viernes, 31 de mayo de 2013

Annapurna 1: Hacia Thorong-La


Viernes, 31/05/2013

Día 0: Pokhara – Bhulbhule max:840m

Pokhara – Dumree: 2h30 (autobús)
Dumree – Besisharar: 1h30 (autobús)
   Sellado de permisos (Circuito y TAAN)
Besisharar – Bhulbule: 1h (autobús)

Me desperté en Pokhara, organicé la bolsa con las pertenencias que no necesitaba en la montaña y me fui a hacer el permiso TIM (TAAN), el seguro para que te recoja el helicóptero en caso de accidente. El permiso de acceso a la Annapurna lo hice en Kathamandú, aunque en Pokhara también se puede hacer.

Cogí un autobús local hasta el cruce donde se cogían los autobuses de larga distancia y por la zona me compré un cuadernillo con hojas blancas para entretenerme durante las noches.


En Dumree tuve que cambiar de autobús a uno que iba directo a Bhulbhule. Antes de llegar a Besisharar donde sellaríamos los permisos, reventamos una rueda. La gente que iba en ese autobús desde Kathmandú estaban quemadísimos por la cantidad de incidentes que tuvo ese autobús.

Antes de llegar a Bhulbhule me encontré con un brasileño y un argentino que tenían guía y me invitaron a unirme a ellos para la caminata del día siguiente, así pues dormí en el mismo lugar que ellos y nos entretuvimos charlando excitados con la idea de empezar al día siguiente.

Día 1: Bhulbhule – Jagat 7h30 – 15h30 (8h) 16Km max:1310m

Bhulbhule – Ngadi: 7h30 – 8h20 (1h) 4Km
Ngdai – Bahundanda: 8h30 – 10h45 (2h15) 4Km
   Sellado de permisos
Bahundanda – Ghermu: 11h – 12h45 (1h45) 5Km
   Comida
Ghermu – Jagat: 13h30 -15h30 (2h) 3Km
  Aguas termales

Anduve con el grupo que conocí el día anterior, un poco rezagada pues mi mochila pesaba unos 13Kg y su equipaje lo llevaba su portador., pero aún así apenas hubo intercambio de palabras, ni miradas, ni sonrisas...


El camino discurría por la carretera principal la mayor parte, bordeada por campos de cultivo y el río de color gris. Llegar a Bahundanda supuso el primer reto, la ascensión por esas cuestas y luego las escaleras hicieron que me quedase casi sin aliento. Presenté los permisos y descansamos un rato.


Al llegar a Ghermu me comí mi sandwich y decidí abandonar al grupo para irme con otra gente más dinámica. Conocí a un par de chicos israelíes, una rusa y dos tibetanos... quien me diría que contra mi primera impresión serían la gente con la que compartiría el resto de mi ascensión al paso.


Al llegar a Jagat, Alon y Eran regatearon el lugar donde dormir y en cuanto estuvimos instalados, Kat y yo bajamos a las aguas termales adyacentes al río, el camino rodeado de plantas de marihuana con sus flores resultaba un poco peligroso con chanclas, pero una vez estuvimos en las calientes aguas poco nos importó. Alon y Eran hicieron café israelí y pasamos 2 magníficas horas admirando el río y charlando.


La cena de dal bath y puding de chocolate a la luz de las velas sería de lo más armoniosa. El sitio para dormir Peacefull GH era una maravilla y sus gerentes encantadoras y atentas.

Día 2: Jagat – Dharapani 7h30 – 15h30 (8h) 15Km max:1900m

Jagat – Tal: 7h30 – 11h30 (4h) 9Km
   Comida
Tal – Karte: 13h – 14h30 (1h30) 4Km
Karte – Dharapani: 15h – 15h30 (30min) 2Km

Comenzamos a andar a las 7h30 como será habitual en el resto de la historia. Cruzamos el puente y anduvimos al lado del valle. Espectacular paisaje del río, sus cascadas, los numerosos puentes que cruzaríamos, los panales de miel en las rocas, campos de marihuana... Apenas nos dimos cuenta de la ascensión progresiva, pues el paisaje era maravilloso.


