Jueves, 18/07/2013
El viaje en mitad del diluvio universal
desde Amritsar hasta New Delhi fue increíblemente cómodo en
General. Conseguimos sellar la rendija de las ventanas con los
impermeables y apenas percibimos la gente increíble cantidad de gente
que había en el vagón pues sólo mirábamos por la ventanilla.
En alguna estación antes de Delhi Jn.
empezó a subir gente hasta sentirnos enlatados y la gente empezó a
estar de lo más irascible. Subidas de tono y alguna bofetada a algún
niño hicieron que empezásemos a tener una energía muy negativa. Eso
y que ya estábamos muy cansados, pensando que estábamos cerca de
Delhi y con la vejiga apuntó de reventar sin posibilidad de orinar.
No nos apeamos en Delhi Junction pues
suponíamos que la siguiente era New Delhi, resultó que ser una
estación pasado Delhi. Tuvimos que coger un cercanías en dirección
contrario para volver al centro y perdimos 3h de nuestra vida.
Debíamos haber llegado a las 21h y llegamos a las oh con la
confusión.
Al llegar fuimos directos al hotel de
Cyrill para registrarnos en nuestra habitación y al pedirme la
documentación, me doy cuenta de que me olvidé el pasaporte en
Amritsar. No me dejaron registrarme en ningún hotel, ni dormir en el
cuarto de algún amigo sin registrarme. A las 00h30 estaba yendo de
vuelta a la estación de Nueva Delhi para denunciar la perdida del
pasaporte.
En la estación de policía, me
escucharon pero por supuesto no entendieron nada. Sólo uno de ellos
mal hablaba inglés. Me dijeron que me fuera a dormir a la estación,
ahí fue cuando Rory jugó el papel del hombre y a él si le
escucharon. Tomaron nota e hicieron un atestado policial, también
gracias a la traducción de un joven universitario que había
recibido un golpe en la cabeza enorme en uno de los trenes y que
tenía el cuello cubierto de sangre.
A las 3h30 estábamos instalados en una
GH tras despertar a varios recepcionistas que no quisieron trabajar.
A las 4h duchados estábamos yendo a dormir.
El miércoles fui al hotel de Cyrill
para conseguir los datos de la embajada. Tras desayunar en el Nirvana y hacer el check out y el chek in en otro hotel más barato, me encontré por puro azar con Michael. Resulta que si hubiésemos llegado la noche anterior a buena hora nos hubiésemos podido despedir de él, pero con el caos de los trenes y el pasaporte me fue imposible. Sin embargo, él se había equivocado de día de vuelo... así que después de todo nos vimos.
Cyrill y yo decidimos ir al Lotus Temple, un templo que pertenece a los Bahá'í. El parque de su alrededor era bastante bonito y la arquitectura del lugar me recordaba extrañamente a los edificios de Calatrava en Valencia.
Al contemplar el techo del templo tuve una epifanía, todo fue claro como el agua.
Del Lotus Temple fuimos a la casa de Gandhi para darnos un paseo por ese remanso de paz, sin embargo al empezar a llover corrimos hasta el rickshaw para que nos dejara en la embajada española.
En la embajada me dijeron que no eran horas de oficina y que tenía que esperar fuera, con la que estaba cayendo ni me ofrecieron un paraguas. El guardia de seguridad me hizo escribir en un papel que venía a pedir y ellos se lo darían a la cónsul para que analizase mi emergencia.
Tras 15min en el agua ya casi empapada me dejaron entrar. Paloma, la cónsul, resultó ser la misma que había llevado el caso de Zipi y mío durante nuestra estancia en el B&B de Kathmandú. Le expliqué que sólo tenía la fotocopia del pasaporte y que no tenía de la visa y por lo tanto no podía dormir en hoteles, y ella me dijo que no podía hacer absolutamente nada. A base de insistir conseguí que me sellase mis fotocopias con el sello de la embajada, haciendo una carta que atestase que soy ciudadana española, que soy quien soy y que mi pasaporte está en tramites de rehacerse. Al día siguiente tendría que iniciar el papeleo para el salvoconducto que me llevase a España.
