viernes, 30 de noviembre de 2012

Bangkok

Viernes, 30/11/2012

En Pakse cogí el bus a Ubon y al llegar allí cogí otro autobús nocturno hacia Bangkok que hizo unas 10 paradas.


A la llegada a Bangkok me sentí completamente desorientada, anduve por la estación de autobuses preguntando como llegar a la estación de trenes y al final me dijeron que debía coger el autobús número 7. Al coger el autobús y decirle a la mujer que quería ir a la estación de trenes, en dos paradas me dice que me baje y me encuentro con que no estoy en la estación de autobuses sino en la de metro. En el metro me explican que en dos paradas está la estación de trenes y al llegar a la estación, ésta no es la principal sino un cruce de vías. Pregunto por el tren a Chumpon para ir a Koh Tao y me dicen que está completo, así que compro un billete para el de la noche. Se me antojó que sería un largo día en Bangkok.


Fui de nuevo al metro y pedí que me indicasen la estación del centro turístico, así que me mandaron a Siam Square haciendo un transbordo para coger el Skytrain. Allí vi un centro comercial con wifi, así que decidí emplear mi tiempo allí, simplemente conectada y poniéndome al día en mis deberes. Es entonces cuando me entero de que la escuela de buceo de Koh Tao está cerrada por vacaciones hasta el 1 de Diciembre, así que decido quedarme unos días en Bangkok para pedir las visas a Vietnam y Filipinas.

Fui andando hasta la embajada de Vietnam y allí solicité la visa. Me cobraron lo mismo que cobran en España y me dijeron que volviese en tras días. Fui a la estación de trenes a cambiar mi billete de tren para el viernes 30. Me cobraron un recargo por el cambio de dinero y me explicaron que allí se podían comprar los billetes para el autobús de Chumpon al muelle y del speedboat hasta Koh Tao y que me salía más barato comprarlo en Bangkok que en Chumpon, resultó ser cierto.

A la salida de la estación vi una oficina de información turística y un chico muy simpático me dio un mapa y me explico que debía de ver y cuando pues se acercaba el festival de Loy Krathong. Me indica la zona Th Khao San para encontrar un hostal para dormir. Pregunté un par de sitios y decidí parar en un hostal con wifi para ver si algún couchsurfer me había aceptado la petición de alojamiento.


Frankie Maurice un jugador de fútbol profesional camerunés me contactó para albergarme, pensando en lo que me había pasado en Mengla, le contesté que me parecía bien siempre y cuando no contase con que pasase nada intimo entre ambos. Me contestó que era alguien con la mente abierta y que sus referencias de couchsurfing eran buenas, eso no era una mala contestación, pero tampoco la buena. Con la mosca detrás de la oreja cojo el autobús hacia su casa.

Al llegar a su apartamento, me doy cuenta de que apenas es un cuarto de 18m2 con un cuarto de baño y una terraza y una gran cama doble. Nos vamos a cenar cerca de su casa y charlamos sobre el porqué de mi pregunta. Al final de mi estancia me confesaría que el hecho de que esté inscrito en couchsurfing es primero para encontrar a una persona especial y lo segundo por ayudar a la gente.

Volvemos a su cuarto y el se queda charlando con un amigo suyo, mientras yo me entretengo con el ordenador. A las 23h su amigo se va y me pregunta que donde quiero dormir si en la cama con él o en un colchón, le digo que si a él le ha quedado clara la situación no me importa compartir la cama.

El martes me levantó sola en el apartamento pues Frankie está entrenando, dudo entre coger mis cosas y marcharme con otro surfer o quedarme. Al final pongo una lavadora y hago un poco de vida hogareña. A las 12h aparece Frankie que me indica que transportes coger para moverme entre su casa y las zonas que me interesan visitar.

Salgo a la calle, cojo el autobús hasta el centro comercial Bankapi y allí pregunto por el muelle. Un thai muy majo me acompaña a través del centro comercial hasta el muelle y luego se va. Mucha gente es así en Tailandia.

Por el canal desfilan pequeñas chabolas, zonas de grafitis, pequeño tugurios para comer, los grandes rascacielos y al final llego el barco me deja cerca del monumento a la democracia.

Saco el mapa y poco a poco entre calles y calles donde venden incienso, budas, trajes de monje... me acerco a mi destino el Gran Palacio. A llegar son las 15h, cierran a las 16h, así que pregunto si me recomendarían más volver al día siguiente o verlo ese mismo día. Me contestan que vaya al día siguiente que tendré la posibilidad de ver al Buda con su nuevo atuendo para el invierno.