En Tal, el pueblecito del lago, comimos pasado el pueblo en la primera guest house mirando a una maravillosa cascada y tras el buen rollo de la comida, nos tumbamos en el césped a disfrutar del sol y un rato de descanso.


Seguimos subiendo las cuestas hasta Karte donde nos vimos con la posibilidad de elegir camino y decidimos ir por la vía derecha la que pasaba por el precioso pueblecito. Hicimos un descanso y unas cabritas vinieron a hacernos compañía.


Dormimos en la primera GH de Dharapani, el pueblecito no tenía mucho que ofrecer, así que aprendí a jugar a un juego de cartas israelita y machaqué a mis profes.

Día 3: Dharapani – Chame 7h30 – 15h30 (8h) 16Km max:2710m

Dharapani – Danaqyu: 7h30 – 9h15 (1h45) 4Km
Danaqyu – Thanchowk: 9h30 -12 (3h30) 6Km
   Comida
Thanchowk – Koto: 14h – 15h (1h) 4Km
   Sellado permisos
Koto - Chame: 15h – 15h30 (30min) 2Km
  Aguas termales 

De Dharapani a Danaqyu fui a andando con Kat, pero luego nuestros caminos se separaron pues había la posibilidad de dos caminos: la carretera donde abundaban los jeeps o ascender por el paso de montaña. Decidí ir por el paso de montaña.


Las vistas de la ascensión merecieron muchísimo la pena, los potrillos y como bailaban los cultivos con el viento era un espectáculo asombroso.
Tras la rápida, pero increíblemente gran ascensión llegamos al comienzo de Thanchowk. Sin embargo decidimos bajar el valle, cruzar el puente y subir la infernal cuesta para comer en un sitio con unas vistas magnificas. Comí mi sandwich y me tumbé tranquilamente en un banco a descansar, encontré bajo el 4 tréboles de 4 hojas. Tardaron en servir el dal bhat del resto como una hora y tardaron en comérselo otra buena hora.


Descendimos hasta Koto donde pasaríamos el check point y no mucho más tarde llegaríamos a Chame. Kat había llegado antes y encontrado sitio para dormir, así que nos instalamos en la guest house New Mountain. En 30s estábamos en las aguas termales, pero resultaron estar tan calientes que no pudimos bañarnos.


Cenamos y tras una breve conversación caímos rendidos de cansancio.

Día 4: Chame – Lower Pisang 7h30 – 13h30 (8h) 17Km max:3250m

Chame – Bhratang: 7h30 – 9h20 (2h) 7Km
Bhratang – Dhukur Pokhari: 9h20 – 11h (1h30) 6Km
   Comida
Dhukur Pokhari – Lower Pisang: 12h30 – 13h30 (1h) 4Km

Kat y yo muy despacito fuimos pasando pueblo tras pueblo hasta Bhratang, el paisaje discurriría entre bosques y podríamos ver algunas montañas con nieve a lo lejos. Allí nos encontramos un desvío y lo tomamos, sin embargo también hubiésemos podido ir por la carretera.

En algún punto cercano a una montaña donde debió haber glaciares, seguí una flecha que me sacó de la ruta del treeking haciéndome andar unos 20min de más, llegué de nuevo al camino. El camino del bosque ascendía y se me hizo increíblemente largo, pues con el lapsus de seguir la carretera había perdido el sentido del tiempo y la orientación, sin saber si mis compañeros irían por delante o por detrás.


Me acabé encontrando al grupo de Thibaut, un francés, con el que llevábamos varios días cruzándonos y anduve con ellos hasta Dhukur Pokhari, donde paramos a comer algo. Yo unas samosas que había comprado en Chame y una manzana de las que llevaba cargando desde el primer día. Poco a poco fueron llegando todos los del grupo, había sido la primera.


Tras la pausa de la comida, anduvimos hasta Lower Pisang con el grupo del chico francés. Encontramos la GH más barata y no nos apeteció ascender media hora para visitar el monasterio de Upper Pisang, nos quedamos jugando a las cartas y relajando los músculos para el siguiente día que se antojaba duro.

