Martes, 06/11/2012
En el autobús a Lijiang conocí a
Dave Collett un Neo Zelandés que estuvo 6 meses viajando en bici por
Europa, luego Japón y ahora Asia Continetal. Agrego su blog a blogs interesantes a leer.
A la llegada a Lijiang vamos a su
hostal y no quedan plazas, así que no muy lejos encontramos el
Garden Inn un coqueto y tranquilo rincón en medio del bullicio de
Lijiang. Tras una ducha y cambio de ropas, salimos a pasear por la
ciudad en busca de algo que sacie nuestro apetito.
A medida que nos vamos acercando al
casco antiguo de Lijiang, hay cada vez más tiendas con souvenirs de
todos los colores y aspectos, una marea de gente anda por las calles
y empezamos a ir estridentes sonidos provenientes de los restaurantes
que ofrecen música en vivo y la ponen a todo volumen para atraer a
la clientela. Una cerveza aquí cuesta 8 veces más que en cualquier
bar de la calle.
Dejamos atrás el bullicio para ir a
una pequeña calle en la que nos han dicho que la comida es barata y
buena, así que en el primer sitio que encontramos pedimos unas
empanadillas chinas y yo me hago con una sabrosa sopa de nudels.
El lunes me aventuré sola por las
calles de Lijiang queriendo casi perderme en la calma de las zonas
menos turísticas, y así lo hice me costó dos horas encontrar mi
hostal. Pasé por el mercado, por la mansión de la Familia Mu,
restaurantes, tiendas... Cuando por fin llegué estaba
exhausta. Por la tarde decidí pasear por las avenidas principales
llegando así a los molinos, la plaza principal, las tiendecitas de
dulces de rosas...
A las 18h quedé con Dave para tomarme
una cerveza y en el restaurante al que vamos me encuentro con un hombre
mayor, Anton, que conocí en el tren desde Guanghzou a Kunming de camino a
Shangri-La. Me dejó un jersey para el frío, así que ahora en Lijiang traté de quedar con él y así devolverle su jersey... pues me
anduvo increpando de que no quería devolverle el jersey. Es la
tercera persona que me encuentro en este viaje que su compañía no me dice absolutamente nada. No
fue así en tren, pero el tono de su voz, su manera de echarme cosas
en cara sin apenas conocernos, me disgusta. Voy a por el jersey al
hostal y vuelvo al bar para dárselo. Le digo que muchas gracias, que me ha sido muy útil y me voy no
quiero cruzar ni una palabra más con él.
A las 20h fui a ver el el concierto de
los Naxi que resulto ser algo más aburrido de lo que esperaba, hablan demasiado. De una hora y media de espectáculo no exagero si
digo que hablan al menos 30min. Aquí me encontré con algunos
extranjeros más y a la salida nos fuimos todos junto a Dave a cenar
barbacoa de pinchitos y tomar unas cervezas. Agotada me fui a casa y ellos fueron
a continuar la fiesta.
El martes por la mañana madrugón para terminar esperando 2h en la estación la salida del autobús a Dali.
SUNKINDARKNESS