lunes, 31 de diciembre de 2012

Ha Long Bay

Lunes, 31/12/2012

Tras 4 películas en 4h desde Hanoi, todas de Muay Thai, dos veces Ong Bak 2, empezando a sentir calambres en las posaderas, llegué a Ha Long Bay, o más bien al cruce de su salida de la autopista.

Negocié el precio de la moto, de nuevo querían hacerme pagar algo desorbitado, y me dejaron en frente de un hotel. Me pedían una barbaridad por la habitación, así que sin saber donde dormiría me fui a negociar la excursión en barco de 48h por la bahía. Unos franceses me vieron lanzada y se me unieron.


Tras negociar arduamente y conseguir bajar el precio más de la mitad, conseguí compartir el cuarto y así me ahorré algo de dinerito. Fuimos a cenar todos juntos y luego paseamos por el mercadillo del paseo marítimo.

El día 29, sábado, di un paseo comiéndome un mango por el paseo marítimo y esperé que viniese el autobús a las 11h30 a buscarme en el hostal, llegó a las 12h.


Nos dejaron en el muelle sin decir palabra y no nos dijeron que teníamos que hacer, sólo un esperar aquí, tras 45min esperando decidí llamar al tipo de nuestra agencia para pedirle que se presentará inmediatamente en el muelle y nos dijese como funcionaba el asunto. Nos indicó un guía y tuvimos que esperar de nuevo 30min hasta que todo estuvo organizado. Aquello era caótico y seguiría así el resto del viaje.

Subimos al barco junto a otras 25 personas y nos hicieron sentarnos en la zona del restaurante para comer. Arroz, tofú, calamarcitos con verduras, espinacas asiáticas y de postre sandía. Intimé con mis compañeros de mesa y luego subimos a la terraza para ver el paisaje.


Al cabo de 40min en el barco, bajamos a hacer una visita de 45min a una cueva inmensa muy interesante por las estalagmitas y estalagmitas, pero también me gustaron los focos que alumbraban determinadas formaciones rocosas: el dragón, los champiñones, el elefante...

Abordamos de nuevo el barco y continuamos hasta un 'pueblo de pescadores', donde pudimos disfrutar de 35min de kayak por la bahía. Fui con un chico australiano-indio y nos aventuramos más lejos que le resto. Fue realmente divertido.


De nuevo en el barco en casi 1h no apagué la cámara de lo espléndido del paisaje. A las 17h30 llegamos a la isla de Cat Ba, dejamos en tierra a alguna gente que dormiría en el hotel, y nosotros dormimos en el barco.

Tras instalarme en mi cuarto con un japonés que se puso a dar saltitos de alegría al comprender que dormiríamos en el mismo cuarto, subí a cenar. Aquello parecía una cena de navidad con su árbol y sus lucecitas. Almejas, atún, col, rollitos de primavera, sopa espesa, arroz y lichis de postre.


Al terminar de cenar encendieron el karaoke, y sólo yo de entre todos los europeos, me atreví a cantar Amante Bandido, mirando con ojitos tiernos a mi japonés, jeje. Nos bebimos unas cervezas que habíamos subido a bordo a hurtadillas y charlamos en la terraza de arriba hasta que el frío nos atacó y tuvimos que volver a ver a los vietnamitas cantando al karaoke.

El sábado 30 desayunamos pan de molde, un poquito de mantequilla con mermelada y un cuarto de tortilla francesa. Más algún gajo de naranja. Hicimos el checkout y un americano que se tomo 15 latas de cervezas pago medio millón de viet. El doble que en los lateros de España.


Bajamos a la isla de Cat Ba donde un autobús nos llevo hasta la entrada del parque natural. Pudimos hacer una visita de 1h30, el tiempo justo para ir a una torre de hierro a ver el magnifico paisaje y volver. Nos llevaron a nuestro hotel para hacer el chekin y comer.

La tarde libre. Mis amigos franceses y yo nos fuimos a dar un paseo hacia el puerto de Cat Ba. Dimos un paseo viendo a los marineros trabajar: cargar los barcos de hielo, descargar el pescado, el tratamiento para la sal... Me encantó.

 Para terminar contratamos por nuestra cuenta un paseo de dos horas por la bahía de Cat Ba, donde está la famosa Monkey Island. Nos encantó.  Tras terminar nuestro tiempo en el barco y que aún no llegásemos a la costa empezamos a sentir mucho frío.


Al llegar a nuestro hotel, una perfecto ducha caliente nos esperaba. Cenamos y subí al cuarto a ver una peli y descansar.

