miércoles, 27 de febrero de 2013

Manila

Miércoles, 27/02/2013

El vuelo llegó puntual a las 2h a Manila, sólo que yo debía de esperar hasta las 7h a que Milos mi nuevo anfitrión me viniese a buscar al aeropuerto. Tapada con mi sábana india en un rincón del aeropuerto mal dormí en el frío suelo.

A las 7h me encontré con Milos y con su ama de llaves, Emma. Emma y yo nos fuimos en taxi a casa, mientras que Milos se iba a trabajar. Tras el desayuno de arroz con huevos y algo como carne de ternera en lata me fui directa a mi cuarto en la azotea donde el sol quemaba. Menos mal que el hombre creo el aire acondicionado y los ventiladores.

A las 13h30 bajé dispuesta a poner una lavadora, pero no había así que la pobre Emma con todo el calorazo se puso a lavar toda mi ropa, incluida mi mochila, mientras yo veía una película. Me hizo la comida: arroz con salchichas y longaniza, pan di sal con queso. Comí queso como si no hubiese mañana.


Fuimos al mercado a comprar algunas cosas y de regreso a pasear a coco el perro de Milos. Fui descubriendo poco a poco la cantidad de palabras que hay en común entre el español y el tagalong (filipino).


Milos llegó para cenar y me puse de nuevo hasta las trancas. Charlamos un buen ratazo y nos tomamos unas copitas de vino antes de ir a dormir.


El martes después de un alucinante desayuno de arroz frito con ajo, bacon y tortilla de tomate. Milos, Emma y yo fuimos a Manila. Milos nos dejó en el metro y se fue a trabajar.

Emma y yo visitamos la Loneta donde hay una interesante maqueta de Filipinas. Pude observar todos los puntos interesantes de turismo de las islas. Ande por el Parque de Rizal haciendo fotos a Emma pues quería que luego se las imprimiese.


Pasito a pasito llegamos hasta Intramuros. Es increíble ver la muralla tan castellana rodeada de bellos plataneros. Una especie de alegría al mismo tiempo de añoranza me embargaba al atravesar los arcos, al tocar la piedra... Burgos.

Anduvimos por la muralla de baluastre en balusatre viendo los cañones y viendo a los adolescentes disfrutar de un largo tranquilo donde relacionarse mirando el precioso verde del campo de golf que entorna la antigua fortificación española.

Llegamos a Fuerte de Santiago y cruzamos su esplendida puerta para así llegar a un trozo de la historia que algo mueve en mí.

 Mi último adiós
¡Adiós, Patria adorada, región del sol querida,
Perla del mar de oriente, nuestro perdido Edén!
A darte voy alegre la triste mustia vida,
Y fuera más brillante, más fresca, más florida,
También por ti la diera, la diera por tu bien.

En campos de batalla, luchando con delirio,
Otros te dan sus vidas sin dudas, sin pesar;
El sitio nada importa, ciprés, laurel o lirio,
Cadalso o campo abierto, combate o cruel martirio,
Lo mismo es si lo piden la patria y el hogar.

Yo muero cuando veo que el cielo se colora
Y al fin anuncia el día tras lóbrego capuz;
si grana necesitas para teñir tu aurora,
Vierte la sangre mía, derrámala en buen hora
Y dórela un reflejo de su naciente luz.


Mis sueños cuando apenas muchacho adolescente,
Mis sueños cuando joven ya lleno de vigor,
Fueron el verte un día, joya del mar de oriente,
Secos los negros ojos, alta la tersa frente,  

Sin ceño, sin arrugas, sin manchas de rubor
Ensueño de mi vida, mi ardiente vivo anhelo,
¡Salud te grita el alma que pronto va a partir!
¡Salud! Ah, que es hermoso caer por darte vuelo,
Morir por darte vida, morir bajo tu cielo,
Y en tu encantada tierra la eternidad dormir.

Si sobre mi sepulcro vieres brotar un día
Entre la espesa yerba sencilla, humilde flor,
Acércala a tus labios y besa al alma mía,
Y sienta yo en mi frente bajo la tumba fría,
De tu ternura el soplo, de tu hálito el calor.



Deja a la luna verme con luz tranquila y suave,
Deja que el alba envíe su resplandor fugaz,
Deja gemir al viento con su murmullo grave,
Y si desciende y posa sobre mi cruz un ave,
Deja que el ave entone su cántico de paz.

 
Deja que el sol, ardiendo, las lluvias evapore
Y al cielo tornen puras, con mi clamor en pos;

Deja que un ser amigo mi fin temprano llore
Y en las serenas tardes cuando por mí alguien ore,
¡Ora también, oh Patria, por mi descanso a Dios!