Tras un breve paseo por el Main Bazar donde conocí a un tratante de especias encantador, a las 18h estaba en el Kathmanúu esperando ver llegar a Dora y Aldana. Llegaron hasta las 20h y empapadas en sudor. Para terminar el día y despedir a Dora, fuimos a una de las azoteas de la plaza principal a tomarnos una cerveza de despedida.
El jueves 11 empezó el día con la despedida de Michael para seguirlo con un eXtresante día de llamadas hasta localizar el número de la tienda de internet donde olvidé mi pasaporte en Amritsar. Prometió que por hacerle un ingreso de dinero, enviaría el pasaporte por correo urgente.
Fui a la embajada a entregar todos los papeles para hacer el salvoconducto, por si acaso el pasaporte se extraviase por el camino... no sería así.
Tras descansar del estrés acumulado Aldana, Cyrill, Rory y yo fuimos al barrio musulmán de Nizamuddin para acabar en su mezquita.
La gente estaba terminando de cenar en Ramadán, había cientos de personas. Resultó ser impresionante verlos cenar, terminar de cenar, recoger, limpiar el suelo de la mezquita y orar. Ver como todos se arrodillaban al compás, se levantaban al sonido de la llamada de Ala.
El jueves 11 empezó el día con la despedida de Michael para seguirlo con un eXtresante día de llamadas hasta localizar el número de la tienda de internet donde olvidé mi pasaporte en Amritsar. Prometió que por hacerle un ingreso de dinero, enviaría el pasaporte por correo urgente.
Fui a la embajada a entregar todos los papeles para hacer el salvoconducto, por si acaso el pasaporte se extraviase por el camino... no sería así.
Tras descansar del estrés acumulado Aldana, Cyrill, Rory y yo fuimos al barrio musulmán de Nizamuddin para acabar en su mezquita.
La gente estaba terminando de cenar en Ramadán, había cientos de personas. Resultó ser impresionante verlos cenar, terminar de cenar, recoger, limpiar el suelo de la mezquita y orar. Ver como todos se arrodillaban al compás, se levantaban al sonido de la llamada de Ala.
Tras el rezo, que jamás había pensado que podría ver en directo, un grupo sentado se empezó a formar en la plaza. La noche Sufi comenzaba. Dí que no es el mismo sufi de la noche en la Casa Persa de Madrid, pero fue especial sentarse y escuchar la extraña música en la preciosa e iluminada mezquita.
Después de unos 45min, decidí irme a explorar la mezquita. Descubrí una preciosa puerta verde que me hipnotizó y ahí me quedé durante un buen rato contemplando como la gente entraba y salí de la mezquita hasta que un grupo de niños empezó a pedirme que les sacase fotos.
Al salir de la mezquita las calles del barrio musulmán con sus tiendas gratamente iluminadas y adornadas dieron sucesión a los restaurantes locales. Cenamos en uno de ellos y luego iríamos al Corner Place porque Cyrill quería una hamburguesa del Mc Donald's y el resto helados. Compararíamos la suciedad de nuestros pies tras la visita a la mezquita.
El viernes 19 sería uno de esos días en los que no hay un plan genial que hacer, así que me fui a la tienda de curd y me compré el yogurt que mezclaría con miel y un plátano de otro puesto. Iríamos todos a acompañar a Cyrill a hacer sus últimas compras y a ver al spyce man que nos explicaría sobre sus especias...
Despedimos a Aldana que iba hacia Manali. Rory y yo nos despedimos de Cyrill, él cogía en algunas horas el avión a Suiza.
En autorickshaw con los segundos contados, le pagamos extra para que fuese lo más rápido posible, llegamos a la estación de Nizamuddin. Subimos al tren y empezó a moverse hacia Khajuraho.
SUNKINDARKNESS