Me ha encantado la bahía, sobre todo la zona pesquera de Cat ba. El agua te hacia desear que no fuese invierno, sino el verano cuando se supone que sus aguas son color turquesa. Lo malo ha sido la organización caótica del circuito, merece mucho más la pena contrata el circuito desde Hanoi a hacerlo desde Ha Long Bay.


El día 31 a las 7h45 estábamos desayunando. El autobús vino a buscarnos a las 8h15 para ir al barco y así dejar la bahía de Ha Long. En el barco empezamos a hacer planes para la noche tomándonos un té. Al llegar al muelle, fuimos a comer algo y cogimos el autobús a Hanoi.

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lunes, 24 de diciembre de 2012

Mi viaje por Vietnam

Lunes, 24/12/2012

Mi viaje por Vietnam fue de norte a sur, dicen que para comprender el país es la mejor manera. Desde luego durante la época que yo lo visité, Diciembre-Enero fue mucho más agradable ir del frío al calor, de la bruma al sol.


Aquí tenéis las entradas que explican mi viaje por Vietnam. El resumen de mi experiencia en este intenso país lo encontraréis en Sunk in Vietnam.

Desde Luang Prabang a Hanoi
Hanoi
Ha Long Bay
Phong Nha Natural Park
Hue
Hoi An
Nha Trang
Da Lat
Ho Chi Minh
Can Tho
Desde Chau Doc a Takeo (Camboya)
 
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Sunk in Laos

Lunes, 24/12/2012

Laos es un país de lo más auténtico. Sigue teniendo ese lado rural y las ciudades siguen siendo pueblecitos en comparación con el resto de ciudades de los países del sudoeste asiático.

Es el país de las sonrisas. La misma palabra Sawasdee (Sabaidi, pronunciación española) para saludar hace que sencillamente te sientas feliz y hagas feliz al resto que enseguida corresponden el saludo con su amplia sonrisa.

Ese lado rural, que muchos confundirían con pobreza, no es sino un estilo de vida que les da lo suficiente para llenar sus panzas y vivir contentos. No se ven niños desnutridos, ni estrés en las calles... lo cual implica que el resto de países del asiáticos los consideren unos vagos. Es cierto que sólo plantan arroz una vez al año, pero si para ellos es suficiente, tanto mejor.


A parte de esta economía de subsistencia rural, viven del turismo. Por lo tanto no sea tan barato como uno puede creer. No hay tren en Laos, así pues las minivan son la mejor opción. Los autobuses pueden ser muy lentos y puedes llegar a comer mucho polvo. Hay muchos ciclistas en Laos. La comida, a parte del sticky rice (arroz pegajoso), el lap (ensalada de carne) y la ensalada de papaya... sólo hay algunos platos pobres parecidos a los tailandeses.

El couchsurfing aún no se ha desarrollado aquí, y los dormitorios son pocos y caros. Te sale mucho mejor compartir cuarto con un desconocido/a si viajas sólo.

Las chozas de bambú de Laos, su gente, sus sonrisas, los niños saludando sawasdee en cualquier momento, los patos cabreados, los pollos por mitad de los pueblos, las ciudades de sólo dos calles, los ríos y slow boats, las montañas llenas de árboles y las carreteras infernales que las bordean. Laos es un mundo perdido en medio del sudoeste asiático.

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domingo, 23 de diciembre de 2012

Reencuentros en Luang

Lunes, 23/12/2012

Así pues, después de pasar unos agradables días en Pha Tang con Mali y Win, crucé de Tailandia a Laos. En Huay Xai tras hacer el visado a la llegada, compré en el muelle un billete para el barco que descendía el río Mekong hasta Luang Prabang, mucho más barato que en las agencias, y esperé  viendo a la gente jugar a la petanca hasta las 11h30 que salió el barco.


Me senté en la zona trasera del barco, en el lado derecho, el que daba a Tailandia y a las montañas donde había pasado los días anteriores y me puse a hacer pulseras mientras miraba el paisaje.

A mi lado se sentó Maya, una israelita que también hacia pulseras, así pues intercambiamos conocimientos y nos acompañamos en las 6h que duró el trayecto hasta Pakbeng, donde compartimos una habitación de tres camas entre cuatro.


Tras cenar la deliciosa comida que Mali me había preparado con todo su cariño levantándose a las 4h30 de la mañana para hacerme unas bolsitas con tortilla, cerdo, pimiento con cebolla y arroz, salí a mandar unos mensajes a aquellos con los que me encontraría en Luang.