Ora por todos cuantos murieron sin ventura,
Por cuantos padecieron tormentos sin igual,
Por nuestras pobres madres que gimen su amargura;
Por huérfanos y viudas, por presos en tortura
Y ora por ti que veas tu redención final.


Y cuando en noche oscura se envuelva el cementerio
Y solos sólo muertos queden velando allí,
No turbes su reposo, no turbes el misterio,
Tal vez acordes oigas de cítara o salterio,
Soy yo, querida Patria, yo que te canto a ti.


Y cuando ya mi tumba de todos olvidada
No tenga cruz ni piedra que marquen su lugar,
Deja que la are el hombre, la esparza con la azada,
Y mis cenizas, antes que vuelvan a la nada,
El polvo de tu alfombra que vayan a formar.

Entonces nada importa me pongas en olvido.
Tu atmósfera, tu espacio, tus valles cruzaré.
Vibrante y limpia nota seré para tu oído,
Aroma, luz, colores, rumor, canto, gemido,
Constante repitiendo la esencia de mi fe.

 

 Mi patria idolatrada, dolor de mis dolores,
Querida Filipinas, oye el postrer adiós.
Ahí te dejo todo, mis padres, mis amores.
Voy donde no hay esclavos, verdugos ni opresores,
Donde la fe no mata, donde el que reina es Dios.


Adiós, padres y hermanos, trozos del alma mía,
Amigos de la infancia en el perdido hogar,
Dad gracias que descanso del fatigoso día;
Adiós, dulce extranjera, mi amiga, mi alegría,
Adiós, queridos seres, morir es descansar.

 

José Rizal, 1896







Emma y yo de camino a Asia Mall intentamos cambiar euros sin suerte. Comimos en un pequeño restaurante en el centro comercial. Nos despedimos y yo me fui al starbucks a esperar a Milos.


Milos y yo nos fuimos a cenar a su restaurante favorito del centro comercial, yo un poco reticente a estar un sitio tan europeo y ya acostumbrada a mis pequeños restaurantes locales.

Al llegar a casa de Milos, Emma me regaló un rosario y una pulsera con una cruz, y Milos un saron para mi viaje por los países musulmanes donde bañarse en bikini está estrictamente prohibido. La gente es tan generosa en Filipinas.

El miércoles me encontré con M Jo en Manila con mi siguiente couchsurfer de la isla de Coron. Me llevó con el coche a Malakati a ver la zona de rascacielos y fuimos a comer abobo a la casa de su tío en el centro de Manila.

A las 17h cogimos un taxi hasta uno de los muelles y me dejó en el barco dirección a Coron. La gente en Filipinas es tan amigable, me regaló mi billete (más de 20€) con una sonrisa diciéndome "Welcome to the Phillipines!".


En el barco de Atienza vi una maravillosa puesta de sol en los muelles de Manila.

SUNKINDARKNESS

lunes, 25 de febrero de 2013

Mi viaje por Filipinas

Lunes, 25/02/2013

Viajar por Filipinas, o bien requiere una libertad de tiempo infinita, o una buena planificación de los transportes que uno va a coger. Dado que reserve los vuelos con bastante tiempo de antelación y sin ningún plan, he preferido focalizar mi viaje en las islas de Palawan, en un futuro pienso recorrer otras partes de este país.


Aquí tenéis las entradas que explican mi viaje por Filipinas. El resumen de mi experiencia en este increíble país lo encontraréis en Sunk in Filipinas.

Manila
Coron
El Nido
Sabang
Puerto Princesa

SUNKINDARKNESS

domingo, 24 de febrero de 2013

Sunk in Camboya

Domingo, 24/02/2013

Camboya no posee esa belleza natural de Laos con sus montañas llenas de árboles, ni la diversidad de bellos panoramas de Vietnam, sin embargo atrapa. La belleza de Camboya reside en sus templos jemer y en las zonas rurales, que cubren casi la totalidad del país. Basta alejarse de las grandes urbes e ir a algún localidad pequeña coger una moto y maravillarte con los alrededores.


Camboya es un país donde relajarse, si uno viaja con prisas se puede aburrir fácilmente, sin embargo viviendo día a día a un ritmo lento se puede estar muy a gusto.

Al llegar a Camboya vi bastantes semejanzas con India, y siguen ahí, aunque basta con echar un rápido vistazo a la gente para percibir sus diferencias. Es un país maravilloso, que he disfrutado muchísimo.

