jueves, 17 de noviembre de 2016

Camino de Santiago

Jueves, 17/11/2016

En una ocasión, en un vuelo transatlántico me sentí bastante triste al ver un reportaje sobre el camino. ¿Por que esa necesidad de ir a conocer el otro extremo del mundo, cuándo existe esa maravillosa experiencia en casa? Años más tarde encontraría el tiempo para caminar.


Whiskey y yo salimos del puerto de Somport el 16 de Octubre.


Días de verano.


Aunque la soledad te envuelva, tu sombra siempre te acompaña.


Buscando esas flechas amarillas, o conchas.


Hasta el agotamiento.


Tras 175Km y 7 días andando nos separaríamos en Puente de la Reina.


Y empecé un nuevo camino, una nueva etapa. Sola


Sin embargo, nunca estás solo.


Alguien camina a tu lado.


La belleza se magnifica.


Esas nubes dramáticas.


El amanecer.


Las hojas de otoño.


Un paisaje invernal.


Una sencilla comida se vuelve un banquete.


Al mal tiempo buena cara.


Pasarás la cruz de hierro.


Acabarás encontrando Galicia.


Oli se reunió conmigo en Sarria a 107Km de la meta. Y otro camino da comienzo, acompañada.


Al llegar a Santiago la Compostelana.


Las cervezas, comidas y cenas con los compañeros.


Comida de lujo en el Parador para los 10 primeros peregrinos.


Ese camino, día tras día te quiebra físicamente, pero te endurece. Te quiebra mentalmente, pero te da voluntad para seguir adelante. Te hace odiarlo queriéndolo.


Me llevo el sonido de mis pasos, el cantar de los pájaros, 32 amaneceres, gente maravillosa...


Me llevo las ganas de seguir andando, de iniciar otras etapas, o buscar otros senderos en el camino. Una rutina completamente impredecible. Un viaje.

SUNKINDARKNESS

miércoles, 24 de agosto de 2016

Blue Marlyn - Navegando por el Peloponeso

Miércoles, 24/08/2016

Blue Marlyn III mi nueva casa. Me llevaría a navegar por un mar de ensueño. 15m de confort con un mástil de 22m y velas enorme, cada vez que son desplegadas te quedas anonadada.


Ozan mi nuevo capitán. Me llevaría 300 millas desde Creta al Peloponeso. Fotografo acuático profesional, experimentado submarinista, compañero de viaje, aventuras y filosofía.


La sola contemplación del mar, el constante calor del sol en la piel, el vaivén de las olas, la rotación del barco sobre la cadena, el viento puliendo la cara.


Perderse en los pensamientos, o vaciarse de ellos... sentir que quieres compartir ese momento con alguien, y sentir que no necesitas a nadie.


El calor es tan intenso que no queda escapatoria que zambullirse en las infinitas aguas del Egeo.


El profundo azul.


Y cuando te aburres,  parar motores y otra vez al agua.


Estrellas fugaces, satélites, constelaciones...


La luna y su reflejo en las aguas oscuras. El cansancio de la mente tras tantas horas expuesto al exterior, a la absoluta libertad de.esta sociedad. Cual LSD si el viento sopla suave los rayos de la luna se proyectan como mil gusanillos de luz en el agua. Cual entes reptantes carentes de luz que buscan la oscuridad cuando la velocidad se incrementa. Todo es posible.


Pescar un Albacora (Atún blanco) de 20 Kilos.

Elafonisos

Playa de aguas turquesas, bonita y con gente. 3 días de viento con fuerza 7/12 en la escala Beaufort dejando pasar el tiempo y rock-and-roleando por las noches de un lado a otro del camarote. Nunca hubiese podido pensar que 3 días sin hacer nada se me pasarían tan rápidos.


Monemvasia

Precioso pueblo medieval de altas murallas, estrechas calles y algunos callejones. Dejarse guiar por las señales de Wine Tasting hasta Byron y probar al fin un buen vino blanco.


Geraka

Sin duda alguna una perla perdida en mitad del Peloponeso. Una laguna chiquitita de difícil acceso con la mejor taberna de toda Grecia: Remezzo. Las sardinas y el tarama increíbles.



Kiparissi

Pueblo con una bella playa empedrada de ambiente familiar y risueña.


Spetses

Isla de moda por estar cerca de Atenas. De cierta belleza, sin embargo invita al consumismo y tan atestada de gente que la sensación de tranquilidad se pierde. 


Kythera

A pesar de haber estado allí ya hace un año, nunca deja de sorprender. Barco semihundido de ensueño. Precioso snorkel en espirales con los peces.


SUNKINDARKNESS

viernes, 12 de agosto de 2016

Chania

Viernes, 12/08/2016

Cuan deseado era llegar a Grecia. Romper con la rutina, y dejarse llevar por el viento a nuevas aventuras.

