así no podía parecer una cliente en las tiendas que aún teníamos por ver. Tardamos un buen rato en dar con una tienda de zapatos y me constó muchísimo que el hombre me entendiera y me diera unas chanclas.


Con mis chanclas nuevas fui a otra tienda donde me puse a ver sarees contándoles una milonga de una boda. Me lo pasé bastante bien inventándome como había conocido a una pareja India que se casaba en breve y que tenía que llevar un saree a la boda.

Fuimos a ver el Fuerte Rojo por fuera y me quedé asombrada de su tamaño, aunque ya estaba cansada de tanto viajecito en coche. 

Agradecí que Sandeep, también lo estuviese y me hiciese entrar sólo en dos tiendas más. En la joyería me echaron, porque no tenía pinta de consumidora y en la segunda me trataron como a una reina, me quedé con ganas de comprarles algo.

Ya con la jornada de visita terminada, Sandeep me dejó en la tienda de Amit que me invitó a cenar y luego me llevó a su coche a beber una birra, así fue como la aventura a Agra surgió.

El miércoles al llegar a Delhi tras la visita al Taj Mahal, tocó asearse, últimas compras y preparar maletas. Ultimar pequeños detalles y descansar.


El jueves iría al aeropuerto en metro, fue genial sentirse en el primer mundo, pasaría los controles, me gastaría mis últimas rupees y a volar a casa. ¡Qué ganas!

SUNKINDARKNESS

miércoles, 17 de julio de 2013

Agra - Taj Mahal

Miércoles, 17/07/2013

Amit, el chico de las especias, y yo estábamos bebiendonos unas birras en su coche y charlando alegremente, cuando me dice que porque en vez de ir al día siguiente con el tren a Agra para ver el Taj Mahal, no hacemos una escapada con su coche y así puedo llegar a tiempo a ver la puesta de sol. Acepté sin dudar.


Tras llenar el depósito, que sobornasemos a un policia y rellenar nuestros vasos de más cerveza, cogimos la autopista hacía Agra. Pasamos las 3h del camino charlando alegremente y a las 3h estábamos en un hotel.


A las 6h15 llamaron al teléfono, era el despertador. Con un dolor de cabeza y tripa tremendos de las birras de la noche me levanté y dejé a Amit dormir. Poco a poco y haciendo eses llegué al baño del Taj Mahal, no muy real que digamos. Luego estuve lista para la visita.

Fue espectacular ver el Taj Mahal de lejos, reflejado en la fuente de agua y de color blanco (se vé que ahora es amarillo cuando le da el sol, el día estaba nublado). Abanzar poco a poco hacia él y así ir apreciando los escritos y flores grabados en sus piedras. La forma de sus torres, la punta de hierro del tejado...

No había demasiada gente a las 6h45, así que fue genial verlo con toda tranquilidad y pasearse descalza por la cona de marmol bien limpio del aguacero matutino del monzón. La pena fue no ver el amanecer puesto que el día estaba bastante nubloso.


Tras tocar el Taj y hacer un par de fotos de rigor volví al hotel a despertar a Amit y así emprender el camino de vuelta a Delhi. Fue genial no perder todo el día en Agra y la visita al Taj Mahal como muchísimo dura 2h.

De vuelta la carretera pasa por al lado del circuito de F1.


SUNKINDARKNESS

domingo, 14 de julio de 2013

Khajuraho

Domingo, 14/07/2013


Llegué a Khajuraho sin haber dormido apenas, el viaje inminente a España me sobre-excitaba. Rory y yo cogimos un autorickshaw compartido hasta la estación de autobuses y tomándonos unos chais esperamos a que abrieran la taquilla de billetes de tren.

Comprar el tren a Varanasi para Rory fue sencillo, en cambio el de mi vuelta a Delhi sería una transacción ardua. Pasé dos horas en frente de la ventanilla, y a las 10h abrieron la cuota de Taktal, billetes de emergencia, tuve suerte de ser mujer y que los indios respetasen mi feminidad y no me empujasen. Tras que cogiera el tipo de la ventanilla la documentación de 7 personas, se decidió por coger la mía. Obtuve un billete de waiting list con número 3 para el tren a Delhi.

Mientras yo hacía la cola para conseguir mi billete, Rory ya había encontrado un cuartito para los dos en un sitio decente, a las 11h por fin podía dejar las cosas en el cuarto y a las 12h estábamos en el Monalisa comiendo (nada especial).