Es muy barato si no se cometen excesos. Se puede hacer couchsurfing, aunque en algunos lugares te piden dinero, así pues es mejor mirar que el sitio no tenga referencias negativas. La comida camboyana es mucho mejor que en muchos otros lugares del sudeste asiático.


Lo mejor de Camboya es su gente. Sólo visitando el país, visitando sus templos, comprendiendo su historia reciente, te das cuenta de lo increíbles que son la gente que conoces en tu camino, casi  todos tan sonrientes. Me quedo con la gente de mi pueblecito que tan bien me acogieron, que seguro vivieron momentos tan dificiles en el pasado

SUNKINDARKNESS

miércoles, 20 de febrero de 2013

Siem Reap

Miércoles, 20/02/2013

Me encontré con Noemie, una chica francesa que conocí en Kampot y con la que visité la prisión en Phnom Penh, en el sunset bar del Garden Village. Charlamos un rato y tras la ducha nos fuimos a cenar, al día siguiente visitaríamos Angkor Wat juntas.


El lunes nos levantamos a las 4h15, cogimos las viejas bicis y fuimos a Angkor Wat para ver el amanecer. Era mi último día de ticket y el primero de Noemie, así que fuimos bastante flexibles en nuestra manera de visitar los templos.

Después del precioso amanecer, anduvimos por el segundo corredor hasta decidirnos esperar desayunando pues aún no había suficiente luz como para apreciar el arte jemer.

Noemie no se encontraba demasiado bien y se quedó dormida, así que deje también mi cuerpo descansar mientras la gente pasaba al lado de nosotras sacándonos algunas fotos. Hubo un grupo de japoneses que se rió un montón al vernos dormidas la una al lado de la otra en uno de los corredores más bonitos de Angkor Wat.

Al despertar nos recorrimos todo el templo, excepto el tercer nivel puesto que estaban limpiando las torres y estaba cerrado.

De Angkor Wat pasamos a Angkor Tomb y en uno de los laterales de la carretera nos encontramos con unos novios que se estaban haciendo las fotos de boda, paramos a hacernos una divertida foto con sus paraguas.









Al lado de la boda, había un grupo de monos que me robaron la botella de agua que llevaba en la canasta de mi bicicleta, mala suerte. Con destreza el monito abrió la botella y se puso a beber. La pena fue no poder recuperar la botella para tirarla al contenedor.



 

Visitamos Bayon, el cual estaba mucho más vacío que durante el nuevo año chino. Fuimos luego a Baphuon puesto que no había podido visitarlo en mi anterior visita por llevar pantalones cortos. Comimos en el templo a la sombra de unos árboles.

En Ta Prohm, que sí estaba lleno de gente, y en los marcos de unas ventanas volvimos a echarnos una siesta de casi 2h. Al despertarnos cogimos las bicis hasta Prasat Kravan, que no me dijo nada.


La puesta de sol la vimos en Pre Rup, fue mucho más bonita que en Phnom Bakheng.

El paseo nocturno de vuelta con las bicis hasta Siem Reap se me antojo largo y la ducha bien merecida. Fuimos a tomarnos unas cervezas y picamos unos tomates con amok de pescado, muy ricos. Terminamos cenando en un pequeño restaurante. Agotadas del largo día fuimos a dormir super pronto.


El martes tras descansar largamente decidimos ir a la piscina a pasar el día. Al salir del dormitorio, vi a Alex, un chico inglés que parecía aburrido, y le pregunté que si se venía, se apuntó enseguida. En la piscina nos encontramos con Lu Do un amiguete francés de Noemie.

Tras algunos chapuzones y charlar todo el día, decidimos ir a ver la puesta de sol a Angkor Wat, esperamos hasta las 17h30 a que nos dejasen entrar gratuitamente y en uno de los laterales del tercer corredor nos sentamos a contemplar la maravillosa puesta de sol.


Tras la ducha tradicional nocturna, fuimos a cenar unos nudels, de postre un pancake y a tomarnos algo en X Roof bar, un bar que tiene una pista de skate en la terraza. Nos lo pasamos en grande.

El miércoles vagueamos todos un poquito, nos levantamos tomamos un té los cuatro juntos y nos disgregamos. Alex me acompaño a cambiar dinero, nos tomamos unos helados, comimos y nos bebimos unas cerveza.


A las 17h estábamos yendo de nuevo a Angkor Wat para la puesta de sol a hacer un poquito el estúpido entre las ruinas del templo.

Ducha nocturna, cena y concierto de un grupo punk francés, les Wampas, en el X Roof. Bailamos y sudamos durante una hora.


