domingo, 4 de noviembre de 2012

Tiger Leaping Gorges

Domingo, 04/11/12

Al bajar del autobús en Qiaotou tras 2h30 de paisajes magníficos, me encuentro con unos franceses que me dan alguna información general de  las famosas Tiger Leaping Gorges. Voy a la  entrada y me encuentro con que no tengo suficiente dinero como para poder visitar las gargantas, dormir, comer e ir a Lijiang. Así que pregunto donde puedo sacar o cambiar dinero y me indican donde están los bancos, pero los cajeros no me dan dinero.

Recojo mi mochila y me dispongo a coger un autobús hasta Lijiang, cuando me digo que al menos merezco ver un poco de aquello que he venido a ver, así que cojo un camino paralelo a la entrada, subo una cuesta y unas escaleras, bajo una cuesta y estoy dentro sin haber pagado nada. Así que me pongo a andar hacia las Gargantas del Tigre, sin una idea concreta de si darme la vuelta, de si dormir en el campo o de si seguir adelante.



Cojo el sendero y empiezo a subir la cuesta, pero debo de saltarme alguna marca porque acabo preguntando a los paisanos por señas si voy por el buen camino y me dicen que no. Acabo metida por un sendero de cabras desde el que vislumbro el camino que debería haber cogido mucho más abajo de donde estoy. Tomo el sendero de arbustos y tras dos horas de rodeo si estoy donde debería estar. Tras andar algo más me encuentro con un hostal pregunto por el precio y consigo un chollazo tal que puedo incluso cenar sin correr el riesgo de no poder coger el autobús a Lijiang al día siguiente. Después de tres días sin ducharme en Shangri-La por los cortes de agua, resulta reconfortante el agua caliente deslizándose por la piel.


El domingo madrugo para ver el amanecer. Cargando mi pequeña mochila que me resulta endemoniadamente pesada subo hasta el pico después de las 28 curvas. Un chico me adelanta y una  pareja china va a la par conmigo todo el camino, en una de nuestras paradas me invitan a un huevo duro.


El sol brilla con una luz blanca mortecina que no deja capturar el maravilloso paisaje. El sendero discurre entre bambúes, pueblos, cascadas... es bonito, aunque lo sería más si los campos estuviesen plantados, pues acaban de recoger todo el maíz, y aunque es bonito verlo secar, los campos se ven vacíos. Al llegar al final del treeking cojo el autobús hacia Lijiang.

SUNKINDARKNESS