Volveríamos al cuarto pues Rory se sentía enfermo y yo me sentía asquerosamente sucia. Sobre las 16h tras discutir con Rory porque me había dejado encerrada en el cuarto provocando que tuviera que pensar y así discurrir salir por la ventana, fuimos a visitar el complejo de templos del este.

Los templos del este no me dijeron absolutamente nada, es cierto que resultan bonitos de lejos rodeados de los pastos verdes que provoca el monzón, pero quizás andaba esperando un poco más de sexualidad y no tanto erotismo de figuras con pechos redondeados y enormes.

El paseo por el antiguo Khajuraho resultó ser bonito y darme flashbacks de Bathalapalli, los niños jugaban al cricket o en las fuentes mojándose unos a otros.

Fuimos al hotel a coger el ordenador y a buscar un restaurante con internet y así dimos con un restaurante que está justo enfrente del complejo de templos del centro de Khajuraho y que tiene una vidriera enorme de cristal. Cenamos en un pequeño templete de paredes verdes con ventilador y nos sentimos por primera vez a gusto en la zona.

El domingo nos levantamos bastante tarde, estábamos agotados y no tuve la necesidad de hacer sobre esfuerzos con Rory medio enfermo y yo sin energía. Hicimos el check out, guardamos las mochilas en recepción y de camino al centro me crucé por azar con Mathieu, el chico francés que conocí en el viaje por Ladakh.

Desayunamos/comimos en nuestro restaurante favorito y a las 13h estábamos yendo justo en frente a visitar esos templos con figuras explicitas de extrañas posiciones sexuales, yo ya pensaba que no íbamos a ver de eso sino sólo el erotismo inherente e ver pechos enormes redondos y ombligos avolcanados, me equivoqué.

En el sentido de las agujas del reloj fuimos visitando uno a uno los templos inmersos en una lluvia intermitente que mojaba unos segundos las piedras y eran secadas con la misma rapidez por el sol.


Vimos ciertas piedras talladas muy especificas que hacían a uno ruborizarse y otras mucho más modestas.

Tras la visita fuimos de nuevo al restaurante a merendar unos deliciosos pancakes con banana & chocolate y a las 17h estaba en un autobús yendo a la estación de trenes. Sólo los dos primeros tickets fueron confirmados y me vi sin sleeper para el viaje a Delhi y teniendo que dormir en el suelo del tren con cucarachas trepándome por las piernas.

SUNKINDARKNESS

viernes, 12 de julio de 2013

Despedidas en Delhi


Jueves, 18/07/2013

El viaje en mitad del diluvio universal desde Amritsar hasta New Delhi fue increíblemente cómodo en General. Conseguimos sellar la rendija de las ventanas con los impermeables y apenas percibimos la gente increíble cantidad de gente que había en el vagón pues sólo mirábamos por la ventanilla. 


 En alguna estación antes de Delhi Jn. empezó a subir gente hasta sentirnos enlatados y la gente empezó a estar de lo más irascible. Subidas de tono y alguna bofetada a algún niño hicieron que empezásemos a tener una energía muy negativa. Eso y que ya estábamos muy cansados, pensando que estábamos cerca de Delhi y con la vejiga apuntó de reventar sin posibilidad de orinar.

No nos apeamos en Delhi Junction pues suponíamos que la siguiente era New Delhi, resultó que ser una estación pasado Delhi. Tuvimos que coger un cercanías en dirección contrario para volver al centro y perdimos 3h de nuestra vida. Debíamos haber llegado a las 21h y llegamos a las oh con la confusión.

Al llegar fuimos directos al hotel de Cyrill para registrarnos en nuestra habitación y al pedirme la documentación, me doy cuenta de que me olvidé el pasaporte en Amritsar. No me dejaron registrarme en ningún hotel, ni dormir en el cuarto de algún amigo sin registrarme. A las 00h30 estaba yendo de vuelta a la estación de Nueva Delhi para denunciar la perdida del pasaporte.
 

En la estación de policía, me escucharon pero por supuesto no entendieron nada. Sólo uno de ellos mal hablaba inglés. Me dijeron que me fuera a dormir a la estación, ahí fue cuando Rory jugó el papel del hombre y a él si le escucharon. Tomaron nota e hicieron un atestado policial, también gracias a la traducción de un joven universitario que había recibido un golpe en la cabeza enorme en uno de los trenes y que tenía el cuello cubierto de sangre.