A las 23h acompañé a Alex al hostal a esperar su autobús. Existe algo denominado ola en los viajes conoces gente guay y tal como han llegado se van. Volví al X Roof con Lu Do y Noemie y tras un rato de charla sobre DJ's famosos en Francia me harte y me fui, me despedí de Lu Do que él también emigraba a otros lugares y a dormir.

El jueves, día tranquilo de trabajo con mis vídeos. Cenaría con Noemie en un italiano una riquísima ensalada y una lasaña.


El viernes más trabajo con mis vídeos. Paseo por Siem Reap viendo sus mercados y templos, en uno de ellos asistimos al culto y a la salida tanto Noemie como yo sentimos nuestros cuerpos sin energía. A las 17h30 iríamos a la sesión de gimnasia con los camboyanos en un centro cultural.


El sábado hacer recados con prisa por mi inminente partida a Filipinas. Imprimir algunas fotos para enviar a Meung Char, comprar un pañuelito de seda como regalo de boda para la futura esposa y pertinente paseo hasta la oficina de correos para hacer el envío. Cosa que no pude hacer porque no conseguí la dirección.

De vuelta en el hostal recibí una llamada de Noemie, la pobre se había caído de la bici y fracturado la clavícula. Cogí la bici y algunas de sus cosas y me dispuse a ir a su encuentro. Con la mala suerte de dejarme el móvil en el hostal. Fui a cuatro diferentes hospitales y al final volví a la guest house para encontrar mi móvil y coger todas sus cosas y llevarlas en moto hasta el hospital.


A la llegada al hospital unos amiguetes estaban con ella acompañandola, pero se fueron enseguida pues tenían que coger el autobús a Phnom Penh. Decidí ir al hostal a recoger mis cosas y pasar la noche con Noemie en el hospital.

El domingo me levanté fui a la oficina de correos envíe el paquete a mi pueblecito camboyano y después fui a hacer recados para dejar a Noemie lo más cómoda posible en el hospital. Sacar dinero, comprar comida, fruta, agua, tabaco, recargar el móvil... El motorista que me llevó a hacer los recados parecía buen tipo y me dijo que se pasaría luego a conocer la enferma.

El resto de la mañana la pasaría haciéndole una pulserita y luego al mercado a comprar algo rico de comer para ambas, quizás ella comiese sólo pasta china el resto de los días de su estancia en el hospital.

A las 18h apareció el motorista encantado de concoer a Noemie y de ayudarla en lo que la hiciese falta. Le despachamos al cabo de un rato, pues me tocaba duchar a Noemie. Luego me duché yo e hice la maleta. Noemie y yo nos despedimos viendo el video de Angkor con el que tanto nos habíamos reido y comiendo sandia.

A las 21h el motorista me vino a buscar y me llevó al aeropuerto. Fui directa a la puerta de embarqué, pero me dijeron que tenía que pasar antes por el check-in para darme un nuevo billete. El check-in estaba cerrado, pero como no tenía que facturar me atendieron rápidamente, pase el control de aeropuerto me senté en la zona de embarqué y 10min más tarde estaba en el avión dirección Manila.

SUNKINDARKNESS

domingo, 17 de febrero de 2013

Kampong Cham

Domingo, 17/02/2013

James y yo partimos con su moto de Siem Reap a las 11h30 dirección Kampong Cham. Llegaríamos a las 17h con las pieles algo enrojecidas por el sol.

Durante el trayecto vimos un montón de pueblecitos, campos, un gran lago con búfalas bañándose... en resumen Camboya. Paramos para hidratarnos y a repostar varias veces.


El tráfico, o quizás la manera de conducir de los camboyanos, o quizás que James a veces iba un poco rápido como para poder prever el caótico plan de conducción de los camboyanos, nos expuso a un par de posibilidades de accidente. La suerte estuvo de nuestra parte y no paso nada.

Uno de los posibles accidentes hubiese sido con un camión que estaba aparcado y que justo cuando pasábamos a su lado se metió en circulación, y el otro hubiese sido con una moto que iba a cambiar de sentido sin mirar.


A la llegada a Kampong Cham buscamos un sitio barato donde dormir y tras una merecida ducha, un chico del guest house me acompañó al mercado a comprar la cena. James y yo fuimos al lado del río a uno de los pequeños restaurantes a beber cervezas y a cenar nuestra barata cena. Era un sitio perfecto y lo disfrutamos muchísimo.