Conocí a unos argentinos que me forzaron a irme de cervezas con ellos, cosa que acepté rápidamente, y me fui a dormir tras que me propusieran un paseo romántico para ver los elefantes bañándose en el río al amanecer. Decliné con mucho estilo.



El jueves a las 9h estábamos de nuevo en el barco, tras 8h llegábamos a Luang Prabang. Seguida de las chicas del día anterior enfile directa al mismo guest house de la vez anterior, y conseguimos una habitación para 3 muy barata.

A las 19h15 me dejé caer por el night market, justo en la puerta del palacio real donde me encontré con Roberto y Manuel. Fuimos directamente a cenar a un restaurante belga y nos pusimos al día. 


El yetlag había afectado un poco a mis parientes, así que al terminar de cenar me fui a un bar a para contactar con Dave, un chico al que conocí en Lijiang (China), y en 10min estábamos tomándonos cervezas juntos y poniéndonos al día.

El viernes por la mañana Dave y yo compramos un par de barras de pan, tomates, unas pizzas y nos encaminamos a la stupa dorada. Para llegar a Wat Phol Phao cruzamos por la zona rural de Luang. 


Picnicamos cobijados del sol a la sombra del templo, en un césped bastante aceptable, mirando unas muy bonitas vistas de Luang Prabang. Comimos un paquetito de jamón que Roberto con cariño me había comprado en España y una lata de mejillones a la gallega cuca, mis favoritos, que Zipi gentilmente me remitió hace 2 meses. Hicimos el tonto un rato y a las 13h30 cuando abrió la visitamos produciendo eco en su cúpula.

Anduvimos al hostal a coger los ordenadores y fuimos a un bar del centro a conectarnos un rato. Dave se fue y yo me fui al Utopía a esperar a Roberto y Manuel. Disfrutamos de la tranquilidad del Utopía y nos fuimos a cenar.


Un poco tocada del vino, el coche me dejo en la puerta de mi hostal. Fui a hacer una corta visita a Dave que se iba al día siguiente bien prontito hacia Vang Vieng.


El sábado a las 9h el coche me pasó a recoger y junto a Roberto y Manuel cogí un barco que remontaría el Mekong. Paramos en un pueblo para ver como destilaban el licor de arroz y donde nos contaron sus diferencias. Pudimos ver las botellas potenciadoras de virilidad con serpientes, escolopendras y escorpiones dentro.

Seguimos remontando el río hasta la cueva de los budas, Pak Ou. A mí no me pareció nada del otro mundo, aunque su historia era curiosa. Comimos en la orilla de en frente y descendimos el Mekong hasta casi Luang Prabang para ver como se hace el papel maché y los telares. El día resultó una bonita excursión.


Cenamos y nos despedimos. El lunes por la mañana cogía el autobús a Sam Neua que me pondría de camino a Hanoi.

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miércoles, 19 de diciembre de 2012

Pha Tang


Miércoles, 19/12/2012

Llegamos a Wieang Kaen cuando ya había oscurecido, así que Win dijo que seguramente no pudiésemos encontrar ninguna camioneta que nos subiese a la montaña donde se encuentra Pha Tang, el pueblo donde vive Mali, su abuela materna. La verdad es que la situación me desconcertó un poco, pues Win era quien tenía todo el poder de la situación para sacarnos del apuro.

Saqué dedo y conseguí que parase una furgoneta que nos llevó hasta un pueblo donde vivían unos parientes o amigos de Atsawin. Al llegar a su casa, los adornos de navidad adornaban tanto el jardín como el salón. Win charló con ellos y les explicó nuestra intención de subir a la montaña y de repente todo se arreglo en un periquete.


Todos los domingos hacen reunión familiar y cenan juntos, así que nos invitaron a acompañarles. Calabacín relleno de cerdo, tortillas francesas, vegetales de la montaña y arroz. Nos pusimos las botas y luego nos subimos a la parte trasera de la ranchera del primo de Win tapados con mantas y sacos de dormir para cubrirnos del frío y el viento.

Dimos una buena sorpresa a la abuela de Win al aparecer por allí sin avisar y en plena oscuridad. En seguida nos preparó el cuarto de invitados y nos acostamos a muy buena hora.

El lunes nos levantamos muy pronto y salimos a pasear por los alrededores. Visitamos las tierras vecinas y Win me contó cosas de su infancia. Tras tomar un poco el sol en un maizal, volvimos a casa a desayunar y darnos un baño a la antigua usanza, capazos de agua calentada en fuego de madera.

