Martes, 20/11/2011
Llegamos a Vang Vieng algo más
recuperados de la resaca de la bolera en Luang Prabang del día
anterior. Cogemos un tuk-tuk hasta el puente gratuito y andamos hasta
el Maylyn hostel donde alquilamos una cabañita muy cuca al lado de
un riachuelo, por supuesto con su hamaca.
Salimos a pasear por Vang Vieng y
acabamos reservando los kayaks que nos llevaran a Vientiane. Cenamos
en un bar australiano una magnificas hamburguesa y acabamos tomando 4
cocktails de vino de arroz en un Irish Pub en el que solo pagamos la
mitad de estos. De nuevo un poco borrachos volvemos a casa haciendo
eses en plena oscuridad.
El domingo mañana de relax, para
acabar con Fernando buscando como loco las llaves de nuestro bungalow. Al final el dueño tuvo que quitar la reja de la ventana
para poder acceder al cuarto pues sólo hay un juego de llaves de
cada choza.
Alquilamos dos grandes donuts,
compramos unas cervezas y nos vamos a hacer el famoso tubing. Hace 3
meses cerraron todos los bares de las orillas, pues el gobierno
australiano se cansó de que sus chavales desapareciesen ahogados en
el río del coma etílico/drogas que se pillaban. Aún así,
disfrutamos de los aguas tranquilas y rápidos del río Nam Song.
Al llegar al pueblo de nuevo, muy
contentos ambos, vamos al bar Full Moon a pedir un batido especial de
mushrooms. Vamos a casa a cambiarnos para ir a cenar, pero acabamos
quedándonos dormidos hasta el día siguiente.
El lunes no soy persona, así que la
idea de visitar las cuevas con la moto se me antoja imposible.
Descansamos, nos echamos la siesta y tras la cena acabamos de nuevo
en el Irish Pub. Prudentemente yo me retiro, pues al día siguiente
nos toca coger los kayaks bien temprano.
El martes el fantástico regalo de mi primo me espera. Un songthaew nos lleva hasta el río y nos embarcamos en los kayaks. Pequeños rápidos amenizan los periodos de remo, una chica se cae al río (sólo traga un poco de agua). Paramos a comer en una zona con un gran salto, y a pesar del miedito me obligo a saltar los 10m. Comemos unas deliciosas brochetas hechas por nuestro guia y algo de arroz con verduras. Continuamos hasta llegar a otro songthaew en el que nos llenamos de polvo y llegamos a Vientiane.
El martes el fantástico regalo de mi primo me espera. Un songthaew nos lleva hasta el río y nos embarcamos en los kayaks. Pequeños rápidos amenizan los periodos de remo, una chica se cae al río (sólo traga un poco de agua). Paramos a comer en una zona con un gran salto, y a pesar del miedito me obligo a saltar los 10m. Comemos unas deliciosas brochetas hechas por nuestro guia y algo de arroz con verduras. Continuamos hasta llegar a otro songthaew en el que nos llenamos de polvo y llegamos a Vientiane.
SUNKINDARKNESS