Día 5: Lower Pisang – Manang 6h30 – 15h30 (10h) 19Km max:3540m

Lower Pisang – Ghyaru: 6h30 – 8h45 (1h45) 4Km
Ghyaru – Ngawal: 9h – 10h40 (1h45) 5Km
Ngawal – Bhraga: 10h50 – 12h20 (1h30) 8Km
   Comida
Bhraga – Manang: 14h – 14h15 (15min) 2km

Aren y yo decidimos una vez más coger el camino más difícil y bonito, el resto decidió ir por el fácil. De Lower Pissang cogimos el Upper Trail para acabar sudando la gota gorda hasta llegar a la cima de Ghyaru. La vista era increíble y mereció muchísimo la pena.


El camino de montaña era una preciosidad y pudimos contemplar todos los picos a medida que andabamos: Annapurna II, Annapurna IV, Annapurna III, Gangapurna...


La inmensidad del paisaje se vio interrumpida por la constante atención de Thibaut por ponerme crema solar, charlar todo el rato en las subidas, cortarme el paso, darme abrazos, quererme dar la mano e incluso intentar besarme... En un momento del día me vi andando mirándome únicamente los pies y refunfuñando con cada conversación del francés.


Todo el grupo se reunió de nuevo en Bragha, comimos juntos, bromeamos, les dije el moscón que me había caído encima, nos reímos... tras la comida me pongo andar dirección Manang y me da la mano. No me quedó más opción que mandarle a paseo.

En Manang me reuní con Kat, había hecho autostop y una moto la había dejado en el pueblo, así pues de nuevo llegué sin tener que buscar un sitio para dormir. La conté lo agotada que estaba del intenso día y nos fuimos a un restaurante local a charlar tranquilamente.


Antes de la cena quise ducharme y acabé haciéndolo con agua fría, lavé la ropa, me cepille el pelo y los espaguettis con salsa de queso de la cena me supieron a gloria, pero me quedé con hambre. Así pues Alon y yo nos fuimos a comernos un pancake a la tasca del pueblo.

Día 6: Manang Aclimatación max:3820m

Me levanté agotada a las 7h. Medio mareada y muscularmente dolorida. Desayuné tranquilamente y esperé a que los chicos estuvieran listos para subir a ver el glaciar y el lago. Tardaron 2h, ni que fueran chicas.


La ascensión de 200m de altitud a paso de tortuga se me hizo larga, aunque mi cuerpo se sentía mucho más cómodo andando que quedándose quieto. Estando en reposo, la vejiga se te llena cada dos por tres, el estomago te dice cosas y notas los pulmones al respirar.


Hicimos un té en la cima y descansamos tranquilamente admirando la montaña y el glaciar de Gangapurna y más tarde descendimos hasta la base del lago a hacernos unas divertidas fotos.


A la vuelta a Manang, fuimos al restaurante local a comernos una sopita de ajo que ayuda a la aclimatación y tras un rato decidí volver a comerme unas patatas con huevo. Concederle al cuerpo lo que necesitaba se me antojaba muy importante para la aclimatación.

Por la tarde reposo sin siesta pues se dice que para la aclimatación es mejor dormir sólo durante la noche.

Día 7: Manang – Tilicho Base Camp 9h30 - 15h (8h) 14Km max:4050m

Manang – Khangsar: 9h30 – 11h (1h30) 6Km
Khangsar – Shree Karka: 11h – 12h (1h) 3Km
Shree Karka – Tilicho Base Camp: 12h30 – 15h (2h30) 5Km

Me desperté tranquilamente en Manang, desayuné, preparé la mochila, me despedí de mi grupo de trekking y fue al pequeño restaurante local a por provisiones: samosas, nepali bread, huevos cocidos y tortilla francesa de cebolla y ajo.

