sábado, 21 de junio de 2014

Summer Solstice at Stonehenge

Sábado, 21/06/2014

Fue una noche inolvidable.


Pequeña aventura que comienza con un avión que despega desde Madrid a las 18h, un alquiler de coche a las 21h, y una perdida sin fin por las carreteras de Inglaterra, siempre conduciendo por la izquierda. Llegaríamos al parking de Stonehenge a la 1h. Hacía mucho mejor tiempo de lo esperado.

Caminamos por un océano de coches, hasta llegar al control donde no nos dejarían pasar con nuestra botella de cristal de buen vino español, qué no pakistaní. Al final tendríamos que bebernos rápido nuestro calimocho inicial para así no desperdiciar ni una gota de nuestra poción mágica de color bermellón.


El paseo desde el primer control hasta el recinto principal recordaba a esas películas americanas en las plantaciones de maíz, sin embargo en vez de alienégenas, nos cruzábamos con druidas, borrachos y, ¡que sé yo! -accento argentino en la pronunciación de esto último. A lo lejos luces que nos cegaban y nos impedían ver las piedras.

¿Piedras? Obeliscos, menhires, dólmenes... special!, very special.


Al principio me sentía tan fuera de lugar entre tanta gente. Andábamos entre gente acostada en sus sacos de dormir, grupos de gente bebiendo, riendo y hablando altísimo, gente tocando instrumentos o haciendo rituales...

Meterse en el corazón de Stonehenge, las luces negras magnetizando el lugar, aquel chico paseándose en lo más alto de la estructura... y los de seguridad mirando desde abajo.


Dejarse llevar a la perdida del control, el ritmo poseyendo tu cuerpo y aquella increíble canción infinita, ... el no poder parar y no querer hacerlo. Desear que el tiempo se detenga para siempre y ansiar el amanecer, la luz del sol y su calor.

Las piedras, esas cálidas piedras. Un saludo al sol que comienza a calentar nuestros cuerpos. El camino de vuelta.


SUNKINDARKNESS

viernes, 13 de junio de 2014

Echando raíces

Viernes, 13/06/2014

Sucede que es frecuente que soñemos despiertos, que pensemos posibles acontecimientos para un futuro y que jamás acontezcan, que invirtamos tiempo, energías y esfuerzo en sueños "imposibles" (si los soñamos imposibles no son), y en tratar de amoldar la realidad de nuestro entorno queriendo aumentar las probabilidades de que estos deseos se hagan realidad. Todo esto da como fruto una frustración constante, una infelicidad autoinducida, angustias, un ciclo de oscuridad, pensamientos negativos que llevaran a que todo se torne negro y al final te veas inmerso en una mala racha.

El retorno de las vacaciones en Perú hicieron que por fin atracase en puerto madrileño, ¿qué sería de mí?, ¿qué haría a partir de ese instante?, ¿cuántas decisiones tendría que tomar?

La decepción de no recibir esa working holiday visa a Nueva Zelandia, decepción inducida del pensamiento frecuente de que era la manera más sencilla de salir de esa toma de decisiones y de ser arrastrada por una corriente más poderosa que uno mismo hacía un destino, o un sueño. Si me hubiese sido otorgada, habría ido porque así debía de ser, sin llegar a plantearme si era lo que realmente quería.

Los días que siguieron a esa decepción, fueron malos, un plan de acción debía ser expuesto, una toma de decisiones. Menos mal que al menos una se sentía respaldada por los amigos y la familia para poder desfogarse, charlar, volver a concentrarse, ser aconsejada, y por fin, tranquilizarse... y aceptar que aquello que llegase sería como debía de ser.

La Pachamama me dijo una vez: - "Allá donde estés ese será tu sitio, puesto que tus raíces están en la Tierra (en mí) y no en un único lugar, no sólo en España."

Todo se volvió sencillo de repente, pero energéticamente quedé exhausta y en ese regeneración energética me sentí de nuevo en equilibrio. La búsqueda de apartamento, las diversas mudanzas, el trabajo, las quedadas con los amigos, las actividades... Me he sentido tan respaldada en todo, me habéis ayudado tantísimo todos.

Gracias.

SUNKINDARKNESS