viernes, 15 de febrero de 2013

Visitando Angkor

Viernes, 15/02/2013

El domingo 10 llegamos a Siem Reap a las 23h. Regateamos un buen rato los precios de los tuc-tuc, y al final conseguimos algo más o menos la precio que queríamos y nos dejo en el hostal que me había recomendado una amiga, el Green Village. Preguntamos por un sitio donde dormir y nos dijeron que estaba lleno, que fuésemos al día siguiente.

Anduvimos de hostal en hostal preguntando, todo full por el nuevo año chino. Encontramos un hotel por 25$ dolares con una cama lo suficiente mente grande como para los tres, así que aceptamos cansados.

El lunes me levanté pronto y fui al Green Garden a buscar un sitio para dormir barato, conseguí una habitación para tres sin cuarto de baño en el tejado del edificio en el que habían creado habitaciones con hojas de palma. Al menos no era muy caro.

Durante el día fuimos a chequear el cambio en los bancos y dimos un paseo por la ciudad. Comimos y fuimos a Angkor a comprar nuestros billetes de tres días y aprovechar de la puesta de sol gratuita.


Llegamos a Phnom Bakheng un poco tarde, así que no pudimos subir al templo, vimos la puesta de sol desde un mirador (mucho más bonita que desde arriba del abarrotado templo).

El tuc-tuc nos había abandonado para ir a hacer coger otra gente, así que cogimos otro tuc-tuc al centro. Nos encontramos con el primer conductor que nos pidió que le pagásemos y le dijimos que no, que él no había cumplido con el acuerdo, que nos había abandonado. Me llamaría varias veces al móvil, pero yo no se lo cogería.


Nos dimos una ducha y fuimos al night market. ¡Qué de ropa bonita y colorida! Matthieu se compró alguna cosa para el día siguiente. Cenamos cerca del mercado y nos acostamos pronto pues el día siguiente sería duro.

El martes nos levantamos a las 4h15, cogimos unas bicis del hostal y fuimos al supermercado 7/24 a comprar algo para hacernos unos sandwiches. Seguimos el río hasta llegar a la entrada donde mostramos nuestros pases y seguimos pedaleando hasta Angkor Wat a ver el amanecer. Estaba abarrotado y la gente malhumorada por haberse levantado temprano.


Vi el amanecer desde 3 puntos diferentes, buscando la mejor foto y puedo decir que en la esquina izquierda del lago hay mucha menos gente y es mucho más bonito.

Matthieu y Sophia se fueron por su lado a hacer la visita del templo, mientras yo esperaba a ver salir el sol por detrás del templo. Me cansé de esperar y me fui a dar un corto paseo. A la entrada del templo me encontré con un chico colombiano residente en Israel con el que me había cruzado anteriormente con la bici, así que charlando me di un paseo por Angkor Wat sin apreciar realmente la visita.


Me encontré con Matthieu y Sophia en uno de los templos laterales de la entrada a Angkor Wat, desayunamos unos sandwiches contemplando la masa de visitantes chinos. Era el nuevo año chino así que había más de lo normal.

Pedaleamos hacia el norte y paramos en varios templos pequeñitos que nos gustaron bastante, quizás porque era los primeros que veíamos. Cruzamos el puente y la puerta sur para adentrarnos en Angkor Tomb y llegamos hasta Bayon.


Bayon estaba plagado de gente. Elefantes daban vueltas alrededor del templo llevando a algunos turistas, autobuses por doquier, tráfico... El precioso templo con cientos de caras no perdía encanto ante tanto turista, pero en cambio Sophia estaba disgustada.

Tras contemplar las obras de arte jemer con sus guerras de elefantes, con sus danzarines hinduistas y reflexivos budhas, fuimos hasta la puerta oeste. Contemplamos el río escuchando el canto de los pájaros y las risas de los niños que iban a la escuela.


No muy lejos al norte de Bayon estaba Baphuon donde no me dejaron entrar por lleva pantalones cortos, me senté en la sombra a esperar a Matthieu y Sophia. Recorrimos las ruinas del palacio real y de ahí a las terrazas de los elefantes y Leper King para acabar en Preah Pithu Group.

Recogimos de nuevo las bicis y pedaleamos entre las estancias del hospital. Cruzamos la puerta norte y vimos las ruinas de Krol Romeas y visitamos el templo de Preah Khan que me gustó muchísimo.