A las 3h30 estábamos instalados en una GH tras despertar a varios recepcionistas que no quisieron trabajar. A las 4h duchados estábamos yendo a dormir.


El miércoles fui al hotel de Cyrill para conseguir los datos de la embajada. Tras desayunar en el Nirvana y hacer el check out y el chek in en otro hotel más barato, me encontré por puro azar con Michael. Resulta que si hubiésemos llegado la noche anterior a buena hora nos hubiésemos podido despedir de él, pero con el caos de los trenes y el pasaporte me fue imposible. Sin embargo, él se había equivocado de día de vuelo... así que después de todo nos vimos.

Cyrill y yo decidimos ir al Lotus Temple, un templo que pertenece a los Bahá'í. El parque de su alrededor era bastante bonito y la arquitectura del lugar me recordaba extrañamente a los edificios de Calatrava en Valencia.


 Al contemplar el techo del templo tuve una epifanía, todo fue claro como el agua.

Del Lotus Temple fuimos a la casa de Gandhi para darnos un paseo por ese remanso de paz, sin embargo al empezar a llover corrimos hasta el rickshaw para que nos dejara en la embajada española.


 En la embajada me dijeron que no eran horas de oficina y que tenía que esperar fuera, con la que estaba cayendo ni me ofrecieron un paraguas. El guardia de seguridad me hizo escribir en un papel que venía a pedir y ellos se lo darían a la cónsul para que analizase mi emergencia.

Tras 15min en el agua ya casi empapada me dejaron entrar. Paloma, la cónsul, resultó ser la misma que había llevado el caso de Zipi y mío durante nuestra estancia en el B&B de Kathmandú. Le expliqué que sólo tenía la fotocopia del pasaporte y que no tenía de la visa y por lo tanto no podía dormir en hoteles, y ella me dijo que no podía hacer absolutamente nada. A base de insistir conseguí que me sellase mis fotocopias con el sello de la embajada, haciendo una carta que atestase que soy ciudadana española, que soy quien soy y que mi pasaporte está en tramites de rehacerse. Al día siguiente tendría que iniciar el papeleo para el salvoconducto que me llevase a España.


Tras un breve paseo por el Main Bazar donde conocí a un tratante de especias encantador, a las 18h estaba en el Kathmanúu esperando ver llegar a Dora y Aldana. Llegaron hasta las 20h y empapadas en sudor. Para terminar el día y despedir a Dora, fuimos a una de las azoteas de la plaza principal a tomarnos una cerveza de despedida.

El jueves 11 empezó el día con la despedida de Michael para seguirlo con un eXtresante día de llamadas hasta localizar el número de la tienda de internet donde olvidé mi pasaporte en Amritsar. Prometió que por hacerle un ingreso de dinero, enviaría el pasaporte por correo urgente.


Fui a la embajada a entregar todos los papeles para hacer el salvoconducto, por si acaso el pasaporte se extraviase por el camino... no sería así.

Tras descansar del estrés acumulado Aldana, Cyrill, Rory y yo fuimos al barrio musulmán de Nizamuddin para acabar en su mezquita.


La gente estaba terminando de cenar en Ramadán, había cientos de personas. Resultó ser impresionante verlos cenar, terminar de cenar, recoger, limpiar el suelo de la mezquita y orar. Ver como todos se arrodillaban al compás, se levantaban al sonido de la llamada de Ala.


Tras el rezo, que jamás había pensado que podría ver en directo, un grupo sentado se empezó a formar en la plaza. La noche Sufi comenzaba. Dí que no es el mismo sufi de la noche en la Casa Persa de Madrid, pero fue especial sentarse y escuchar la extraña música en la preciosa e iluminada mezquita.


Después de unos 45min, decidí irme a explorar la mezquita. Descubrí una preciosa puerta verde que me hipnotizó y ahí me quedé durante un buen rato contemplando como la gente entraba y salí de la mezquita hasta que un grupo de niños empezó a pedirme que les sacase fotos.


Al salir de la mezquita las calles del barrio musulmán con sus tiendas gratamente iluminadas y adornadas dieron sucesión a los restaurantes locales. Cenamos en uno de ellos y luego iríamos al Corner Place porque Cyrill quería una hamburguesa del Mc Donald's y el resto helados. Compararíamos la suciedad de nuestros pies tras la visita a la mezquita.