Preguntando a los locales de Manang, localicé el camino a Tilicho... curiosamente sólo estaría señalizado al comienzo. Anduve por una carretera en obras hasta llegar a un puente y así salir de la carretera para seguir el camino. Andar sola, sin referencias delante y detrás se me hacía pesado... pero mantuve un buen ritmo.


Khangsar era un bonito pueblo con muchísima vida y en Shree Karka había un templo super chulo. Al llegar al desvió de Yak Karka, paré en la siguiente guest house prometiendo dormir allí al día siguiente si me guardaban algunas pertenencias que sólo abultaban en la mochila.


El camino de Shree Karka a Tilicho Base Camp se me hizo corto. Al llegar a las laderas con desprendimiento de rocas, el paisaje era lunar. Me encantó. Algunas enormes rocas talladas por el viento, como del desierto, se dejaban entre ver en las laderas de pequeñas piedrecitas. El camino resultó ser tortuoso y peligroso. El viento provocaba pequeñas avalanchas y si tenías la mala suerte de pisar alguna de estas te podías deslizar hasta el fondo del valle con su consiguiente caída. Me resbalé dos veces sin graves consecuencias y al final llegué a Tilicho Base Camp.


Sólo una GH estaba abierta en Tilicho Base Camp, así pues sólo había una opción para comer y dormir. Imposible negociar y encima el dueño era bastante frío.

Día 8: Tilicho Base Camp – Shree Karka 4h - 15h (11h) 15Km max:5200m

Tilicho Base Camp – Tilicho Lake: 4h30 – 7h30 (3h) 5Km
   Desayuno
Tilicho Lake – Tilicho Base Camp: 10h – 11 (1h) 5Km
   Comida
Tilicho Base Camp - Shree Karka: 12h30 – 15h (2h30) 5Km

Me levanté a las 4h y a las 4h20 estaba andando en plena oscuridad hacía el lago. Mis compañeros iban mucho más rápido y enseguida me dejaron atrás, pero siempre acababa alcanzándoles. Fue increíble ver a un grupo de yaks brincando y jugando entre ellos y cruzarnos con una veintena de ciervos... aunque la ascensión fue tortuosa, tardamos 3h en alcanzar el lago y seguía nublado.


Mis compañeros que habían llegado con un poco de antelación prepararon un fuego. Al llegar me abrigué y senté junto al fuego agradeciendo el calor y sin importarme el humo que me hacía llorar intensamente.


Justo cuando estaba comentando con una chica alemana lo decepcionante del lago, se levantaron las nubes y pudimos ver el maravilloso panorama de las montañas nevadas de Tilicho junto al lago helado. Entonces si mereció la pena el esfuerzo de la subida.


La bajada fue mucho más rápida y al llegar a la GH me tumbé 2h a absorber los rayos del sol, dan una increíble fuerza para andar.

Afronté la vuelta a Shree Karka sin ninguna gana. No me apetecía pasar de nuevo por esas laderas peligrosas con desprendimientos del día anterior, mas sin embargo lo hice. Llegué a Shree Karka donde me encontré con los israelíes de los que me había separado el día anterior. Estaban pachuchos, así que les recomendé que no fuesen a Tilicho, pues necesitaban estar fuertes para poder afrontarlo. Tuvieron suerte, pues la única GH abierta de Tilicho Base Camp había cerrado sin prevenir a nadie y aquellos que fueron hasta allí se vieron durmiendo a la intemperie y sin cena.



Día 9: Shree Karka – Letdar 8h30 - 14h (5h30) Km max:4200m

Shree Karka – View Point: 8h30 – 10h (1h30) 7Km
View Point – Yak Kharka: 10h20 – 13 (2h40) 12Km
   Comida
Yak Kharka - Letdar: 13h10 – 14h (1h) 1Km

Tras haber descansado mucho más que cualquier otro día, me puse la ropa húmeda que había lavado el día anterior y empecé a andar con un grupo bastante simpático.


Pasamos por un pueblecito abandonado muy bonito, donde había algunas cabras extrañas y los paisanos labraban con yaks. Llegamos a un punto panorámico desde donde se veía Manang y el glaciar de Gangapurna. Una maravilla de paisaje.


