Miércoles, 17/07/2013
Amit, el chico de las especias, y yo
estábamos bebiendonos unas birras en su coche y charlando
alegremente, cuando me dice que porque en vez de ir al día siguiente
con el tren a Agra para ver el Taj Mahal, no hacemos una escapada con
su coche y así puedo llegar a tiempo a ver la puesta de sol. Acepté
sin dudar.
Tras llenar el depósito, que
sobornasemos a un policia y rellenar nuestros vasos de más cerveza,
cogimos la autopista hacía Agra. Pasamos las 3h del camino charlando
alegremente y a las 3h estábamos en un hotel.
A las 6h15 llamaron al teléfono, era
el despertador. Con un dolor de cabeza y tripa tremendos de las
birras de la noche me levanté y dejé a Amit dormir. Poco a poco y
haciendo eses llegué al baño del Taj Mahal, no muy real que
digamos. Luego estuve lista para la visita.
Fue espectacular ver el Taj Mahal de
lejos, reflejado en la fuente de agua y de color blanco (se vé que
ahora es amarillo cuando le da el sol, el día estaba nublado).
Abanzar poco a poco hacia él y así ir apreciando los escritos y
flores grabados en sus piedras. La forma de sus torres, la punta de
hierro del tejado...
No había demasiada gente a las 6h45,
así que fue genial verlo con toda tranquilidad y pasearse descalza
por la cona de marmol bien limpio del aguacero matutino del monzón.
La pena fue no ver el amanecer puesto que el día estaba bastante
nubloso.
Tras tocar el Taj y hacer un par de
fotos de rigor volví al hotel a despertar a Amit y así emprender el
camino de vuelta a Delhi. Fue genial no perder todo el día en Agra y
la visita al Taj Mahal como muchísimo dura 2h.
De vuelta la carretera pasa por al lado del circuito de F1.
SUNKINDARKNESS