Lunes, 23/12/2012
Así pues, después de pasar unos agradables días en Pha Tang con Mali y Win, crucé de Tailandia a Laos. En Huay Xai tras hacer el visado a la llegada, compré en el muelle un billete para el barco que descendía el río Mekong hasta Luang Prabang, mucho más barato que en las agencias, y esperé viendo a la gente jugar a la petanca hasta las 11h30 que salió el barco.
Me senté en la zona trasera del barco, en el lado derecho, el que daba a Tailandia y a las montañas donde había pasado los días anteriores y me puse a hacer pulseras mientras miraba el paisaje.
A mi lado se sentó Maya, una israelita que también hacia pulseras, así pues intercambiamos conocimientos y nos acompañamos en las 6h que duró el trayecto hasta Pakbeng, donde compartimos una habitación de tres camas entre cuatro.
Tras cenar la deliciosa comida que Mali me había preparado con todo su cariño levantándose a las 4h30 de la mañana para hacerme unas bolsitas con tortilla, cerdo, pimiento con cebolla y arroz, salí a mandar unos mensajes a aquellos con los que me encontraría en Luang.
Conocí a unos argentinos que me forzaron a irme de cervezas con ellos, cosa que acepté rápidamente, y me fui a dormir tras que me propusieran un paseo romántico para ver los elefantes bañándose en el río al amanecer. Decliné con mucho estilo.
El jueves a las 9h estábamos de nuevo en el barco, tras 8h llegábamos a Luang Prabang. Seguida de las chicas del día anterior enfile directa al mismo guest house de la vez anterior, y conseguimos una habitación para 3 muy barata.
A las 19h15 me dejé caer por el night market, justo en la puerta del palacio real donde me encontré con Roberto y Manuel. Fuimos directamente a cenar a un restaurante belga y nos pusimos al día.
El yetlag había afectado un poco a mis parientes, así que al terminar de cenar me fui a un bar a para contactar con Dave, un chico al que conocí en Lijiang (China), y en 10min estábamos tomándonos cervezas juntos y poniéndonos al día.
El viernes por la mañana Dave y yo compramos un par de barras de pan, tomates, unas pizzas y nos encaminamos a la stupa dorada. Para llegar a Wat Phol Phao cruzamos por la zona rural de Luang.
Picnicamos cobijados del sol a la sombra del templo, en un césped bastante aceptable, mirando unas muy bonitas vistas de Luang Prabang. Comimos un paquetito de jamón que Roberto con cariño me había comprado en España y una lata de mejillones a la gallega cuca, mis favoritos, que Zipi gentilmente me remitió hace 2 meses. Hicimos el tonto un rato y a las 13h30 cuando abrió la visitamos produciendo eco en su cúpula.
Anduvimos al hostal a coger los ordenadores y fuimos a un bar del centro a conectarnos un rato. Dave se fue y yo me fui al Utopía a esperar a Roberto y Manuel. Disfrutamos de la tranquilidad del Utopía y nos fuimos a cenar.
Un poco tocada del vino, el coche me dejo en la puerta de mi hostal. Fui a hacer una corta visita a Dave que se iba al día siguiente bien prontito hacia Vang Vieng.
El sábado a las 9h el coche me pasó a recoger y junto a Roberto y Manuel cogí un barco que remontaría el Mekong. Paramos en un pueblo para ver como destilaban el licor de arroz y donde nos contaron sus diferencias. Pudimos ver las botellas potenciadoras de virilidad con serpientes, escolopendras y escorpiones dentro.
Seguimos remontando el río hasta la cueva de los budas, Pak Ou. A mí no me pareció nada del otro mundo, aunque su historia era curiosa. Comimos en la orilla de en frente y descendimos el Mekong hasta casi Luang Prabang para ver como se hace el papel maché y los telares. El día resultó una bonita excursión.
Cenamos y nos despedimos. El lunes por la mañana cogía el autobús a Sam Neua que me pondría de camino a Hanoi.
SUNKINDARKNESS