Dirigiéndome por al lado del canal hacia el Wat Arun llego al Wat Pho y decido visitarlo. Quitando el barullo de la entrada del templo donde se encuentra el Sleeping Budha el resto era un remanso de paz. Lo que más me gustó fueron las estatuas, encontré a todo el pueblo de Asterix el galo en versión china y me partí de risa.

Como al día siguiente era el festival de Loi Krathong y el chico de información me recomendó que cogiese un barco por el río decido dejar la visita del Wat Arun para otro día, así que sigo andando al lado del río, para acabar viendo el mercado de flores abarrotado de gente que se prepara para entregar flores al río y hacerse perdonar por haberlo ensuciado durante todo un año – curioso.

Sigo andando sin rumbo para caer en el mercado indio y de ahí pasar a China Town. Empieza a hacerse de noche cuando llego a la zona del Golden Mount. Doy un paseo por el mercadillo que se ha montado especialmente para el Loi Krathong intentando decidirme en que cenaría más tarde. Subo al Wat Saket con un montón más de personas y con un papelito toco al Buda para que un poco del oro que le envuelve se pegue y me lo restrego por la frente. Bajo de la Montaña Dorada tocando absolutamente todas las campanas, una de ellas para teñirla hay que usar un martillo. Me pierdo por el mercadillo y al hacer la segunda ronda tengo tanta hambre que sin pensar en que quiero me siento en el primer sitio que veo. Me sirven sopa de nudels con bolitas de tofú. Dirigiéndome a coger el autobús hacia casa me compró un trozo de pastel de chocolate soso y unos dulces de crema exquisitos.

Al llegar a casa de Frankie me encuentro una corona de flores sobre la cama, una velita en la mesa y una botella de vino. Había hecho la cena y me estaba esperando. Yo le había dicho que llegaría bastante tarde porque quería ver el mercadillo, supuse que entendería que iría cenada, pero no. Cené una segunda vez por cortesía. Bonito con tomate y espaguetis. Charlamos sobre la vida y después de dos horas me propuso salir de fiesta, le contesté que estaba cansada, él se fue con sus amigos.

 El miércoles me levanté temprano pues quería ir a visitar el Wat Phra Kaew y el Grand Palace, pero Frankie me dijo que tenía la mañana libre porque tenía un partido por la tarde y que quería prepararme el desayuno . Desayunamos, le avisé que esa noche también llegaría tarde y que iría cenada y cogí un autobús hasta la mismísima entrada del palacio.

A las 13h estaba entrando a visitar el templo de Wat Phra Kaew y me inscribí en la visita guiada gratuita de las 13h30. Di un paseo mientras haciendo algunas fotos. Al principio de la visita guiada pensé que era solo propaganda del rey de Tailandia, pero al final de la visita estaba encantada con la anciana que nos había dado un montón de información sobre la cultura tailandesa y sobre la festividad que ese día se celebraba. 


Justo al final de nuestra visita del Gran Palacio empezó a llover océanos, así que me quedé con un americano que iba en mi tour. Al principio estaba muy asocial, cansada de conocer gente nueva en cada esquina, pero enseguida hubo muy buen feeling y pasamos el resto del día juntos.

Eran las 16h cuando empezamos a andar hacia el embarcadero de enfrente del Wat Arun, nos tomamos un té y compramos nuestra ofrenda al río. Alas 16h30 estábamos cogiendo un barco de la línea naranja hasta el Ministerio de Agricultura. Dudaba de si había entendido bien al chico de la oficina de turismo porque parecía que todo estaba muerto, pero al llegar al final del recorrido vimos un gran mercado.Dimos un paseo, picamos algo ligero en la calle y a las 18h55 encendimos cada uno tres inciensos, mi vela de cumpleaños y tiramos por una rampa la base de coco adornada con flores. El Loi Krathong, en la luna llena de noviembre, es el día en que se celebra el final de la época de lluvias y el comienzo del invierno.

Corrimos hasta el muelle para coger el último ferry de las 19h y recorrimos río abajo viendo en todas partes como la gente celebraba la festividad. Nos cruzamos con varios barcos carroza con musicota.