Tras unas pocas -muchas- cervezas cambiamos de lugar a un banquito y fue cuando los borrachillos del pueblo empezaron a charlar con nosotros para ver si les dábamos pitillos y dinero para alcohol. Hubo un momento en el que me harté y les pedí que se fueran, fue entonces cuando retaron a James primero a un combate a lo que me opuse. Terminaron haciendo flexiones con una mano y luego a un pulso. James a lo primero perdió a lo segundo ganó.


El sábado tras un desayuno tardío, James y yo cogimos la moto para visitar las islas del Mekong. Cruzamos el puente de bambú, pagamos el peaje y seguimos la vía principal hasta que llegamos a la zona de campos.

Los pueblecitos me recordaban a Meung Char, aunque estos tenían las columnas o al menos su comienzo en hormigón, supongo que en época de lluvias el Mekong desborda y por eso la arquitectura aquí cambiaba ligeramente. También se percibía que las casas eran mejores, supongo que por la abundancia de tierras fertiles de alrededor.


Tras perdernos por diversos caminos y admirar el paisaje de repente salimos a un claro que daba al río y llegamos a donde se cogía el ferry para salir de la isla. Pedimos unas botellas de agua y nos sentamos a esperar a que regresase el ferry. Mientras me puse a charlar con la mujer en mi pobre camboyano sonriente, poco a poco empezó a aparecer gente para coger el ferry.
Cruzamos al otro lado y me sorprendió que me pareciese aún más bonito y auténtico que la islita turística. La gente, sobre todos los niños, saludaban, sonreían, nos perseguían en la moto. Paramos a tomarnos unos polos y luego nos metimos por un camino de dunas. Lo tuve que recorrer a pie mientras James intentaba evitar caerse de la moto.


Llegamos de nuevo a Kampong Cham llenos de polvo. Tomamos una cerveza y picamos algo.

Tras la breve pausa de la comida, fuimos a Nokor Wat a visitar las ruinas Khmer. Me sorprendio gratamente descubrir un templo budista en medio de las ruinas, llenando así de color la zona.


Cerca se supone que hay un mausoleo dedicado a las víctimas de los Khmer Rouge, que no llegue a ver y si lo vi me pasó desapercibido.

Hice el circuito al rededor del templo, vi a las monjas lavar los suelos de las capillas, a un mono corretear por los alrededores y acabé escalando para hacer unas maravillosas fotos de la fusión entre antiguo y nuevo.


Anduve un rato entre las tumbas del cementerio y terminamos viendo la puesta del sol sentados en un murito khmer.


Volvimos al centro y tras un refresco, la ducha y algo de internet, fuimos al mercado a comprar la cena para repetir lo que hicimos el día anterior. Compramos salchichas, costillas de cerdo, arroz, verduritas con carne, tortilla de camarones... y a tomarnos unas cervezas al lado del río, sólo que esta vez los mosquitos atacarían y al final optamos por irnos a algún sitio más civilizado a probar suerte, no la tuvimos. A las 22h decidí guarecerme de los mosquitos en el hotel.

El domingo me levanté y con todas mis cosas fui al mercado a buscar alguna minivan barata que me llegase a Siem Reap, no hubo suerte y al final tuve que comprar billetes de autobús para las 12h. Me fui a hacer tiempo desayunando con James, nos dijimos de nuevo adiós y de nuevo a la estación de autobuses.

SUNKINDARKNESS

viernes, 15 de febrero de 2013

Visitando Angkor

Viernes, 15/02/2013

El domingo 10 llegamos a Siem Reap a las 23h. Regateamos un buen rato los precios de los tuc-tuc, y al final conseguimos algo más o menos la precio que queríamos y nos dejo en el hostal que me había recomendado una amiga, el Green Village. Preguntamos por un sitio donde dormir y nos dijeron que estaba lleno, que fuésemos al día siguiente.

Anduvimos de hostal en hostal preguntando, todo full por el nuevo año chino. Encontramos un hotel por 25$ dolares con una cama lo suficiente mente grande como para los tres, así que aceptamos cansados.

El lunes me levanté pronto y fui al Green Garden a buscar un sitio para dormir barato, conseguí una habitación para tres sin cuarto de baño en el tejado del edificio en el que habían creado habitaciones con hojas de palma. Al menos no era muy caro.

Durante el día fuimos a chequear el cambio en los bancos y dimos un paseo por la ciudad. Comimos y fuimos a Angkor a comprar nuestros billetes de tres días y aprovechar de la puesta de sol gratuita.


Llegamos a Phnom Bakheng un poco tarde, así que no pudimos subir al templo, vimos la puesta de sol desde un mirador (mucho más bonita que desde arriba del abarrotado templo).

