Lunes, 12/11/2012
El viernes crucé la frontera a Laos
desde Mengla por Boten, después de 4h de viaje llegué a la estación
de Luang Namtha. Allí cogí un songthaew hasta el pueblo que está
como a 8Km.
Nada más llegar a Luang Namtha fui directa al guest house donde había quedado con mi primo, pregunté en recepción si le habían visto, si dormía allí, me dijeron que si le habían visto que se tomaba muchas cervezas, pero que no dormía allí. Así que me fui a dar una vuelta por los GH del pueblo para ver si encontraba donde dormiríamos... búsqueda infructuosa pues dormía en el primer hostal en el que pregunté.
De vuelta en el Manychan GH me puse a
mirar el correo y a publicar en el blog, una hora más tarde oigo el
derrape de una bicicleta y cuando levanto la vista allí está
Fernando. Un gritito de sorpresa, me levanto apresuradamente de mi
silla y corro hacia él para darle un abrazo. Nos sentamos en la mesa
a tomarnos la primera de la gran sucesión de cervezas que
acompañaran nuestras comidas, charlas y momentos muertos.
Tras comer algo y ponernos al día,
alquilo una bici y nos vamos a dar un paseo por los alrededores.
Pequeñas chocitas de madera, hechas de caña de bambú y hojas de
bambú configuran un nuevo paisaje tan distinto a China. Esto es Laos
pienso mirando a cada lado, viendo a gente sonriente, tranquila y
relajada. Contemplando el cultivo de arroz ya amarillo y que con el
paso de los días veremos ir recogiendo.
Nos equivocamos de camino con las bicis y acabamos haciendo al menos 30Km sino más, pero nos merece la pena el cansancio con el que llegamos al hostal, pues nos merecemos una cerveza más. Beer Lao estupenda cerveza embotellada en cristal (650ml). Una duchita reconfortante en la que tardo 45min, quizás la más larga que me he dado hasta ahora, y una cenita mientras cae un aguacero de espanto en la calle.
El sábado toca madrugar y alquilar motillo para ir a visitar Muang Sing. La carretera atraviesa el parque natural de Luang Namtha y deja a los lados una selva tropical en la que se intercalan pueblecitos, valles con ríos, palmeras, árboles de bambú... 2h30 de viaje en medio del paraíso.
Atravesamos Muang Sing y no nos pareció nada especial, así que seguimos camino a la frontera con China. Luego nos enteraríamos que en el mercado se ven mujeres en los trajes tradicionales y nos dio un poco de rabia perdérnoslo. En cambio, vimos un montón de pueblecitos con la motillo e incluso nos metimos por algún camino impracticable para ella (casi nos caemos, pues estaba todo embarrado de la lluvia del día anterior), y fuimos andando metiéndonos por caminos para acabar viendo la recolección de la sabia de los árboles, piscifactorías, campos recolectados, como separan los granos de arroz y los secan...
De camino a Luang Namtha paramos a ver
una cascada, así que tomamos conciencia de lo que era caminar un
poco por la jungla. Me fascinaban las tonalidades verdes de los
arboles con la luz del sol.
Los últimos 10 kilómetros en la carretera semi-asfaltaba se me antojaron muy largos. La noche había caído, mi visera estaba embarrada, llena de polvo, y encima tintada... pero protegía de la horda de mosquitos que se estrellaban contra nosotros buscando la luz de nuestra motillo. A la llegada tuvimos que sacudir nuestra polvorienta ropa y de cabeza a la ducha.
Fuimos a cenar al Night Market donde
nos incamos un pato asado delicioso, una tira de cerdo asado y la
ensalada de papaya típica de Laos (rica, picante, pero sin ganas de
volver a comerla).
El domingo cogimos la misma motillo del
día anterior, pues la habíamos dejado con el depósito lleno, y nos
fuimos al cruce con el río Nam Ha la zona de trekkings para intentar
hacer uno por nuestra cuenta, ya que se me iba de presupuesto pagar
50€ por un par de días de trekking/kayaking y dormir en un
pueblecito en medio de la jungla. Según lo que tengo entendido bien
merecía la pena gastar ese dinero y ojala lo hubiese podido gastar
libremente.
El pueblo al lado de Nam Ha era un
pueblecito precioso, pero no encontramos forma alguna de acceder al
camino que vimos desde una de sus colinas, y no fuimos capaz de
entender a los locales para que nos explicasen. Así que nos dimos un
chapuzón en el río, comimos nuestros sandwiches de tortilla y nos
dirigimos más hacia al sur para ver más pueblecitos.
Paramos en el pueblo de Palang y tras dar un paseo, vimos a unos niños con unas gafas de bucear y un arpón yendo hacia el río, decidimos seguirlos. Nos ven y echan a correr, pero más tarde uno de ellos vuelve y nos dice que le sigamos. Le contemplamos mientras pesca rodeado de libélulas y al final nos regala un pez que le devolvemos porque ellos sí los comen.
Estábamos tomándonos una cerveza cuando
un chico que habla inglés nos dice que vive en el pueblo del al lado
y que vayamos a visitarle, así que cogemos la moto y vamos a Nam
Sing. No le encontramos, pero acabamos andando entre un paisaje
increíble de arrozales y bambúes.
De vuelta hacia Luang Namtha paramos en
Chaloeksouk, donde también empiezan los trekkings y podemos
comprobar la diferencia entre los pueblos más ricos al tener esta
carretera al lado y los que vimos el día anterior. Aún así la
belleza del lugar es sorprendente.
En Luang Namtha decidimos ir a recorrer
un poco las zonas que aún no habíamos visto y hacer unas fotos del
atardecer en los arrozales, pero el plan se vio interrumpido cuando
vimos un tractor atorado en el río, se le había llevado la
corriente y a pesar de los muchos esfuerzos de los paisanos por
sacarlo seguía allí con el motor sin parar. Nos remangamos los
pantalones y quitamos las zapatillas y nos metemos al agua para
intentar echar una mano. Ya se hacia de noche cuando nos dijeron que
lo dejáramos, no entendimos si iban a traer otro camión para
remorcarlo,pero allí un tractor más o menos en el campo marca la
diferencia.
Empapados y fríos por el aire de la motillo llegamos al Guest House de nuevo en la oscuridad absoluta. Ducha y al night market a cenar los platillos tradicionales.
El lunes fuimos a la estación de
autobuses bien prontito para comprar nuestros tickets a Nong Khiaw.
Una pena inmensa de no haber echo un
trekking y no haber visto a las mujeres en el mercado de Muang
Sing... pero no cambiaría nada de lo que hicimos, pues cada día era
mucho mejor que el anterior y todo allí era sublime. Luang Namtha es
el verdadero Laos.
SUNKINDARKNESS