lunes, 15 de abril de 2013

Tioman


Lunes, 15/04/2013

Arturo y yo viajamos a Mersing en el autobús nocturno desde Kuala Lumpur. A las 23h salió desde la estación de Bandar Tasik Selatan y nos dejó a las 4h en la nueva estación de Mersing. Estábamos un poco alelados por el viaje y por lo poco que habíamos conseguido dormir. Hay que añadir que el autobús era mucho más cómodo y espacioso que cualquier español.

En la estación una mujer vendía los tickets del ferry y nos indicó con un mapa donde estaba el muelle. Anduvimos unos 10min hasta el muelle y en la terminal nos echamos a dormir en unos bancos. Mal dormimos hasta las 7h, hacia un frío del carajo.

A las 7h cambiamos nuestro papelito rosa por los tickets y a las 7h30 estábamos abordando el barco hacia la isla de Tioman. El barco era super cutre, apenas teníamos espacio para las piernas, el aire acondicionado estaba a toda pastilla y entraba agua por la ventanilla. Nos cubrimos con mi tela india y el saron e intentamos dormir un rato más, sin ningún resultado.

Llegamos al pueblo de Salang y nos fuimos a desayunar unos rotis con huevo y queso deliciosos. Preguntamos a las camareras por algún sitio barato para dormir y acabamos en la choza más barata de la isla.

La idea original era sumergirnos ese mismo día, pero el mar andaba revuelto y nosotros estábamos agotados, así que decidimos seguir el cableado eléctrico hasta la bahía de los monos. El camino fue durillo, un gran ascenso seguido por una gran bajada resbaladiza por las lluvias. La zona era selvática y pudimos ver varios ciempiés enormes y lagartos de varios tamaños, creo que uno de ellos era un dragón.

Llegamos a una preciosa playa con una espectacular sombra. Nos quitamos las camisetas empapadas en sudor y en un segundo estábamos en el mar disfrutando de sus cálidas aguas. No estuvimos mucho rato, pues temíamos que lloviese.

Al llegar a Salang, fuimos a la playa, pero el cansancio pudo con nosotros y sólo conseguimos pegarnos una agradable siesta. Tras la ducha, fuimos a ver la puesta de sol en un banquito paladeando unas Asahi. Una vez empezaron a aparecer las estrellas y los enormes murciélagos surcaban los cielos, fuimos a cenar unas sardinas y calamares. Agotados a las 22h estábamos descansando profundamente.

El sábado a las 8h estábamos en pie para desayunar. El día había amanecido perfecto y el agua era azul turquesa. Anduvimos hasta Dive Asia y preparamos nuestros equipos para nuestro día de buceo.

En la primera inmersión nos llevaron a la isla del Coral. El lugar era un poco aburrido, pero nos sirvió para adaptarnos a nuestros nuevos equipos y para que Arturo cogiese algo de soltura, apenas estuvimos 30min en el agua, pues Arturo había vaciado su botella en tiempo record.

La segunda inmersión fue en Batu Malang que era cual paraíso acuático. Nos lo pasamos en grande. Vimos mi primera tortuga marina y nos metimos por algunos pasajes de roca. Era un jardín de coral y peces de todo tipo. Al final de la inmersión empezamos a jugar, tapándonos los ojos, haciendo aros de aire, quitándonos las gafas unos a otros.

Nos lo habíamos pasado tan bien en la segunda inmersión y nos habíamos encontrado tan a gusto que después de que nos invitaran a comer unos escoceses, volvimos al agua para una tercera inmersión desde la playa y así ver el barco de Roger, un barco pesquero de madera muy bien conservado. En esta inmersión vimos un pulpo pequeñito, un pez globo, algunos caracoles, peces cabra e infinitas cosas interesantes.

A la vuelta hicimos el divelog y nos fuimos con los escoceses a bebernos unas cervezas a la playa. Arturo me invitó a un festín de marisco, todo riquísimo, y agotados nos fuimos a las 23h estábamos soñando.

El domingo bajo una lluvia cual ducha, acompañé a Arturo hasta el muelle. Sus vacaciones se habían terminado. Yo decidí quedarme un día más en Salang con tan mala suerte que no salió el sol en ningún momento. Decidí ir a hacer snorkel, pero el mar estaba picado y la visibilidad era nula, así pues pasé el día en el porche disfrutando del sonido de las olas del mar.

El lunes abandoné el precioso, cuco, plagado de gatos y pequeño pueblo de Salang, para encaminarme hacía la península de nuevo.

SUNKINDARKNESS