Jueves, 18/07/2013
Llegué a Delhi de Khajuraho y me fui directa al hotel donde dejé la mitad de mi equipaje, me registré, me dí la ducha pertinente, me acosté y pasaría el día haciendo algunas compritas y recados para la vuelta a España.
El martes fue día de visita. Amit, el spiceman, me había presentado a Sandeep uno de sus mejores amigos que resultaba ser conductor de taxi y que no tenía planificado hacer nada durante el martes, así pues acordamos que me llevaría a dar una vuelta por los monumentos más característicos de la ciudad y yo entraría en algunas tiendas a hacerme la compradora para que él se llevase su comisión.
A las 10h Sandeep me vino a buscar al
Kathmandu Cafe y en su taxi con aire acondicionado fuimos a ver el
Palacio Presidencial. Sólo pudimos parar unos segundos para sacar
una foto, pues los militares no permitían parar más tiempo. La zona
tiene algunos de los ministerios más importantes de India y también
una fuerte representación militar puesto que el presidente vive en
el edificio principal.
Del palacio me llevó a ver el Memorial
de Indira Gandhi, donde gratamente estuve paseando unos 30min
enlazando la información del museo con la información que ya tenía.
Al ver las fotos de las manifestaciones en esas paredes blancas, no
puedes evitar emocionarte.
Del memorial iríamos a mi primera
tienda donde haciendo el paripé me probé un par de punjabis que
estaban carísimos y eran de malísima calidad y mi conductor recibió
su prima.
En los jardines de Lodhi, Sandeep vino
conmigo a caminar. Era relajante romper el estrés del tráfico de
Delhi y llegar a la quietud de una muy bien conservada naturaleza del
parque. En la zona resultó que había un par de tumbas cuadradas con
el techo redondo terminado en punta y una antigua mezquita con unos
preciosas tallas de escrituras musulmanas.
De camino al sur, al pasar al lado del
Lotus Temple para ir a visitar una tienda, me dí cuenta de que perdí
una sandalia al subirme al coche. Sandeep me llevó a comprar unas
nuevas puesto que así no podía parecer una cliente en las tiendas
que aún teníamos por ver. Tardamos un buen rato en dar con una
tienda de zapatos y me constó muchísimo que el hombre me entendiera
y me diera unas chanclas.
Con mis chanclas nuevas fui a otra
tienda donde me puse a ver sarees contándoles una milonga de una
boda. Me lo pasé bastante bien inventándome como había conocido a
una pareja India que se casaba en breve y que tenía que llevar un
saree a la boda.
Fuimos a ver el Fuerte Rojo por fuera y
me quedé asombrada de su tamaño, aunque ya estaba cansada de tanto
viajecito en coche.
Agradecí que Sandeep, también lo estuviese y me
hiciese entrar sólo en dos tiendas más. En la joyería me echaron,
porque no tenía pinta de consumidora y en la segunda me trataron
como a una reina, me quedé con ganas de comprarles algo.
Ya con la jornada de visita terminada,
Sandeep me dejó en la tienda de Amit que me invitó a cenar y luego
me llevó a su coche a beber una birra, así fue como la aventura a
Agra surgió.
El miércoles al llegar a Delhi tras la
visita al Taj Mahal, tocó asearse, últimas compras y preparar maletas. Ultimar
pequeños detalles y descansar.
El jueves iría al aeropuerto en metro, fue genial sentirse en el primer mundo, pasaría los controles, me gastaría mis últimas rupees y a volar a casa. ¡Qué ganas!
El jueves iría al aeropuerto en metro, fue genial sentirse en el primer mundo, pasaría los controles, me gastaría mis últimas rupees y a volar a casa. ¡Qué ganas!
SUNKINDARKNESS