domingo, 16 de marzo de 2014

Paracas

Domingo, 16/03/2014


Existe lo perfecto… El maravilloso reencuentro con Fredi en Atocha, ese precioso momento en la T4 con Nati y Amanda, ese vuelo nada traumático,  una llegada relajada a un país nuevo, la generosa documentación de la chiquilla de Información, ese genial taxista sonriente, ese supermercado justo al lado de la estación de autobuses, el autobús a Pisco que salió en el momento preciso,  esas maravillosas 4h de puesta al día, de comer y beber, de borrachera, resaca y siesta.


La llegada a Pisco donde no fue nada difícil conseguir un transporte a Paracas y donde en menos de 30min habíamos conseguido un cuarto de ocho bloqueado para cuatro.


Ese maravilloso Paracas con su paseo marítimo, su playita y temperatura del agua casi perfecta...  agradablemente refrescante.  Todo el mundo tan sumamente agradable ofreciendo traguitos de cerveza y una alegre charla.


Los chiringuitos para cenar con ese riquísimo ceviche de pescado, el pescado apanado, pescado frito y los chicarrones de pescado… tan deliciosamente marino.


La perfección sigue rodeándonos cuando a las 7h del domingo nos levantamos después de 11h de reposo, cuando subimos al barquito para ir a visitar las islas Ballesta y de camino vimos el no menos interesante Candelabro, donde nuestros cerebros empezaron a cuestionarse mil preguntas del porqué después de más de 4000 años sigue perfectamente conservado, de las aves sus horarios de sueño y sus migraciones…


Al llegar a islas Ballesta nos quedamos anonadados con la cantidad de leones marinos que se visualizaban debajo de uno de tantos arcos, maravillados por los pingüinos  Humboldt tan pequeñines y graciosos empujándose unos a otros para descender el peldaño de roca,  atontados con la cantidad de pájaros: cormoranes, de Guanay, cormoranes neo tropicales, buitres de cabeza roja, pelicanos, piqueros y Zarcillos.


El inusual canto de los leones marinos, esas increíbles playas donde cientos o miles de leones marinos cohabitan. Algunos machos, muchísimas hembras y bastantes bebés. Nos enterneció, incluso llegamos a llorar, viendo a una mamá nadando con su bebé… incitándole a nadar hacia ella..


En ese ambiente marítimo, en esas aguas azules, con aquellos barcos enormes, o sencillos pesqueros. Esa envidia al ver surcar los aires a patos, pelícanos, y pájaros en general… llegamos de vuelta al muelle habiendo vivido una experiencia inolvidable.


El parque de Paracas espectacularmente desolador. Sus dunas, sus cerros, sus miles de tonalidades diferentes …  daban ganas de disfrutar del silencio, de la paz y tranquilidad de su escasez de vida. Fósiles marinos de 45.000 años de antigüedad por doquier.


Las playa de Supey de color negruzco, el miradero para ver la antigua catedral derruida, la playa roja de colores rojizos, la playa de Lagunillas de color ocre. Esa cervecita cuzqueña entre pelícanos y ese baño refrescante.


Todo sigue siendo perfecto desde el comienzo de las vacaciones  y el autobús de Cruz del Sol a Nazca colaboró fue un asombroso descubrimiento.


SUNKINDARKNESS