El viernes 19 sería uno de esos días en los que no hay un plan genial que hacer, así que me fui a la tienda de curd y me compré el yogurt que mezclaría con miel y un plátano de otro puesto. Iríamos todos a acompañar a Cyrill a hacer sus últimas compras y a ver al spyce man que nos explicaría sobre sus especias...

Despedimos a Aldana que iba hacia Manali. Rory y yo nos despedimos de Cyrill, él cogía en algunas horas el avión a Suiza.

En autorickshaw con los segundos contados, le pagamos extra para que fuese lo más rápido posible, llegamos a la estación de Nizamuddin. Subimos al tren y empezó a moverse hacia Khajuraho.
 
SUNKINDARKNESS

martes, 9 de julio de 2013

Amritsar


Martes, 09/07/2013

El domingo 7 nos pusimos en camino desde Srinagar. Pasamos un buen rato en la zona de los autobuses hasta decidirnos por coger un jeep en vez del autobús local. El dinero que nos gastábamos de más en uno, sería la perdida de la consiguiente correspondencia de bus con Amritsar, gasto y quebradero de cabeza por la búsqueda de habitación de hotel.


El camino no era tan espectacular como los precedentes, la carretera sí era mucho mejor, pero el tráfico muchísimo peor. Debíamos tardar 8h y al final lo hicimos en 12h, no quiero ni pensar cuanto tardaríamos con el autobús local que supuestamente tardaba 11h.

Llegamos a Jammu a las 21h30, cenamos y tomamos un par de chais y a las 22h30 estábamos en el autobús hacia Amritsar, donde llegamos sobre las 5h. Nos tomamos un par de chais cerca de la estación hasta decidir movernos. La verdad es que las 24h de viaje fueron super amenas por el fantástico compañero de viaje, Rory.


Llegamos a las inmediaciones del Golden Temple con un cycle-rickshaw. En un callejón cercano nos fumamos un pitillo y saqué los atuendos apropiados para poder ir al interior. Entre centenares de peregrinos buscamos el dormitorio para extranjeros y al final alguien tuvo la diligencia de llevarnos hasta la puerta. Eran las 6h y estábamos agotados, pero lo primero era necesario quitarnos el polvo del camino.

En vez de esperar el turno en el único baño del barracón de extranjeros, me vi en un baño común con el resto de las mujeres donde los retretes eran europeos para mi desconcierto. En la zona de duchas me tuve que bañar en camiseta y braguitas para luego acabar desnudándome y poniéndome ropas secas delante del grupo de mujeres. Todas me miraban y me hacían comentarios sobre la mejor posición de poner la cabeza bajo el grifo.


Tras la extraña ducha refrescante, decidí irme a desayunar. Rory se despertó justo a tiempo. El desayunó fue una experiencia de lo más interesante. Recoger las bandejas, cucharas y cuencos; ser empujados por el resto apremiándonos a subir las escaleras; sentarnos en esa sala enorme en unas esterillas larguísimas; la manera de servirnos la comida entre cientos de peregrinos; comer esos manjares punjabis; hacer la cola para devolver los platos y como se los pasaban unos a otros con un estridente choque metálico al vaciarlos en el cubo; la musicalidad de la zona de los lavanderos de platos. ¡Alucinante! El hombre que organizaba los platos para enviarlos a lavar estaba cual bebé lleno de papilla, restos de comida del dal (lentejas) en la ropa y las barbas pero sin ninguna expresión de disgusto en el rostro.



De vuelta en el dormitorio común cambiamos nuestras cosas de lugar, buscando un lugar con algo más de tranquilidad que el dormitorio de la entrada. Salimos a contemplar la lluvia caer en el templo dorado desde los arcos que rodeaban el lago sagrado. Los hombres se metían en el agua a recitar sus rezos.


A las 10h decidimos ir a visitar el templo dorado. Tardaríamos 1h30 en acceder al templo dorado, empezamos a acusar el cansancio de las 24h de transporte y el poco descanso de la semana precedente. Rodeados de Shiks entramos en el templo, para maravillarnos por sus escrituras doradas, su decoración en forma de flores, el grupo de música que tocaba esas canciones, los grandes libros que eran constantemente recitados, por el ambiente sagrado y respetuoso de la zona, por los peregrinos sentados rezando... un auténtico ambiente de culto.


Decidimos irnos a echarnos una siesta tras la visita, realmente nuestros cuerpos no podían más. Al llegar al dormitorio un chico nos dio información errónea acerca del cambio de guardia en la frontera entre India y Pakistán. Cogimos las escasas fuerzas que nos quedaban para lanzarnos a la calle y darnos cuenta que hubiésemos podido hacer una siesta.