Salí al porche y al ver que Win no proponía hacer nada, decidí coger mis hilos y empezar una nueva pulsera. Al cabo de un rato me preguntó que si quería hacer algo y le dije que me gustaría ir a visitar los alrededores, así que cogimos una vieja moto y subimos hasta Doi Pha Tang a divisar el Mekong que separa Tailandia de Laos. Dimos un paseo por la cresta de varias montañas y decidimos volver.



A la bajada paramos en un local donde hacen pan dulce chino y tomamos un té disfrutando de las vistas. Cuando íbamos hacia casa los niños salieron de la escuela y me quedé con ganas de hacerles unas fotos, así que le dije a Win si podíamos volver al día siguiente.
De vuelta en casa de Mali, terminé mi pulsera y lavé mi ropa a mano. Win preparó vainas de guisantes para cenar, sopa de judías verdes con cerdo y filetes de cerdo rebozados en harina de maíz y huevo.


Salimos a dar un paseo nocturno con la colcha para ver las estrellas. Charla trascendental hasta que nos quedamos fríos y de vuelta a casa Win se puso a moquear. Al día siguiente medio enfermo.

El martes tras el baño y desayuno de rigor, cogimos la moto para bajar hasta el Mekong. Pasamos por una cantidad infinita de pueblos cada uno diferente al anterior y casi ninguno de la misma tribu.

Llegamos a un bonito resort al lado de una playa del Mekong donde la arena brillaba. Dimos un breve paseo pues Atsawin no se encontraba muy bien.

Por la tarde fuimos de nuevo a la cafetería con vistas del pan chino a tomarnos un té y a las 16h30 con la salida de los niños del cole, hice unas cuantas fotos y vídeos. Fuimos a ver la puesta de sol al maizal con unas cervezas que nos habían regalado y al oscurecer a casa a cenar con la familia y así despedirnos.

 
El miércoles a las 6h estábamos en pie, a las 6h30 tenía que pasar el blue cab hasta Chiang Khong, pero no pasó hasta las 7h y a las 9h llegábamos al mercado de la ciudad.  Caminé 2Km hasta la frontera y crucé en barca a Huay Xai. Compré un billete para el slow boat en el muelle, mucho más barato que en las agencias de viaje, y me dispuse a viajar a Luang Prabang para encontrarme con mi tío Roberto. Mali me preparó unas bolsas de plástico con comida como para dos días, así que no tuve que comprar ningún sandwich para el barco.


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domingo, 16 de diciembre de 2012

Chiang Rai



Domingo, 16/12/2012

Win y yo cogimos el autobús de las 6h de Chiang Mai a Chiang Rai, pero pedimos al conductor del autobús que nos dejará en el templo blanco.


A la llegada lo primero que hicimos fue ir al baño dorado. Una mujer de la limpieza me indicó una puerta, deje los zapatillas fuera y me puse las chanclas para acceder al baño con taza. De mínimo 10 baños, uno sólo estilo 'western', empecé a oír a mujeres blancas diciéndose que no había taza del vater ni papel, las dije que sí había y donde estaba. Empezaron a formar una cola larguísima.

De vuelta con Win nos fuimos a uno de los cafés a desayunar y a conectarnos a internet. Encontramos las señas de nuestro siguiente destino.


En Laos, Fernando me dejó para leer un libro acerca del templo blanco. Tenía la sensación de que sería más pequeño, me sorprendió gratamente su tamaño, aunque al haber ya visto muchas fotos le quitó encanto a la visita.

A la entrada se podían ver reinvidicaciones sobre el alcohol y el tabaco, árboles con cabezas colgantes que recordaban a los fantasmas chinos, y medio pedrator intentando salir a la superficie.


El templo estaba rodeado de un precioso lago con peces de varios tipos sobre todo coins. La blanca estructura adornada de cristalitos resplandecía, pero no me impresionó tanto las manos de la entrada como yo esperaba.


Entré en el templo y el buda me dejó fría, pero la pared de salida del demonio me cautivo.

Cogimos un blue cab en la carretera principal que nos llevó hasta le estación de autobuses de Chiang Rai y allí sin tener que esperar más de 15min cogimos un autobuses en la plataforma 5 que nos acercaría al famoso templo negro.

 Nos bajamos donde nos indicó el conductor y anduvimos unos 600m hasta dar con la entrada principal, pero el templo cerraba de 12h a 13h así que fuimos a comer algo cerca de donde nos había dejado el autobús. Pregunté si podía dejar la mochila y me dijeron que sí.

Comimos un helado en el lago de los cisnes negros y blancos y visitamos la galería. Me pareció en un primer momento que el artista era oscuro y que me gustaría mucho su obra. No fue sino andando por medio de las casas negras estilo vickingo que se me empezaría a revolver el estomago al ver tantas pieles y cráneos.