El tuc-tuc nos había abandonado para ir a hacer coger otra gente, así que cogimos otro tuc-tuc al centro. Nos encontramos con el primer conductor que nos pidió que le pagásemos y le dijimos que no, que él no había cumplido con el acuerdo, que nos había abandonado. Me llamaría varias veces al móvil, pero yo no se lo cogería.


Nos dimos una ducha y fuimos al night market. ¡Qué de ropa bonita y colorida! Matthieu se compró alguna cosa para el día siguiente. Cenamos cerca del mercado y nos acostamos pronto pues el día siguiente sería duro.

El martes nos levantamos a las 4h15, cogimos unas bicis del hostal y fuimos al supermercado 7/24 a comprar algo para hacernos unos sandwiches. Seguimos el río hasta llegar a la entrada donde mostramos nuestros pases y seguimos pedaleando hasta Angkor Wat a ver el amanecer. Estaba abarrotado y la gente malhumorada por haberse levantado temprano.


Vi el amanecer desde 3 puntos diferentes, buscando la mejor foto y puedo decir que en la esquina izquierda del lago hay mucha menos gente y es mucho más bonito.

Matthieu y Sophia se fueron por su lado a hacer la visita del templo, mientras yo esperaba a ver salir el sol por detrás del templo. Me cansé de esperar y me fui a dar un corto paseo. A la entrada del templo me encontré con un chico colombiano residente en Israel con el que me había cruzado anteriormente con la bici, así que charlando me di un paseo por Angkor Wat sin apreciar realmente la visita.


Me encontré con Matthieu y Sophia en uno de los templos laterales de la entrada a Angkor Wat, desayunamos unos sandwiches contemplando la masa de visitantes chinos. Era el nuevo año chino así que había más de lo normal.

Pedaleamos hacia el norte y paramos en varios templos pequeñitos que nos gustaron bastante, quizás porque era los primeros que veíamos. Cruzamos el puente y la puerta sur para adentrarnos en Angkor Tomb y llegamos hasta Bayon.


Bayon estaba plagado de gente. Elefantes daban vueltas alrededor del templo llevando a algunos turistas, autobuses por doquier, tráfico... El precioso templo con cientos de caras no perdía encanto ante tanto turista, pero en cambio Sophia estaba disgustada.

Tras contemplar las obras de arte jemer con sus guerras de elefantes, con sus danzarines hinduistas y reflexivos budhas, fuimos hasta la puerta oeste. Contemplamos el río escuchando el canto de los pájaros y las risas de los niños que iban a la escuela.


No muy lejos al norte de Bayon estaba Baphuon donde no me dejaron entrar por lleva pantalones cortos, me senté en la sombra a esperar a Matthieu y Sophia. Recorrimos las ruinas del palacio real y de ahí a las terrazas de los elefantes y Leper King para acabar en Preah Pithu Group.

Recogimos de nuevo las bicis y pedaleamos entre las estancias del hospital. Cruzamos la puerta norte y vimos las ruinas de Krol Romeas y visitamos el templo de Preah Khan que me gustó muchísimo.

Uno de los policías del lugar nos contó unas pocas cosas sobre el sitio y nos hizo algunas bonitas fotos por una propina.

Cansados de pedalear todo el día fuimos a Phnom Bakheng para la puesta de sol. Llegamos a las 16h15 e hicimos la cola por al menos 45min hasta que nos dejaron acceder arriba. La puesta de sol no fue para tanto, mucho mejor desde el mirador.


El miércoles nos levantamos con la calma, fuimos a desayunar y pasamos la mañana vagueando. A medio día nos dirigimos hacia el Museo Nacional. Pagamos el desorbitado precio de la entrada y nos dispusimos a comprender un poco mejor lo que habíamos visto el día anterior y lo que veríamos en lo sucesivo en Angkor Wat.

Tardamos 3h en recorrer las 6 ó 7 galerías. La más interesante de todas me pareció la de las religiones, ya que el arte khmer trata de reproducir éstas.


A las 19h estaba duchada y arreglada para encontrarme con James, al que había conocido en Lijiang escuchando a los Naxis, y a Dave, que también conocí en Lijiang y con el que me reencontré en Luang Prabang y luego en Phnom Penh.

Fuimos a cenar y ponernos al día tomándonos unas cervezas. Al día siguiente tocaba volver a madrugar para visitar Angkor, así que tampoco dio tiempo para mucho.

El jueves a las 4h30 estábamos de pie Matthieu, Sophia y yo para buscar un tuc-tuc que nos diese un paseo por Angkor. Le dijimos que nos llevase directamente a Promh Tomb, o también conocido como templo de Tomb Raider. Unos amigos me habían recomendado ir un amanecer y disfrutar del canto de los pájaros y de la soledad del lugar... yo lo disfruté muchísimo, aunque apenas se hizo de día empezó a aparecer gente.

