domingo, 12 de febrero de 2012

Quemando los últimos cartuchos

Domingo, 12/02/2012

Al ser mis últimos días por estos lares y dados que también son los de Olatz, los fines de semana estamos sucumbiendo a concedernos esos pequeños caprichos de volver a lugares en vez de ir a explorar otros nuevos.


El fin de semana anterior decidí volver a Puttaparthi y así buscar el disco que compré la anterior vez y que olvidé a la vuelta en el autobús. Pasamos la mañana haciendo algunas compras y acabamos comiendo en el mismo tibetano intentando descifrar cuál era el disco que tanto me había gustado en aquella ocasión. No pude decidirme y al final tuve que comprar dos. Ambiente super agradable y ameno. De vuelta compramos mucha fruta e hicimos una macedonia para la cena.


Este fin de semana volvimos a Bangalore, pero esta vez fuimos un pequeño grupo. Salimos de trabajar a las 13h, comimos y preparamos las mochilas. Eider y yo de la excitación andábamos pegando saltos de un lado para otro. A las 14h15 por fin conseguimos ponernos en marcha hacia Bangalore, haciendo una parada técnica en Dharamavaran donde nos aprovisionamos de cervezas, ron y thumbs-up (Pepsi).


Enric tuvo la genialidad de llenar un termo de los de chai con hielos y preparamos ron-cola con azúcar. Mini vasitos de chai desfilaban de la parte delantera del coche a la de atrás... y sin darnos cuenta de repente estábamos rellenando el termo. La llegada a Bangalore fue apoteósica, dos bajas se contaban en nuestras filas (por supuesto, yo era una).


Llegamos al único hotel libre de la zona. En la habitación no tardé ni dos segundos en desnudarme y meterme debajo de la ducha.

Salimos a la zona de fiesta y conocimos a un chico que nos llevaría a una discoteca. Me subí en su moto con él y de cabeza a la disco donde nos lo pasamos como críos.


Al cerrar la discoteca, sobre las 23h, conocimos a unos chicos que nos llevaron a su casa para seguir la fiesta. ¡Menuda casita tenían! Nos ofrecieron bebida y comida, cuando terminamos de esto último hicimos una bomba de humo que nos llevo derechos a nuestro hotel.

Al día siguiente desayunamos abundantemente y fuimos al mercado de pescado, ya que por Bathalapalli no se ve. Resulta que a parte de ser un mercado Muslim de pescado también vendían carnaza. Al lado de las carnicerías se agolpaban cientos de halcones esperando a que se les arrojase algún trozo de carne o que algún pardillo pasase con el paquete accesible para una rápida caza.


Más tarde compras y mucha diversión en un pequeño parque acuático llamado Fun World. Nos lo pasamos como niños pequeños tirándonos por los toboganes con donuts, donuts dobles, y lanchas... tengo varios moretones que confirman la seguridad del parque y lo bien que me lo pasé.


La vuelta a Bathalapalli fue tranquilita. Dábamos cabezadas entre anécdotas de las vidas privadas de la gente.

Al llegar la ducha nos esperaba, cenita de fruta y a la cama.

SUNKINDARKNESS