domingo, 26 de febrero de 2012

Chennai



Sábado, 25/02/2012

Desperté en una casa que no era la mía y le pregunté al tipo que estaba a mi lado qué hacía allí, me volví a dormir.

Anusha se levantó con nauseas, así que por la mañana decidimos quedarnos en casa tranquilamente y escondernos del ardiente sol. Los chicos fueron a comprar uvas, mientras yo me conectaba a intenet y les decía a mis batalapeños lo mucho que les echo de menos.

Anusha preparó una comida deliciosa, típica de Andra Pradesh. Dijo que no es buena cocinera y que fue sólo cuestión de suerte, pero el resultado era mejor que el de la cantina de Bathalapalli.

Nos echamos la siesta y a la que se ponía el sol cogimos un auto (rickshaw) que nos llevaría a la playa. El sábado es día vegetariano y de culto, así que acompañamos a Venkat en sus plegarias visitando un templo precioso colindante a la playa. Luego nos comimos un masala en la orilla del Indico y mojamos nuestros pies en sus cálidas aguas. Visitamos otro templo a la vuelta a casa, creo que más por lavarnos los pies y que Anusha no se enfadara que otra cosa. Salimos a cenar a un restaurante donde tenían unos lollypops de cangrejo que estaban de muerte y nos dimos un paseo por la zona de mansiones.


El domingo salí al supermercado a comprar algunos ingredientes para la sabrosa comida que íbamos a preparar a Venkat y Anusha. Preparé una ensalada de tomate con ajo (como en casa) y Zipi preparó una polimorfa 'tortilla de patatas', no tenían sartén así que tenía aspecto de revuelto, pero estaba deliciosa.

Por la tarde fuimos a dar una vuelta por un centro comercial y luego a la playa, donde jugamos al frishbee con una familia. Venkat y Zipi se dieron un chapuzón entre risas. A la vuelta a casa algo raro pasó.


Zipi: - Venkat quería beber alcohol y a Anusha no le gusta, entonces me cogió de la mano mientras le decía a Anusha y a Vero que fueran a casa, que nosotros llegaríamos en un rato. Mientras me llevaba de la mano por la calle, me dijo que quería beber ron blanco (y pillarse un buen pedo por la cara porque pagaba yo). Nos fuimos acercando hacia una zona oscura en la cuál empezaba a haber indios no muy recomendables. Llegamos a la puerta de lo que parecía un bar y al entrar me di cuenta de que era uno de los ambientes más cargados que había sentido en mi vida. Olia a sudor, a humedad, a alcohol, a vómitos... en definitiva el antro más cutre en el que entrado en mi vida. Era estrecho, con el techo bajo, poca luz, pero muy largo. Y cuanto más te adentrabas, más sofocante se convertia. El suelo estaba lleno de botellas y deduzco que de una mezcla de whisky, cerveza y meados. Dentro de lo que parecía una mini celda, había dos tipos gordos y sin dientes rodeados de decenas de cajas de alcohol. Los indios se empujaban y se peleaban para poder comprar su ración. Venkat me dijo que el quería ron blanco y, aunque es mentira porque todos sabéis que me bebo hasta el agua de los floreros, le dije que no me gustaba porque quería salir de allí. Se dio cuenta de que la situación era bastante incómoda para ambos, agachó la cabeza y salimos de allí. Sin dirigirnos apenas una palabra, caminamos hasta su casa por las lúgubres calles de Chennai y al llegar le pidió disculpas a Vero. Me devolvió las 500Rp y me dijo que las disfrutara en Pondicherry, que sentía mucho haberme llevado a ese sitio.

Ducha y salimos a cenar al mismo restaurante del día anterior. A la vuelta a casa mandé algunos emails mientras Zipi intentaba organizar una mochila con nuestro equipo de montaña, que no usaremos hasta llegar a Sikkim o Nepal, y otra de uso diario. Nos fumamos un porrillo de hierba y entre risas flipamos con la de 'movidas' que tenemos que cargar y lo complicado de organizar todo. Menos mal que a Zipi se le ocurrió abrir unos pelotazos y a las 2h de la mañana por fin conseguimos cerrar las mochilas.

A las 6h15 estábamos de pie. Recogimos las últimas cosas y cogimos un rickshaw hasta la parada de buses. Siguiente destino Mamallapuram.

SUNKINDARKNESS