Puede que el Bandaam Museum (AKA Black House) sea la mezcla de naturaleza verde de los alrededores y la muerta de las casas negras con sus baños repletos de conchas marinas y las habitaciones con alfombras de pieles y sillas hechas de cuerno donde se acumula el polvo sin limpiar, o bien puede que sea sólo la representación de la casa de un cazador. Viendo los animales tipo monstruo que dibuja, siempre en colores rojo, no me extrañaría que fuese lo segundo.

Con una gran energía negativa fluyendo a través de mí e intentando descifrar el motivo de tanta muerte en tan hermoso paraje donde la naturaleza, un caballo y una boa residen con los cisnes blancos, negros y patos, fuimos a la carretera a esperar un songthaew cubierto que nos llevase a Chiang Rai. Esperamos una media hora larga.


Al llegar a la estación de autobuses compramos agua en el 7-Eleven y esperamos usando la wifi gratuita a que saliese el autobús hacia Wieang Kaen para acabar en Pah Tang donde vive la abuela materna de Win, Mali.

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Chiang Mai

Domingo, 16/12/2012


No fui consciente de lo agotada que estaba de tanto viaje hasta que llegue a casa de Atsawin. Me fue a recoger a la estación a las 13h, pero llegué a las 15h así que tuve que llamarle al móvil y en 10min estaba en la estación de trenes con su motillo para llevarme a su casa en Mae Rim. En el viaje me empecé a emparanoiar un poco, como los últimos couchsurfers que me han hospedado salieron ranas, ya no sabía que pensar.

Al llegar me instaló en un cuarto de la casa de su abuela y me dejo a mi aire hasta que oscureció, entonces bajamos a Chaing Mai. De camino paramos a cenar unos nudels pues yo estaba famélica. Al llegar a Chiang Mai quedamos con el chico ucraniano y las dos danesas que también estaban residiendo en casa de Win. Hicimos un pequeño corro en el muro grande y nos tomamos unas cervezas del 7-Eleven. Cansada, Win y yo nos fuimos a casa parando para comer la sopa de nudels más rica del mundo, mientras los otros se quedaban de fiesta.


El martes me costó un universo levantarme, todos los músculos me dolían. A las 12h conseguí activarme para ir a visitar Chiang Mai y Win en el último momento decidió venirse conmigo. Cogimos el yellow cab hasta la puerta norte y de allí sólo tuve que seguir a Win que me llevó al templo de madera y a un templo en el que antes trabajaba. 


Comimos, para variar, una sopa de nudels china bastante rica y luego nos fuimos al mercado. Compré hilos en una tiendecita, pues ahora me ha dado por hacer pulseras para mis anfitriones y tela que al plancharla se pega en la ropa para poner parches mis roídas ropas. Tras hacer los recados, anduvimos por los diferentes puestecillos comprando todos los snacks típicos de Tailandia: arroz pegajoso con mango, coco rallado con algo verde, plátano frito y patata dulce en hojas de plátano, y algo de yak fruit. Al terminar fuimos a Mae Rim. Allí fui por mi cuenta al mercado a comprar la cena.

 Al llegar a casa me puse a preparar mi plato estrella: tortilla de patatas y una ensalada que me quedó riquísima porque Win tenía en casa vinagre balsámico de Modena y aceite Ybarra. Cenamos hasta hartarnos y luego dimos un paseito hasta el río y de allí al parque de bomberos a ver el nuevo parque completamente equipado para hacer cualquier tipo de máquina de gimnasio.

El miércoles Win me dejó cerca del Huay Tueng Tow y allí me colé por las sendas de montainbyke hasta llegar al lago donde se estaban disputando varias carreras de kayak, canoa y dragon boat. Allí me enteraría que durante 10 días no había que pagar entrada. Me fui a tomarme el desayuno en un templete que daba al agua y así pude ver las clasificaciones. Al terminar mi almuerzo me fui a andar por el monte, no llevaba ni 5min cuando se me sale la rodilla. Se me acabó el paseo campestre, me vuelvo tranquilamente al lago y veo las competiciones mientras hago una pulsera en zig zag para Win. Al terminarla, me encamino a casa de Win, pero no tardo mucho en parar un par de coches para que me acerquen un poco a casa.


Al llegar a casa, pongo parches a mis trapos. Atsawin me acerca al centro de Chaing Mai para alquilar una motillo, buscamos durante algún rato una moto económica y al encontrarla nos vamos a cenar.