Tras visitar Ta Prohm fuimos a Bantay Kdei, templo que no me gustó demasiado, quizás mi humor se viese afectado por los inagotables niños que te querían vender 10 postales por 1$ y que a pesar que dijeses no te lo repetían una y otra vez.
El tuc-tuc nos llevó a Takeo que me pareció un templo normalito, sin embargo los templos colindantes a la puerta del este o la del triunfo eran maravillosos.


Anduvimos de la puerta este a la puerta de los muertos y de ahí a la primera de nuevo a coger el tuc-tuc. Hacía demasiado calor y los malos humores afloraban, o mejor dicho empezamos a perder la sonrisa entre nosotros.

El tuctuc nos llevó a Banteay Prei y Prasat Prei que no nos gustaron y ya empezábamos a cuestionarnos cuantos más templos haríamos cuando propuse tomarnos unas oreos para sentirnos más felices, Sophia no quiso.
No paramos en Neak Pean, a mí me hubiese gustado, pero comprendía perfectamente a mis acompañantes, así que ni lo sugerí. Llegamos a Ta Som que lo visitamos con un poquito más de energía, aunque rápido.


Visitamos East Mebon que quizás sea uno de los templos que más me gustan de Angkor con sus estatuas de elefantes y leones. Pre Rup también me llamó muchísimo la atención.


Llegamos a las 14h a Siem Reap, me di una ducha y conecté a internet. Sophia y Matthieu cayeron fritos en la cama.

Dave y James me propusieron ir a la piscina, así que viendo a mis catatónicos acompañantes decidí tomarme la tarde libre e ir por mi cuenta con mis colegas de viaje a darme un chapuzón y beberme unas cervezas. Me lo pasé en grande en la piscina. Al menos estuve 3h seguidas en el agua y me tomé un par de Beer Lao, ¡qué ricas!

James me dejó con su nueva moto en el hostal y tras la ducha fuimos a cenar los cinco juntos, un ambiente de lo más agradable. Sophia en mitad de la cena se sintió indispuesta y se fue, así que Matthieu y yo terminamos de cenar y nos retiramos a ver como estaba. Me despedí de Dave, pues nuestros caminos no se volverán a cruzar hasta dentro de mucho.

El viernes desayuné con Matthieu y Sophia y me despedí cariñosamente de ellos. Fui al hostal de James con mi mochila para motear un poco hasta Kampong Cham y así despedirme también del Mekong.

SUNKINDARKNESS

domingo, 10 de febrero de 2013

Visitando Phnom Penh


Domingo, 10/02/2013

Llegué a casa de Siva, mi nuevo couchsurfer de Phnom Penh. Me di una ducha e hice una lavadora y ya estuve lista para conocer a mi nuevo anfitrión. Nos fuimos a cenar juntos a una tasca cercana que me recordaba al putechu de Bathalapalli. Cenamos muy bien y charlamos alegremente toda la cena sobre todo de India su país y mi último hogar.

A la 1h llegaron Matthieu y Sophia de Shanghai, hacia unos 3 meses y medio que no les veía. Tras una breve charla nos fuimos a dormir.

El sábado fuimos a desayunar todos juntos cerca de casa de Siva y tras despedirnos de él nos fuimos a las killing fields.

El paisaje verde, el canto de los pájaros y la audio guía que te va explicando detalladamente los horrores cometidos en el lugar. Uno no se podría llegar a imaginar el horror que debieron vivir los camboyanos en la época de los Khmer Rouge con Pol Pot al poder. Empecé a pensar y dar vueltas en como habría afectado toso ese infierno a la gente de Meung Char, en especial a Mummy.

La visita la haces sólo, rodeado de gente carente de sonrisa que como tú van asimilando los datos y sintiéndose profundamente tristes, al final del recorrido empiezas a darte cuenta de que quizás has estado al lado de alguien casi dos horas y no habías reparado en ella, tan encerrado en ti mismo y tan dramática historia de Kampuchea.

Matthieu, Sophia y yo nos juntamos al final de la visita e hicimos un pequeño ritual con una de mis creaciones. Cada uno cogimos el collar por un rato sólo reflexionando sobre nuestros sentimientos y deseos de que este tipo de tragedias no se repitan más, y en el árbol de las matanzas donde mataban niños dejamos nuestra ofrenda colgada de una pulsera con el símbolo de la paz que alguien había dejado allí antes.