Descendimos por un sendero tortuoso para acabar cruzando un puente y ascender hasta el camino a Yak Kharka. Paramos en bar local a comer y subimos hasta Letdar. Empezó a llover y a hacer frío dentro de la guest gouse y acabamos todos alrededor de la chimenea cantando y haciendo bromas. Quizás uno de los momentos de convivencia más bonitos desde Yagat.

Día 10: Letdar – High Camp 8h - 12h (11h) 7Km max:4850m

Letdar – Thorong Phedi: 8h – 10h (2h) 5Km
   Comida
Thorong Phedi – High camp: 11h – 12h (1h) 2Km

Tras haber añadido al grupo de caminantes algunas nuevas adquisiciones de la última guest house, nos pusimos todos en camino. El ambiente era de lo más distendido y la gente se acercaba a unos y otros para conocer a los nuevos integrantes.


Paramos en una tiendecita de té antes de Thorong Phedi y de nuevo hubo risas, canciones... En Thorong Phedi me encontré de nuevo con Kat, la chica rusa con la que había andado unos días antes, nos estaba esperando para hacer la etapa del día siguiente.


El ascenso al High Camp fue de lo más arduo. Tras descansar un rato y abrigarme bien, decidí subir al miradero que tenía unas preciosas vistas. A las 15h se puso a nevar y no pararía hasta el día siguiente. La tarde fue de lo más aburrida, todo el mundo estaba medio afectado por el cambio de altitud y no hubo sonrisas.

Día 11: High Camp - Muktinath 5h40 - 12h (6h20) 7Km max:5416m

High Camp – ThorongLa: 5h40 – 8h (2h20) 5Km
ThorongLa – Muktinath: 8h – 12h (4h) 2Km

Sin apenas haber dormido, pues con la falta de oxigeno es difícil conciliar el sueño, nos enfrentamos al problema de que nos sirvieran el desayuno.


Empezamos a andar algo más tarde de lo previsto y los primeros pasos fueron agotadores. Continuaba nevando muchísimo, aunque por suerte el viento venía por la espalda en casi toda la subida. Poco a poco se fue ascendiendo, primero siguiendo el camino de tierra, luego las pisadas de los que iban por delante... y al final sólo tratando de discernir el camino que han seguido aquellos que van unos metros por delante. La visibilidad era de apenas 200m.


De repente alguien dijo que quedaban 5min y en la siguiente curva vimos el letrero y las oraciones del paso de Thorong-La. No pudimos quedarnos ni 5min arriba, el viento, la nieve, el frío eran terribles. Así que sin apenas haberlo disfrutado empecé a descender. El paisaje era super bonito, todo nevado y la temperatura era mucho mejor que en el otro lado de la montaña. Me resbalé en dos ocasiones acabando en el suelo, el descenso en nieve era complicado. Más tarde cuando la nieve dio paso al barro, caí de nuevo 3 veces, rebozándome bien a gusto en el barro... complicadísimo.


Al llegar al valle de abajo, estaba hecha puré. El paisaje era muy bonito y sin embargo me dolían tanto las piernas, la espalda de las caídas, que empecé a maldecir interiormente todo, incluidas las vacas que pastaban al lado, poco culpa tenían ellas.


Muktinath era bien feo, pero en frente había dos pueblecitos encantadores con unas terrazas de arroz que bien merecían contemplación. Agotada me reuní con aquellos que llegaron antes que yo, refunfuñe un rato y luego me fui a la ducha.


SUNKINDARKNESS

martes, 21 de mayo de 2013

Mi trekking por las Annapurnas

Jueves, 21/04/2013

En un viaje de tan larga duración como en el mío en cada país hay que encontrar un hito, y en Nepal es fácil suponer cual es: las montañas, el Himalaya, las Annapurnas. Reto de 5416m y 250Km. Me quedaré con ganas de ir al Everest y a Manslu.


Aquí tenéis las entradas que explican mi viaje por Nepal. El resumen de mi experiencia en este maravilloso país plagado de montañas lo encontraréis en Sunk in Nepal.