El jueves sin madrugar demasiado, preparo la mochila, la ato bien atada a la moto, desayuno y me encamino hacia Pai para acabar haciendo el Mae Hong Son Loop.

El sábado llegué a Mae Rim a las 16h agotada tras 5 horas de moto, así que me comí una ensalada y no hice nada hasta las 19h que decidí encaminarme a Chiang Mai. Llamé a Win desde una gasolinera y quedamos en el local donde alquile la moto. Después de 3 días fuera de casa, tenía muchas aventuras que contar, así que con una cerveza del 7-Eleven en el muro norte de la ciudad, llamada puerta del elefante blanco, le conté todas mis historias. Fuimos a cenar nudels, cómo no, y a casa donde preparé la mochila y un batido de plátano de postre.


En Chiang Mai se pueden hacer trekking por la selva, montar en elefante, ver competiciones de muay thai, hacer kayak o rafting... sin embargo, preferí estar tranquila durante mi estancia.

El domingo Win y yo a las 5h estábamos yendo a la estación de autobuses. Cogimos el autobús de las 6h de la mañana hacia Chiang Rai que nos dejaría a las 8h45 en el templo blanco.

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sábado, 15 de diciembre de 2012

Mae Hong Son Loop

 Sábado, 15/02/2012

Salí el jueves de Mae Rim al norte de Chiang Mai sobre las 10h dispuesta a coger la carretera hacia Pai. Cogí un desvío anterior que marcaba Samoeng y paré en una cafetería que ponía deportes de multiaventura. Pregunté a unos motoristas blancos que si ese era el camino a Pai y me dieron alguna información interesante sobre mi camino.


Volví a la carretera principal y mucho más adelante vi clarísimamente marcado el desvío a Pai. El paisaje era precioso, creo que es sin duda uno de los hitos de este viaje. La carretera podría parecer tediosa por las 742 curvas en sólo 90Km, pero sin embargo se me antojo una divertida carretera de montaña. Paré en alguna de las numerosas cafeterías de la carretera para estirar las piernas, pero no me demoré demasiado, tenía ganas de llegar a Pai pues todo extranjero que encontré en mi camino me lo había recomendado como un sitio tranquilo donde pasar una larga estancia.


Al llegar al valle de Pai a las 13h, no fue demasiado difícil encontrar el hostal que me habían recomendado: Twin Hut, pero estaba lleno. La dueña del hostal me dijo que fuese a Family Hut, pero no me gustó el ambiente y acabé en una preciosa choza en un paraje rodeado de césped y muy cerquita del río. Regateé y cedieron a mi precio sin tener que insistir. Tras un rato de inactividad me puse hablar con el dueño del hostal que me hizo un mapa de la zona y me explico las cosas que debía ver.

A las 16h cogí la moto y me puse en camino a la cascada Pam Bok, recomendada por ser hermosa, y desde luego no me pareció nada especial, así que fui hasta el cañón a ver la puesta de sol. Di un paseo por el cañón, que a la luz del atardecer la tierra tenía un color rojizo muy bonito y me senté a esperar.


Cerca de Pai es donde vive la tribu Padaung, donde las mujeres lucen sus largos cuellos con aros. He escuchado un par de historias acerca de ellos. La primera es que los maridos obligan a las mujeres a ponerse esos aros para así ser diferentes a otras tribus y atraer turistas que les den dinero y compren sus artesanías. La segunda es que son refugiados de Myanmar que no tienen derecho a trabajar y que lo único que pueden hacer es atraer turistas de esa manera para ganarse el pan. Podría ser interesante ir a verlas, sin embargo no lo hice.

De noche llegué de vuelta a Pai, aparqué la moto cerca del hostal y me di una vuelta por la pequeña ciudad hasta llegar al mercadillo hippie. Tenía tanta hambre que cené el primer sitio que encontré y el curry con noodles me supo a gloria. Continué visitando el mercadillo y me fui a relajarme a mi hostal.


El viernes me levanté bastante despejada a pesar de apenas haber dormido por la humedad del ambiente. Tomé el desayuno en el hostal esperando que la niebla se disipase y a las 10h me puse en camino hacia Mae Hong Son. La carretera era también bastante entretenida, se alcanzaba mucha altitud y en algunos tramos pensé en sacar aún más ropa de abrigo.
Mae Hong Son no me dijo nada, así que sólo paré a coger el certificado de las 1447 curvas del camino. Parece ser que hay un monasterio bastante importante.


Tras comer algo en Mae Hong Son seguí camino muy animada hacia el sur, pero la carretera dejo de interesarme y empecé a sentirme cansada, así que al llegar a Khun Yuan tomé la determinación de acortar el circuito y en vez de dirigirme hacia Mae Sarem como casi la totalidad de motoristas, cogí el camino hacia Ban Hua Pon.

