viernes, 11 de enero de 2013

Hoi An



Viernes, 11/01/2013

El martes Mónica y yo llegamos a Hoi An en bus desde Hue haciendo transbordo en Da Nang, teniendo que luchar porque no nos timarán en el precio de los transportes.

Al llegar a Hoi An nos lo recorrimos casi entero para poder conseguir un precio aceptable de la habitación, pero entre medias descubrimos la calle Tran Hung Dao donde servían cerveza de grifo a un precio ridículo.

Dejamos nuestras mochilas en nuestra casa en la calle Tai Phien 31 y hambrientas fuimos a comer al pequeño restaurante vietnamita de enfrente que parecía tener una carne de bastante calidad, y luego decidimos irnos a beber alguna cerveza más a esa callecita.

 
Nos pusimos a hablar con una mujer mayor sueca que estaba sola, y yo creo que la entretuvimos bastante. Tras una conversación amena y unas cuantas cervezas, dimos un paseo por el bello centro de Hoi An que nos enamoró con sus bellos farolillos de colores.

De vuelta a nuestro tranquilo barrio, cenamos en la calle y fuimos a casa a acostarnos temprano.


 El miércoles 9 no llovía, aunque estaba nublado, así que decidimos alquilar una moto para ir a Muoc Noc a ver la sexta playa más bonita del mundo. Nos desencantó, pasamos la mañana en el ambiente gris de la playa, viendo a la gente echar las redes y obtener basura del mar o cavar para encontrar cangrejos.

Cuando empezó a chispear cogimos la moto y acabamos en la Marbel Montain. Visitamos las cuevas y los puntos panorámicos. Nos llamó especial atención una cavidad donde un buda y una pequeña casita japonesa daban un ambiente espiritual a la zona.


Con toda la tarde por delante decidimos ir a Hoi An, a la playa de Cua Dai. Nos maravilló, palmeras al lado del agua. El tiempo no acompañaba y empezó a llover. Así que nos fuimos de vuelta a casa para resguardarnos y 'acicalarnos' para dar una vuelta por el centro.


Tras cenar en uno de los muchos restaurantes de calle baratos, fuimos al centro. Caminamos por las preciosas calles iluminadas de Hoi An y preguntar por el precio de los farolillos. A ese precio me hubiese comprado uno de cada, pero no podía cargarlos en mi pequeña mochila y enviarlos se me antojo complicado.


Acabamos en un bar y jugamos al billar bebiendo nuestra bebida favorita de la zona.

El jueves fuimos a la estación de autobuses buscando un billete para ir a Tra Nang, pero no había ventanilla, así que acabamos comprando los billetes en una agencia de viajes. Fuimos al hostal e hicimos el check out.


Tras un desayuno en la calle de compota, anduvimos por el centro de Hoi An, pensando que después de haberlo visto de noche ya no era tan espectacular. Dimos un paseo por el puente japones, y acabamos al lado del río, viendo a la gente hacer una vida normal y ofreciéndonos vueltas en barquitos. 


Cuando llegamos de nuevo a la zona comercial se nos acercó una vendedora de frutas, como tantas personas te intenta vender sus productos, pero ella sí lo consiguió siendo tan simpática.


Fuimos hasta el mercado y nos encontramos una estilista que propuso sus servicios a Mónica, así que con sólo una cuerda increíblemente le depiló el bello facial. 


Fuimos a nuestro barrio a comer y tomarnos un café, y tras llamar la atención a los críos de la zona Mónica con su bola de contact, yo con el portátil, nos fuimos a tomar unas cañas.

No nos acercamos a My Son, pero la verdad es que dado como estaba el tiempo, y que nos contaron que había sido muy bombardeado durante la guerra no nos arrepentimos.

A las 17h nos vinieron a buscar y así coger el sleeper bus. Paramos a cenar a las 22h y llegamos con retraso a Nha Trang, donde me daría cuenta que me robaron 120€ al ir a pagar un café.

SUNKINDARKNESS