Anduvimos por las calles de Amritsar buscando primero chai y luego algo de comer, cual dos zombies hasta que la comida nos dio nueva energía. Sobre las 15h estábamos en la la calle principal de acceso al templo y a las 15h30 con el pasaporte en la mano nos subimos aun taxi que nos llevó al borde.

Atontada de la corta siesta me vi de nuevo en una cola enorme de indios para poder acceder a las gradas. Las mujeres por un lado, los hombres por otro, aunque creo que los VIP (entre los que se cuentan los extranjeros) tienen otra cola a parte. Junto a las mujeres accedí al recinto, hasta meterme en la zona VIP y me senté a esperar a Rory pues la cola de hombres era muchísimo más larga que el de las mujeres.


Desde mi punto de vista lo mejor del espectáculo fue cuando las mujeres y niños corrían con las banderas de India hasta las puertas de la frontera, o cuando pusieron 3 canciones hindis que hicieron bailar a un centenar de indias sin discriminar entre edades, parecía toda una rave formato hindi... y de repente sonó el Aiho de Slumdog Millionaire y yo también bailé un poco.

A las 18h30 un grito de formación cortó la música y los soldados con crestas de pollo empezaron su numerito. Daban una patada enérgica con la que se rozaban casi la punta de la nariz, marchaban increíblemente rápido y taconeaban al parar. Se pavoneaban con un sentido que no llegué a captar, pero a veces ponían caras a la zona de Pakistán y levantaban puños. La gente y el animador gritaban que Indi-stan son una sola nación.



De vuelta en el Golden Temple, cenamos mientras un par de chiquillos empezaron a charlar con nosotros, no conoceríamos a sus padres (si los tenían). Tras la alegre cena, invitamos a los niños a andar con nosotros alrededor del templo y de repente tuvimos una horda de admiradores siguiéndonos. Nos hicimos un centenar de fotos con los niños y gente que no conocíamos de nada en frente del templo, para acabar cansados y deseando quedarnos solos.


Puedo realmente decir que el templo parecía emanar una halo mágico con sus luces nocturnas, me dio muchísima pena no poder hacerle cientos de fotos desde todos los ángulos pues entonces si parábamos de andar o sacábamos la cámara la turba nos rodeaba.


Una ducha antes de ir a la cama era necesaria, pues en algún punto del día dejó de llover y las nubes se fueron despejando hasta hacernos sudar sofocados durante la ceremonia del cambio de guardia. De vuelta a las duchas comunes, mucho más limpias que la de extranjeros, conseguí una cabina de ducha privada. Me sentó estupendamente bien y me dio fuerzas para charlar un rato con Rory antes de acostarnos tras el chai nocturno y el repaso de las fotos del día.

El martes 9, no sonó el despertador y con horror vi que había dormido mucho más de lo previsto. Rory no encontraba las llaves de mi candado, así que mientras lo serraban yo fui a la oficina de renfe (lado derecho del acceso principal del templo) e intenté conseguir los asientos de emergencia del tren a Delhi, por supuesto ya se habían agotado.

De vuelta al cuarto Rory había conseguido acceder a nuestro equipaje, desayunamos y yo me fui a darme mi baño en el lago sagrado de las orillas del templo dorado. En ese habitáculo especial para mujeres, me desnudé y con las braguitas bajé los escalones que me acercaban a las aguas sagradas. Salí y al irme a secar, las mujeres me dijeron que no. Me puse mis ropas y anduve al dormitorio sintiéndome realmente purificada en esas aguas turbias.
Hice la mochila, di mi donación y fui al punto de internet. A las 11h el autobús gratuito que va a la estación de trenes llegó. La gente se agolpaba en la puerta sin permitir bajar a la gente que primero debía salir. Vi a unos shiks que subían por la puerta del conductor y tras un intercambio de signos la tez de mi piel, mi procedencia extranjera y mi dulce sonrisa, me ganaron una invitación a subir por esa puerta en vez de tener que empujar entre ancianos.

Empezó a llover a mares y al llegar a la estación ya había un charco que alcanzaba más allá de los tobillos. Sin saber la hora, Rory buscó un par de asientos individuales en general y yo fui a comprar los tickets. Sintiéndonos super afortunados a las 11h55 abandonamos Amritsar.


SUNKINDARKNESS