Paré en un guest house y me pidieron una salvajada de dinero, así que seguí mi ruta. En algún momento dejé de ver las piedras que marcaban los kilómetros, así que creí perder la ruta. Di media vuelta a un desvío que había visto con anterioridad y acabé en una carretera llena de agujeros. Di media vuelta y me acerqué a un paisano que trabajaba en su huerto a preguntar. Le pregunté por el camino a Chiang Mai y por algún sitio donde dormir, y me llevo al pueblo de Hua Pon a casa del antiguo jefe de la ciudad que hablaba en inglés. Me explicó que estaba acertada en mi camino y tras charlar con su mujer decidieron albergarme esa noche.


Me fui a dar un paseo por el bello pueblo. Vi el río, la escuela, las casas, la gente, los arrozales ya cosechados y las tranquilas búfalas, para acabar en el templo. Allí uno de los monjes hablaba en inglés, así que me ofreció un té y charlamos durante una hora cerca del buda. Me regalaron una medallita que colgaron en uno de mis collares.


Ya de noche me encaminé a la casa de Mr. Nampon. Me lo crucé, andaba buscándome para ir a cenar. Charlamos con alguno de sus vecinos y llegamos a su casa. Allí conocí a su hija, Wan, profesora de inglés y chino de un instituto, así que a partir de ese momento apenas nos separamos. Cenamos una deliciosa sopa de arroz con pescado, tomé dos cuencos.

A las 20h30 subimos a la habitación del piso de arriba, donde unas mantas en el suelo, unas colchas y unos duros almohadones nos esperaban. Me bañé a capazos de agua fría, pues así lo hizo ella y yo no quería parecer ni sucia, ni mal educada. A las 21h estábamos durmiendo.


El sábado a las 7h30 estábamos en pie. Me dediqué a ver su finca y a observar sus costumbres. Prepararon el desayuno: tortilla francesa con algún tipo de hierba, muy sabrosa, pescado, arroz blanco y sopa. Me fui a ver la casa de al lado que resultó ser la de un hermano de mi anfitrión y me invitaron a un té. Aprendí a decir comer, beber y té en tailandés. Mi compañera de cuarto vino a echarme un cable y charlamos un rato con su tío sobre la situación asiática. Fue ahí cuando me enteré sobre Asian, la idea de una unión asiática de 10 países, para hacer frente a China.

A las 10h30 cogimos las motos y fuimos a Ban Pang Oung, el pueblo vecino mong. Dimos un paseo y fue ahí cuando realmente vi las diferencias tribales entre un pueblo y otro. El pueblo mong me pareció mucho más sucio, con mucha menos naturaleza, no sólo eso me enteraría que los hombres podían casarse con cuantas mujeres quisieran y que concretamente en ese lugar había una casa llamada la casa de la familia donde habían llegado a convivir 160 personas y donde en la actualidad vivían 30. Las chicas mong del instituto de Wan no quieren ser mong, pues no tienen la posibilidad de decir no a un casamiento.


A las 11h, tras comprar unos plátanos y rellenar el depósito de la moto, Wan y yo no separamos. El camino a Mae Cham se me hizo divertido, eterno y al final peligroso. Antes de llegar a Mae Cham una intersección con carteles hacia Ban Mae Sa y Chiang Mai, así que no muy segura de mi camino fui hacia la derecha dirección Chiang Mai. Hice la elección adecuada. Unos kilómetros más adelante llegué a Mae Chaem, pero no vi ningún cartel indicando Chom Tong, así que no sabría muy bien decir por donde fui, sólo sé que crucé por un parque natural donde la hojas recordaban el otoño. Y acabé pasando por al lado de Hot (el planeta helado de la guerra de las galaxias, hehe).

A las 16h estaba entrando en Chiang Mai, pero a pesar de no querer conducir ni un kilómetro más, llegué hasta Mae Rim donde no había nadie en casa.

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lunes, 10 de diciembre de 2012

Visa Run en Ranong

Lunes, 10/12/2012


Sucede que si entras en Tailandia por aire te dan un visado de 1 mes y si lo haces por tierra de sólo 15 días. Existe la posibilidad de pagar 1800 baths por una extensión de 7 días, o pagar una multa de 500 baths por día que estés en Tailandia sin visado.

Era día 8 de Diciembre y mi visa tailandesa caducaba el 9, así pues tuve que planear una salida de Tailandia para que me diesen un nuevo visado de 15 días y así poder visitar el norte de Tailandia.