Uno de los policías del lugar nos contó unas pocas cosas sobre el sitio y nos hizo algunas bonitas fotos por una propina.

Cansados de pedalear todo el día fuimos a Phnom Bakheng para la puesta de sol. Llegamos a las 16h15 e hicimos la cola por al menos 45min hasta que nos dejaron acceder arriba. La puesta de sol no fue para tanto, mucho mejor desde el mirador.


El miércoles nos levantamos con la calma, fuimos a desayunar y pasamos la mañana vagueando. A medio día nos dirigimos hacia el Museo Nacional. Pagamos el desorbitado precio de la entrada y nos dispusimos a comprender un poco mejor lo que habíamos visto el día anterior y lo que veríamos en lo sucesivo en Angkor Wat.

Tardamos 3h en recorrer las 6 ó 7 galerías. La más interesante de todas me pareció la de las religiones, ya que el arte khmer trata de reproducir éstas.


A las 19h estaba duchada y arreglada para encontrarme con James, al que había conocido en Lijiang escuchando a los Naxis, y a Dave, que también conocí en Lijiang y con el que me reencontré en Luang Prabang y luego en Phnom Penh.

Fuimos a cenar y ponernos al día tomándonos unas cervezas. Al día siguiente tocaba volver a madrugar para visitar Angkor, así que tampoco dio tiempo para mucho.

El jueves a las 4h30 estábamos de pie Matthieu, Sophia y yo para buscar un tuc-tuc que nos diese un paseo por Angkor. Le dijimos que nos llevase directamente a Promh Tomb, o también conocido como templo de Tomb Raider. Unos amigos me habían recomendado ir un amanecer y disfrutar del canto de los pájaros y de la soledad del lugar... yo lo disfruté muchísimo, aunque apenas se hizo de día empezó a aparecer gente.

Tras visitar Ta Prohm fuimos a Bantay Kdei, templo que no me gustó demasiado, quizás mi humor se viese afectado por los inagotables niños que te querían vender 10 postales por 1$ y que a pesar que dijeses no te lo repetían una y otra vez.
El tuc-tuc nos llevó a Takeo que me pareció un templo normalito, sin embargo los templos colindantes a la puerta del este o la del triunfo eran maravillosos.


Anduvimos de la puerta este a la puerta de los muertos y de ahí a la primera de nuevo a coger el tuc-tuc. Hacía demasiado calor y los malos humores afloraban, o mejor dicho empezamos a perder la sonrisa entre nosotros.

El tuctuc nos llevó a Banteay Prei y Prasat Prei que no nos gustaron y ya empezábamos a cuestionarnos cuantos más templos haríamos cuando propuse tomarnos unas oreos para sentirnos más felices, Sophia no quiso.
No paramos en Neak Pean, a mí me hubiese gustado, pero comprendía perfectamente a mis acompañantes, así que ni lo sugerí. Llegamos a Ta Som que lo visitamos con un poquito más de energía, aunque rápido.


Visitamos East Mebon que quizás sea uno de los templos que más me gustan de Angkor con sus estatuas de elefantes y leones. Pre Rup también me llamó muchísimo la atención.


Llegamos a las 14h a Siem Reap, me di una ducha y conecté a internet. Sophia y Matthieu cayeron fritos en la cama.

Dave y James me propusieron ir a la piscina, así que viendo a mis catatónicos acompañantes decidí tomarme la tarde libre e ir por mi cuenta con mis colegas de viaje a darme un chapuzón y beberme unas cervezas. Me lo pasé en grande en la piscina. Al menos estuve 3h seguidas en el agua y me tomé un par de Beer Lao, ¡qué ricas!

James me dejó con su nueva moto en el hostal y tras la ducha fuimos a cenar los cinco juntos, un ambiente de lo más agradable. Sophia en mitad de la cena se sintió indispuesta y se fue, así que Matthieu y yo terminamos de cenar y nos retiramos a ver como estaba. Me despedí de Dave, pues nuestros caminos no se volverán a cruzar hasta dentro de mucho.

El viernes desayuné con Matthieu y Sophia y me despedí cariñosamente de ellos. Fui al hostal de James con mi mochila para motear un poco hasta Kampong Cham y así despedirme también del Mekong.

SUNKINDARKNESS