Kathmandú
Annapurna 1: Hacia Thorong-La
Annapurna 2: Después de Thorong-La
Annapurna 3: Ruta de los santuarios
Pokhara

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domingo, 19 de mayo de 2013

Kathmandu


Domingo, 19/05/2013

Llegué a Kathmandú y tras hacer la visa en arrival, me encontré con Bishesh, mi nuevo couchsurfer. Cogimos el bus local hasta su casa, dejé mis bártulos, comimos y se fue a trabajar dejándole en un autobús dirección al centro.


En el autobús pregunté a la chica de al lado como iba a la oficina para sacar el permiso de acceso al parque de las Annapurnas, me llevó hasta la puerta. Al salir ya con mi permiso, pregunté como llegar a Thamel y de nuevo una chica me indicó gentilmente.

Llegué a Thamel con idea de comprarme el equipo para el circuito, así pues tras un poco de shopping y regateo, me encontré con un francés al que le pedí consejo sobre el tipo de equipo que tenía que llevar y sobre su experiencia. A lo tonto pasamos unas 5h charlando e intercambiando experiencias. Bishesh me vino a buscar al centro y juntos dimos un paseo por las tienda intentando buscar algo más para mi equipo y de repente se puso a llover mares.


Anduvimos corriendo por las calles y guareciéndonos cuando era posible. No podía dejar de sonreír, y la gente no paraba de mirarme lo calada que estaba y a su vez sonreían... en una de estas miro mis pantalones y con las carreras se habían caído lo suficiente como para que se me viesen las braguitas rosas, me las subí entre risas y la gente también estalló en carcajadas.

Al final conseguimos coger un autobús a casa de Bishesh y tras cambiarnos, salimos a comprar algo de cena. Me comería unos deliciosos momos.

El viernes, tras haber mal dormido con los mosquitos y tras comer algo... bajé a Thamel de nuevo a por algunas cosas que aún no había comprado. Al terminar Bishesh de trabajar me acompañó al Gompta de Boudha, y me quede maravillada con él. Dimos tres vueltas a su alrededor, una por la cima, otra por la base tocando absolutamente todos los rodillos y elevando una reflexión al universo y una última donde la calma y un buen rollo energético te hacían sonreír.

Nos tomamos un té en una de las muchas terrazas de las azoteas de la zona y fuimos a casa a descansar una horita.


Al llegar a Durbar Square ya era de noche y apenas se podían discernir los contornos de los edificios, pero la vida, la cantidad de gente de la zona hizo que me entusiasmará el lugar.


El sábado tras el chai matutino, Bishesh cogió la moto a uno de sus amigos y me llevó a dar un paseo por Kathmandú hasta Swayambhu. Subí las escaleras hasta la Gompta, mucho más pequeña que la de Boudha, sin embargo con unas maravillosas vistas a la ciudad.


Di las tres vueltas de rigor, percibí un poco la vida del templo y descendí a la base donde me esperaba Bishesh. Me llevó a Pashupatinah y tras pagar la escandalosamente cara entrada, me encontré con un lugar que los famosos crematorios de Varanasi no pueden igualar.


El río desde luego no era el Ganges, las gates no eran comparables, pero la sensación de santidad del lugar y sus cremaciones eran desde luego todo un espectáculo. Sencillamente me senté a observar, y alrededor había cientos de nepalis haciendo exactamente lo mismo. Di un paseo alrededor de la zona, pero nada me impresionó tanto como las ceremonias del funeral, los niños tirando los imanes con cuerda al río para conseguir alguna moneda...


A la salida comenzó a llover, así que llegamos a casa una vez más empapados. Tras comer y el descanso decidí ir a visitar el Durbar Square de nuevo, y así despedirme de Kathmandú pues el domingo cogería un bus a Pokhara.