Compré el pack completo llamado Visa Run + el billete de autobús a Bangkok + el billete de tren a Chiang Mai en la agencia de viajes más barata de Chalok (Koh Tao).

A las 19h me recogió el taxista y me llevó al muelle, me explicó donde debía canjear mi vale rosa para el barco. La chica me dio el ticket del barco me dijo que zarpábamos a las 22h, había otro barco que saldría a las 23h y que llegaría a la misma hora, pero a esas horas sin nada que hacer me dio exactamente igual estar una hora más en el barco carguero. Entre tanto me fui a un café llamado Coffee House donde tienen wifi y cené algo. A las 22h estaba en un dormitorio enorme con al menos 50 literas de las cuales sólo debían estar ocupadas 6, el barco de las 23h iba mucho más lleno. Dormí lo que pude y llegamos al continente a eso de las 5h30.

Allí nos indicaron unas mesas de piedra para sentarnos y enseguida vino un señor que, dándole el vale rosa correspondiente de la agencia, organizó todo. Nos subimos a una minivan que nos llevaría al puerto de Ranong. A las 8h hicimos una fotocopia del pasaporte y fuimos a la ventanilla de salida de Tailandia. Nos sellaron sin problemas y nos dieron directamente el formulario para entrar de nuevo en Tailandia.


Entregamos las fotocopias y los pasaportes a nuestro conductor y éste a su vez a otra persona con la que iríamos en el barco hasta Kawthoung en Myanmar. Subimos al barco y a mitad de camino recogimos a nuestro guía, continuamos hasta Kawthoung y allí nos sellaron los pasaportes tanto de entrada como de salida. Preguntamos si podíamos dar un paseo y nos dijeron que de sólo 5 minutos, cuando de repente alguien me golpea no muy fuerte en el brazo. Nuestro guia chilla como un histérico y nos manda ir al barco, no sabiendo si ha sido él me contengo, me dice que no haga preguntas y le sigo. El barco zarpaba con 4 personas de menos, aparecieron 2 chicos corriendo por el muelle, el barco les recogió, pero dejamos en tierra a 2 personas. Al guia le dio exactamente igual, de hecho se puso a chillar con una voz pituda y aguda que no entendíamos su país y su cultura.


Con esta mala sensación inicial de Myanmar (Birmania), entramos de nuevo en Tailandia a las 9h pasando primero por un muelle, donde había tailandeses armados hasta los dientes y que nos dijeran que podíamos continuar, para acabar en el muelle de Ranong haciendo la cola para que nos concediesen algún tiempo más en Tailandia.

Fuimos a la minivan, el conductor sacó la mochila y las cosas de los dos chicos que se quedaron en tierra y las dejó en una tienda de fotocopias. Nosotros llegamos al puerto del speedboat de Chumpon a las 12h desde donde salía el autobús a Bangkok. Canjeé el ticket rosa por el ticket del autobús, hice el check-in donde me asignarían asiento, comí algo y traté de conectarme a internet sin resultado.

A las 13h embarcamos en un autobús bastante cómodo dirección Bangkok. Al lado tenía sentado a un chico belga bastante simpático que había estado todo el día tratando de charlar conmigo, pero al que apenas había hecho caso por lo cansada que estaba. Vimos un par de pelis juntos en su portátil y cuando nos quedamos sin batería, charlamos sobre nuestras vidas.

Llegué a Khao San Road en Bangkok a las 20h50 y me alejé un poco de la zona de bajada de pasajeros para coger un tuk-tuk por menos de la mitad del precio que me pedían donde el autobús. Llegué a la estación de trenes con tiempo suficiente como para cenar algo y comprar agua en el 7-Eleven.

A las 21h50 estaba subiendo al tren dirección Chiang Mai que se puso en movimiento a las 22h puntual como un reloj. Al poco apareció un camarera del vagón restaurant diciéndonos que debíamos encargar el desayuno ya, porque sino al día siguiente ella no nos iba a servir nada y que llegaríamos muertos de hambre a Chiang Mai, no encargué nada.

La mujer que tenía sentada al lado en el tren, se fue a las butacas de la fila anterior que estaban vacíos y así cada pudimos medio dormir tumbadas usando dos asientos. Cuando uno está agotado no se queja de nada.


Al despertar, el paisaje había cambiado completamente para dejar paso a un verde selvático que incitaba a sentir la nueva aventura del norte.

Llegué a Chiang Mai a las 13h concluyendo así dos días de tortura de viajes para hacerme el visado y subir al norte.


SUNKINDARKNESS