En el tuktuk nadie hablaba, así que le dije al conductor que buscase unos helados para animarnos un poco, al final tuvimos que conformarnos con unos cocos.

Llegamos al museo del genocidio, un antiguo instituto que fue transformado en prisión. Nos encontramos con Noemi allí, una chica que conocí en Kampot. Juntas anduvimos por las celdas, viendo las fotos de los prisioneros.

Matthieu, Sophia y yo fuimos al mercado central y tras una breve vuelta por allí, nos encaminamos hacía Wat Phnom que estaba inundado de gente que acudía a rezar por última vez en el año del dragón chino.

Anduvimos por el riverside hasta el night market y allí nos sentamos a bebernos en una cerveza y como de casualidad apareció Conny con Alis. Fuimos a la oficina de Conny a disfrutar de la barbacoa y conocer al grupo de hackers de Phnom Penh. Decidimos salir de fiesta, así que avisamos a Siva que no iríamos a dormir.

Un tutuk nos llevó al un local llamado Rock donde había música camboyana en vivo y la gente bailaba en corro. Tras un rato allí fuimos a la terraza de un edificio bastante alto de Phnom Penh y nos bebimos una botella de vino, y para terminar acabamos en el restaurante llamado Chuck Norris donde Matthieu se nos quedo dormido, así pues nos fuimos a casa de Conny a dormir.

El domingo nos levantamos en casa de Conny desayunamos en el russian market e hicimos tiempo hasta que Siva volviese a casa para coger nuestras mochilas para ir a Siem Reap.

SUNKINDARKNESS

viernes, 8 de febrero de 2013

Despedida en Meung Char


Viernes, 08/02/2013

De Kampot cogí una minivan en el mercado central hasta el desvió a Meung Char y de allí una moto que me dejó en la chocita que estábamos construyendo, parecía que habían afianzado un poco las columnas en la arena.

Anduve hasta la casa de Sreyx y todos sonrieron al verme aparecer de sorpresa. Les expliqué que había ido a Kampot y que en Kep había comido cangrejos, se molestaron porque no les había llevado... dudo que supiesen como comerlos, me hubiese salido a una fortuna y ni lo pensé.

Sacaron algo de fruta para que comiese y poco más tarde fui a saludar al resto de vecinos. Me duché y cené con la familia con la que dormía. Me dijeron que en Abril sería la boda y que estaba invitada. Les dije que para entonces estaría en Filipinas y se quedaron muy tristes.

Tras la sencilla cena subimos al piso de arriba, puse la esterilla en mi sitio, saque mis mantas y me puse a trabajar un poco con el ordenador mientras ellos veían como las cenizas del antiguo rey se echaban al río. Cuando me quedé sin batería me tumbé a ver la televisión con ellos y me quedé dormida algún rato, cuando se dieron cuenta que estaba dormitando apagaron la tele y se fueron al piso de abajo.

El viernes me desperté a las 6h tras haber mal dormido, pues oía corretear algo cerca mío y estaba obsesionada con que cerca había laguna rato, resultó ser el gato.



Me fui a desayunar el bol de arroz con carne y luego hice mi mochila y me fui a casa de Mummy. Mientras hacía una pulsera para Sreyx pusieron las paredes aluminio a la chocita, a la hora de la siesta bajo el techo de aluminio realmente pensaría en el horno que podría llegar a ser esa choza cuando estuviese terminada.y otra para Mummy, luego me fui a duchar.

Una mujer vendía espinacas de casa en casa, Mummy me preguntó que si quería y le dije que sí, así que compré las espinacas para las dos y para algunos vecinos que me vieron pagar y se abalanzaron a que pagase también algo de su comida. No me importó, de hecho lo hice con gusto.


Tras la ducha, Mummy y yo comimos. Terminé de hacer la pulsera de Sreyx y hice otra para Mummy. Al verme terminar me dijo que me durmiese, pero en vez de eso remendé mis pantalones de nuevo y luego me puse a darle cosas de mi mochila: una manta de avión, un montón de pastillas de jabón de sándalo de Mysore y otras tantas de los hoteles de China, toallitas húmedas, pasta de dientes y un nuevo cepillo, champú, acondicionador, gel , crema para las manos y crema hidratante. Mummy estaba tan contenta. Prometí llamarla esa noche y escribirla.

Tras una siesta y esperar en vano a que apareciese Mr. Kim para ir a visitar el orfanato cogí mis cosas y empecé a repartir besos, muchos besos. Haciéndole fotos con gente que no espero olvidar nunca. Todos me preguntaban cuando volvería y yo no sabía que contestar.

SUNKINDARKNESS