El año pasado hice un gran amigo en Syros, Toby. Toby es, y será siempre, mi Indiana Jones del viento, del mar. Submarinista profesional en el pasado, sailer, kite surfer… más un millón de experiencias vividas en su vida le hacen, a mis ojos, un ídolo. Tras tomar la decisión de dejar el trabajo estrensante y cuadrar todo para que el verano fuese el momento ideal para comenzar una nueva vida, le contacté: 
- Toby, he dejado el trabajo y he pensado que podría echarte una mano con los charters que tengas en verano en tu velero. ¿Qué te parece?
- Este año estoy en Chania (Creta), como monitor de kite surf. No voy a hacer muchos charters… pero ya sabes que siempre eres bienrecivida en mi casa.


Sin mucho más parloteo compré un billete. 2 meses en Grecia parecían la solución adecuada para calmar mi ajetreada mente tras tan duros meses de trabajo, tras todas esas estrategias de empresa, todos los sin sentidos que tiene enriquecer a otros… llegando a olvidar el alimentarse a uno mismo.

Así llegué el 3 de Agosto a Heraklion (Creta), autobús a Chania y velero en el puerto con camarote para mí sin demandar nada a cambio… eso es sincera y profunda amistad. Curioso que tan profundos lazos se puedan establecer en una semana, con una navegación compartida a Paros y Naxos.


Reencuentro emotivo con Toby. Nuevos amigos en el puerto: Marcus, hijo de Toby y un chaval genial; Ozan, el impulsor de las happy hours; Stephane y Karen, de bellos corazones; y Mie y Per con su generosidad. Una semana en el puerto me harían estrechar lazos con todos ellos, crear nuevas oportunidad y bellos posibles horizontes azules.

Uno puede pensar que la vida en el puerto debe de ser rutinaria, siempre igual… desde luego no en mi caso. Cada día algo nuevo pasaba. Sábado: fiesta en la playa. Domingo: hacer contactos y margaritas. Lunes: velero a Kri-Kri island. Martes: blog y tortillaca de patatas. Miércoles: Stephalia y ver los saltos de Marcus haciendo kyte surf. Jueves: mercado y sangría nocturna.


Y sin que una semana haya pasado, un nuevo horizonte ha llegado. El viernes por la mañana a las 6h estaría soltando amarras hacía otra aventura en compañía de Ozan.

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domingo, 26 de junio de 2016

Moscú

Domingo, 26/06/2016

El tren de San Petersburgo a Moscú fue una tortura. Nuestros vecinos de cabina eran dos regordetes (sin re) que roncaban de lo lindo y nos dieron la noche.


Sin embargo llegar a las 7h de la mañana a Moscú mereció la pena. En nuestro hotel no nos aceptaron hasta las 14h y mientras tanto, como zombies anduvimos por la plaza roja hasta ver las hordas de japoneses aparecer por la esquina. 


Mereció la pena estar sin gente. Esperamos hasta las 10h para visitar la tumba Leninh, sin suerte, no abriría ni ese día ni al siguiente.


Con nuestras mentes cansadas nos dispusimos a hacer lo que todo el mundo: Visitar el Kremlin. Esperaba tantísimo más del lugar que me quedé un poco fría.


Siestaca en nuestro precioso hotel para recuperar las fuerzas de tan agotadora noche y mañana. Y para terminar el día cenota en Oecca un restaurante maravilloso. Ofrece dos ambientes y menús diferentes: Georgiano y Ucraniano. Ambos deliciosos, la primera noche fuimos al Georgiano, la segunda al Ucraniano.


Para terminar, un delicioso paseo nocturno por los jardines del Kremlin, sin acceso a la plaza roja a causa de las fiestas por las graduaciones que en cada esquina de Moscú festejaban y tiraban fuegos artificiales.


Tras haber dormido como bebés, tratamos en vano de ir a ver a Leninh de nuevo en nuestro segundo en Moscú. Nos quedamos con ganas y fuimos a dar un paseo hasta el parque de Gorky.


... Y mientras color terapia por todos lados: Rojo en la plaza roja, azul en las fuentes, amarillo en lo imperial...


Preciosas vistas de camino al parque.


Lo que más me gustó del paseo fue ver en las lejanías esos rascacielos con águilas imperiales, estrellas, o hoces con martillo en la cima. Me sentía tan comunista andando por las calles de Moscú con mi camiseta de estrella roja china.


El parque resultó ser uno sitio genial para relajarse un poco, para descansar y para divertirse. Tantos conciertos en la calle, tanta gente patinando, divirtiéndose. Me encantó ver la vida de los rusos de esa manera. Demasiado sol, demasiado calor, casi insolación. 


Para terminar el viaje y no menos importante. Desayuno con Carolina, una chica encantadora con la que me gustaría encontrarme de nuevo en alguno de mis viajes.

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