Nos bajamos casi al final de la línea en un sitio masificado de gente, dejamos a la gente atrás para perdernos por una callecita y encontrar un restaurante chulo para cenar. Dave trabaja en la embajada de Estados Unidos en Kuala Lumpur, así que charlamos sobre Malasia.

Cogimos un taxi a su hotel, él se bajo y yo continué hacia casa de Frankie. No estaba en casa, así que tuve que pedir a un tailandés su móvil para llamarle y tardo un ratito en aparecer en su bicicleta. Había salido a tomarse algo con unos amigos, cansada me metí directa en la cama a dormir.

El jueves me levanté pronto, Frankie tampoco había ido a entrenar ese día, me fui sin hacer ruido. Cogí el barquito del canal desde el Mall Bankapi hasta Wireless Road y me dirigí a la embajada de Vietnam a recoger mi pasaporte. Pregunte de algún lugar para hacer fotocopias y me mandaron enfrente de la embajada americana, me cobraron una barbaridad por 3 hojas. Cogí un autobús hasta la embajada filipina y allí me dijeron que no necesitaba visado si me quedaba menos de un mes. ¡Bien! Cogí un autobús hasta el Democracy Monument y anduve hasta el Dusit Park para acabar viendo la la armada prácticando el desfile para el cumpleaños del rey que es a comienzos de Diciembre.


En Dusit Park, el palacio no se podía visitar pues estaban preparándolo para el cumpleaños real, sin embargo sí pude pasearme por el museo de los elefantes reales y el Vimanmek Teak Mansion. Aquí también pude “disfrutar” de la visita guiada gratuita de las 14h, merece más la pena que verlo por tu propia cuenta pues sino no aprecias que es lo que estás viendo, sin embargo la guia era una sosa.

Cogí un autobús para acabar cogiendo el barco hasta el centro comercial de Bankapi. Allí me compré una cámara digital pues la pantalla de la anterior se rompió en el mítico día de los bolos de Luang Prabang. Compré unas pizzas para cenar y unas chips para ver una peli y fui a casa de Frankie.

Frankie no había hecho nada durante todo el día y al verme llegar con la cena, salio a comprar unos refrescos al 7-Eleven. Tardo una hora en volver sin refrescos y con un par de braguitas demasiado pequeñas para mi culo y un paquete de compresas. Yo le había pedido un paracetamol pues me dolía la tripa y él a saber que pensó. Cenamos y ponemos una peli. Cuando la peli termina yo ya estoy completamente sobada y él me dice que antes de dormirme que charlemos un rato. Ahí es cuando me dice que se siente completo conmigo en su vida, que juega mejor al fútbol y es más feliz. Me pregunta que me parecería compartir mi vida con él, casarnos. Alucino. Puede ser que sea una estratajema para llevarme a la cama, o puede que quiera un visado para España, o puede que yo no entienda la cultura de un camerunés católico... qué más da. Contesto que yo no siento lo mismo, que si quiere seguimos en contacto y que si algún día nace algo entre ambos entonces sí.

El viernes me levantó sola, me preparo para ir a Koh Tao y espero un rato para ver si llega Frankie y despedirme. Alguien llama al teléfono, lo cojo, no entiendo lo que me dicen y me cuelgan. Vuelvo a ir el teléfono, me preguntan que qué hago yo allí, contestó que soy una amiga de Frankie y me preguntan que si me voy a casar con él, digo que no. A las 12h me pongo en camino y justo me lo encuentro yendo a casa con un amigo. Su amigo ha venido expresamente a conocerme, parece como si fuera su mentor. Charlamos un rato a solas y me pregunta sobre cuando volveré a Bangkok y sobre mis planes. 


Frankie quiere pasar más tiempo conmigo, así que le dejo que me acompañe al Wat Arun , sin embargo después de visitar el monumento sin disfrutar nada pues me siento incomoda, me despido. Voy a Khao San a hacer tiempo en un café conectándome a internet y el cable del cargador del ordenador deja de funcionar. ¡A ver cuando se termina este sin vivir de problemas tecnológicos! Con el ordenador sin batería y algunas horas por delante hasta mi tren, me recorro el barrio buscando un puñetero cable que me prestan en un internet café.

Camino un buen rato por Bangkok buscando el autobús hasta la estación de trenes, al llegar allí ceno en un restaurante cercano y cojo el tren hacia Chumpon que me acercará a Koh Tao.

SUNKINDARKNESS