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jueves, 16 de mayo de 2013

De vuelta a Nepal


Jueves, 16/05/2013

Tras el periodo tormentoso emocional por la vuelta a la Fundación, cambié el rumbo y los planes una vez más. La intención inicial era viajar hacia el norte de India en tren, pero el calor sofocante y el ánimo me hicieron ir a Bangalore para coger un vuelo a Nepal y sumirme en las montañas.

Pasé dos días en casa de Alberto, que me cuido como un perfecto anfitrión: carnaza, quesitos, cervecitas...

El miércoles empezaba mi viaje a Nepal y recordé de manera vivida el incidente que viví en ese país en 2012. De repente toda la seguridad de estar eligiendo mi rumbo se me quitó de un plumazo pensando que igual estaba acelerando los acontecimientos y acercándome inexorablemente al nuevo final de este viaje, sin tener ningún control sobre mi destino.

Llegué a Delhi a las 23h y dormí en el hall de espera de salidas hasta las 6h. Y el jueves llegué sin incidentes a Kathmandú.

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lunes, 13 de mayo de 2013

De vuelta a La Fundación


Lunes, 13/05/2013

Salí de la estación y anduve un rato dirección Anantapur, las calles me eran tan conocidas. La sensación de que fue ayer cuando estuve en esa misma calle me invadió. Paré a un rickshaw para que llevase al campus y al llegar solicité las llaves de mi cuarto.

De camino a lavapies y durante la cena me fui encontrando con alguna cara conocida, pero muchísimas más eran las desconocidas. Me puse al día con alguna de la gente de mi época y empecé a percibir los cambios que ha habido en India durante un año, no quiero ni pensar entonces en lo que habrá pasado en España.


El sábado a las 10h30 y tras una hora de sensación de no poder dejar de moverme de un lado para otro nos pusimos camino a Bathalapalli. El paisaje me parecía muy diferente, la carretera estaba llena de obras...

Me apeé en la entrada para ir directamente a mi antigua oficina, fue genial reencontrarse con Chitra que no se lo esperaba. Fuimos a su casa a tomarnos un chai y charlamos sobre nuestras familias, sobre el programa informático y sobre mis planes.

Me despedí de Chitra para recorrer el camino que tantas veces había corrido hasta el hospital de HIV y me encontré con Gerardo, la más cálida recepción de todas, quizás fuese porque él sí es bathalapeño.


Anduve hasta la tumba de Vicente Ferrer, casi terminada y busqué a Kanan en su nuevo despacho, sin suerte. Me pasé por el nuevo Orfanato para niños con VIH y estuve jugando con alguno de ellos. ¡Tan bonicos! Me fui del hospital sin atreverme a pasar por delante de mi antigua casa.


Tras comer, me llevaron a visitar el proyecto Mujer a Mujer en un pueblecito remoto. Al ver a todas las mujeres esperando en el porche de la escuela, las lágrimas se congelaron en mis ojos, para al final acabar derramándose al verlas todas con los ojos puestos en mí. Me reí con ellas, las sonreí, las dí besos, bailamos, cantamos...


De vuelta a la fundación Ana Ferrer nos acogió en su despacho y aunque no se acordaba de mí, pude hacerle varias preguntas sobre la fundación, la película de Vicente Ferrer...


Por la noche, Edu, mi antiguo profe de Taekwondo, horneó pan que complementamos con tomate y embutido.


El domingo, fui a visitar a Asma Bee y su hijo Mahil, por supuesto que me recordaba y su hijo había crecido robusto y fuerte. Fue muy emotivo todo, al menos había hecho bien algo. La familia era joven, ella de 20 años, Mahil su primer hijo, el pueblo muy pobre... fue un gustazo regalarla dos conjuntitos para el peque y un saree para ella. Conversamos a través de la traductora, pero quizás nuestros ojos tanto los de ella como los míos no tenían necesidad de palabras. Podíamos quedarnos mirándonos durante minutos enteros y sólo sonreír sin apartar si quiera la mirada.


Muchas sensaciones me embargaban al estar de vuelta en mi último hogar. Deposité la corona de flores que me habían regalado en la tumba de Vicente Ferrer, en Bathalapalli, y volví a Anantapur.

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