Viernes, 02/03/2012
Apunto estaba de anochecer y queríamos ir al templo de Brihadishwara (patrimonio de la humanidad). Precioso, el sol del atardecer daba a las piedras cierto carácter cálido.
Zipi se hizo bendecir por la elefanta para demostrarme que no tenía nada que temer. Anteriormente lo había intentado, pero me acojoné y retrocedí... los grilletes de la elefanta no la permitieron tocarme.
Hasta que no se puso el sol no nos movimos de allí. Unas horas antes nuestros cuerpos brillaban por un sudor infinito y ahora el ambiente era de los más agradable.
Dimos un paseo por la calle del mercado, compramos una piña para desayunar al día siguiente y buscamos un restaurante para cenar.
Cenamos un biryani para chuparse los dedos (literalmente) y a las 21h estábamos en nuestro cuarto escuchando música, sin ganas de demasiada charla. Venció el sueño.
A las 8h fuimos de nuevo en el templo del día anterior queriendo captar otra paleta de colores completamente diferente.
Me encontré con la elefanta del día anterior y por una moneda me bendijo. Me dejó la cabeza llena de arena.
Fuimos al casco antiguo en busca del palacio real, anduvimos por dentro del recinto. Fue decepcionante, estoy segura de que pasamos por enfrente y ni nos percatamos de su existencia, sino no me lo explico.
Volvimos al hotel, desayunamos la piña y nos fuimos camino de la estación de autobuses a coger el bus a Trichy.
SUNKINDARKNESS